Huracán Andrew: a 30 años de la tormenta que arrasó Miami

Este pequeño y feroz huracán provocó una devastación económica sin precedentes a lo largo de su trayectoria por el noroeste de las Bahamas, el sur de la península de Florida y el centro-sur de Luisiana. Marcó un antes y después en el mercado de seguros y construcción de ese estado.

huracan, andrew, florida
Un 24 de agosto de 1992, un huracán de categoría 5 tocaba tierra al sur de Florida devastando todo a su paso.

Un día como hoy, pero hace 30 años, una tormenta tropical tenía en vilo al sudeste de Norteamérica. Era el primer huracán de la temporada, pero eso no impidió que Andrew fuera uno de los ciclones más devastadores que tocó tierra en los Estados Unidos. Tenía Categoría 5 cuando golpeó el continente en la costa de Florida un 24 de agosto de 1992, con una velocidad de viento estimada en 280 km/h. Sus daños solo fueron superados tiempo después por las tormentas Katrina de 2005 y el huracán Sandy de 2012.

La comunidad de Homestead, donde la tormenta tocó tierra en Florida, fue demolida casi por completo por el huracán, y la reconstrucción tardó más de 5 años.

En ese momento, Andrew fue el primer gran huracán que afectó a la península de Florida en más de 25 años y la ciudad tenía poca experiencia en estos fenómenos. Entre 1965 y 1992 sólo dos huracanes habían impactado al estado: Elena, una tormenta de categoría 3 que finalmente tocó tierra en Mississippi, y el huracán Kate, una tormenta tardía de categoría 1-2. Ambos llegaron con semanas de diferencia en 1985.

Andrew se desarrolló a partir de una onda tropical bien organizada que se alejó de la costa africana el 14 de agosto de 1992. El 16 de agosto, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) actualizó el sistema a depresión tropical. El 17 de agosto, la depresión se convirtió en tormenta tropical. En los siguientes días, Andrew se desplazó por las cálidas aguas del Atlántico hacia el oeste-noroeste, pasando por las Antillas Menores e impactando directamente con la máxima categoría el sur de Florida el 24 de agosto de ese año. Le llevó solo 4 horas cruzar toda la península e ingresar al Golfo de México.

Dejó graves daños a su paso por las Bahamas y Luisiana. Pero el sur de Florida sufrió la devastación más grande, ya que pasó directo sobre Dade County (ahora Miami-Dade County), y arrancó muchas casas de sus cimientos. También provocó 65 víctimas fatales, millones de evacuados, 63.000 hogares inhabitables y $26.500 millones de dólares en pérdidas para la economía de ese país.

Más tarde, el huracán Andrew tocó tierra por segunda vez en un área escasamente poblada en el sureste de Luisiana a unos 37 km al oeste-suroeste de Morgan City, con vientos sostenidos de 185 km/h. La ráfaga de viento más alta registrada en Luisiana durante el huracán fue de 282 km/h en St. Mary Parish, un área frente a la costa a unas pocos kilómetros al sur de Morgan City. Los vientos huracanados afectaron algunas partes del estado durante más de 12 horas.

Datos y consecuencias de Andrew

Andrew fue el tercer huracán de categoría 5 en tocar tierra en los Estados Unidos desde 1935, pero esto no siempre fue así, ya que durante muchos años fue catalogado como de categoría 4. Doce años después del evento, la División de Investigación de Huracanes de la NOAA volvió a analizar los datos obtenidos durante la tormenta. Como resultado, Andrew se reclasificó como huracán de categoría 5 en la escala de vientos huracanados de Saffir-Simpson.

El radio de la pared del ojo era extremadamente pequeño, de solo 185 km; esto evitó que el centro de Miami experimentara los vientos catastróficos en la pared del ojo.

Durante los siguientes meses se retiraron 10 millones de metros cúbicos de escombros de las áreas afectadas en Florida, suficiente para llenar 3.884 piscinas olímpicas. Tres ciudades y pueblos- Homestead, Florida City y Naranja Lakes- quedaron completamente o casi reducidos a ruinas. Andrew expuso las fallas en los códigos de construcción locales, la construcción de mala calidad a gran escala, las trampas de depender de una economía centrada en el turismo y los bienes raíces, y los déficits en la preparación y recuperación de tormentas.

Hoy, esas mejoras en el mercado de seguros y en los códigos de construcción, así como los avances en el pronóstico del tiempo, son factores que se consideran la principal línea de defensa de la región contra futuras tormentas tropicales que se dirijan al sur de Florida.

"Los códigos de construcción utilizados en los condados de Dade y Broward son los mejores códigos de construcción para huracanes del mundo. Es un resultado directo del huracán Andrew”, aseguran los especialistas.

Destacamos