Científicos buscan restos de un meteorito que cayó en La Pampa en septiembre pasado

Una bola de fuego atravesó el sur de La Pampa el pasado 13 de septiembre y ha sido rastreada por un equipo de investigadores. Se busca registrar por primera vez la órbita de un meteorito en Argentina y rescatar sus restos.

Meteorito La Pampa
Vista obtenida por una cámara en el momento que el meteorito iluminaba el cielo de La Pampa.

Los hechos nos retrotraen al pasado 13 de septiembre sobre el final de la tarde. Ese día a las 19:30 horas el cielo pampeano fue iluminado por un objeto que cayó desde el cielo dejando una estela tras de si. Tal como relata NexCiencia, era un asteroide de aproximadamente dos metros. Ínfimo para los telescopios, pero lo suficientemente grande como para ser el centro de atención de todo un pueblo.

Una bola de fuego cruzó el cielo de La Pampa y podría haber dejado el primer meteorito con órbita calculada en Argentina. Científicos identificaron un campo donde habría caído y ya obtuvieron algunas muestras.

En el ambiente científico generó entusiasmo por encontrar un valioso objeto de estudio que puede brindar pistas sobre el origen de nuestro sistema solar, incluso, de la vida como la conocemos. Sin embargo, también atrajo a los cazadores de meteoritos. “Una competencia desleal”, dicen desde el equipo científico. Se trata de personas que los trafica en el mercado negro. Para todos, se trata de un tesoro del cielo.

Mauro Spagnuolo, director del Laboratorio de Geología Planetaria (LGP) del Instituto de Estudios Andinos “Don Pablo Groeber” (UBA-CONICET) en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA contó que su irrupción fue totalmente sorpresiva. “Es muy chico, sólo se hubiera visto si un telescopio justo estaba observando de noche ese punto preciso del cielo”, comenta.

Localización y logística de la búsqueda

Un meteorito de dos metros parece grande pero es muy chico y quizás llegan a la superficie sólo fragmentos del tamaño de un puño, indican los especialistas a NexCiencia. Eso presenta algún nivel de peligrosidad para las personas, pero no es un peligro real. El argumento sigue siendo probabilístico: el setenta por ciento de la superficie terrestre es agua. Del resto, los centros urbanos son pequeñas manchas de la totalidad continental.

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Se conformó un equipo internacional que reúne a especialistas de la Universidad de Buenos Aires, La Plata (UNLP), Córdoba (UNC), La Pampa (UNLPam), de Uruguay y de España para ir en busca de este cuerpo que cayó del cielo. Es la primera vez que un equipo científico argentino puede ir a buscar un objeto que acaba de caer. “Es que ahora es más fácil, porque todos tenemos la posibilidad de filmar. Antes, se difundía de boca en boca y era muy difícil calcular dónde había caído”, aclara Felipe Neuss, licenciado en Geología (Universidad de Buenos Aires).

El rastrillaje se realizó en el departamento pampeano de Lihuel Calel. El superbólido, es decir, el fenómeno con intensa luminosidad que irrumpe en el cielo, fue visto en distintas localidades de la zona y registrado por una inmensidad de cámaras de seguridad y de teléfonos celulares. Se fueron triangulando todas las informaciones que se tenían para llegar al lugar exacto.

La información que encierra un meteorito

Con toda esa información, un mes después del evento llegaron al campo de una familia donde se creía que el objeto podría haber caído. Cazadores de meteoritos ya habían pasado por allí, pero no los habían dejado ingresar al campo. Luego de que obtuvieran un “si, rastrillaron y encontraron algunos candidatos. “Son fragmentos que hay que estudiar”, indica Spagnuolo. Se analizarían en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y en el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.

Cientificos
Mauro Spagnuolo y Felipe Neuss. Fotografía: Luiza Cavalcante

Spagnuolo también explica que lo primero es hacer una clasificación. “Es primordial ver qué tipo de meteorito es, eso y su trayectoria nos podrían indicar, aunque es difícil, el asteroide del cual provino. Sería como tener una muestra de mano de algo que está entre Marte y Júpiter y podríamos vincularlo con lo que se observa por espectrometría con un telescopio”. Al ver su composición interna se podría observar los minerales internos con un microscopio. De contar con fondos, mediante isótopos se buscaría saber su edad.

Los científicos explican que en su gran mayoría, son rocas que tienen la misma edad del Sol. Son los objetos más antiguos del sistema solar”, expresa Neuss, quien aclara que es posible saber la edad de nuestro planeta a partir de datar meteoritos, ya que las rocas terrestres han sido recicladas por la tectónica de placas antiguas. El científico también afirma que pueden brindar pistas sobre el origen de la vida.