Chile: alerta naranja por inminente erupción del volcán Láscar

El fin de semana, el volcán Láscar registró la mayor actividad sísmica de los últimos 12 años. Se activaron los protocolos de emergencia y se elevó el nivel de alerta.

Un nuevo pulso del volcán Láscar enciende las alarmas en la región de Antofagasta, al norte de Chile. En la noche del viernes, las estaciones de monitoreo registraron un aumento en la actividad sísmica “asociada con la dinámica de fluidos al interior del sistema volcánico”. Por esta razón, se activó el protocolo preventivo y el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (SERNAGEOMIN) elevó el nivel de alerta de amarillo a naranja.

El cambio en el nivel de alerta implica un aumento en el perímetro de seguridad de 5 a 10 km alrededor del cráter, la evacuación de los animales y la coordinación entre organismos para entregar máscaras en caso de ser necesario.

“De los 12 años que llevamos monitoreando el volcán, ésta es la actividad más grande que hemos tenido. Por eso se justifica el cambio en el nivel de alerta”, dijo David Montenegro, Director del Organismo. Además, las autoridades hicieron un pedido enfático para que los pobladores y turistas respeten este margen de seguridad y no se expongan al riesgo innecesariamente.

Si bien dentro del área de 10 km no existen poblaciones, los especialistas afirmaron que en caso de generarse un pulso eruptivo, la columna de humo y cenizas podría alcanzar varios kilómetros de altura, y producir además flujos de material incandescente.

Del lado argentino, las localidades más cercanas se encuentran a unos 170 km del volcán, como San Antonio de los Cobres y Susques. El Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR) compartió las recomendaciones para la población ante una eventual erupción y exposición a cenizas volcánicas.

El Láscar tiene 5592 m de altura y se encuentra a 1600 km al norte de Santiago de Chile, en la región de Antofagasta. Registró pulsos como este en 2006 y 2015, y en diciembre pasado comenzó a presentar actividad sísmica, por lo que se declaró el alerta de nivel amarillo y se cerró el acceso a los turistas. Su última gran erupción fue en abril de 1993.

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