El invierno dejó de ser seco: lluvias impensadas reactivaron la campaña triguera en la zona centro de la Argentina

La región núcleo recibió lluvias inusuales que revitalizaron al trigo. Pero el impacto del clima fue desigual en el resto del país, donde aún persisten demoras por excesos hídricos.

Fertilización en un lote de trigo, en la provincia de Buenos Aires. Gentileza imagen de Gustavo Ferraris en X: @GustaFerraris

El mes de julio trajo consigo un comportamiento climático que rompió la monotonía seca del invierno agrícola en la zona centro de Argentina. Las lluvias acumuladas en la región núcleo superaron ampliamente los valores históricos y transformaron el escenario productivo para el trigo.

Estas precipitaciones —inusuales para esta época— permitieron consolidar nacimientos, mejorar el macollaje y asegurar un arranque sólido para el cereal.

De acuerdo con la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en localidades como Noetinger (Córdoba) se registraron 45,2 mm, triplicando el promedio normal, pero también se destacaron Baradero (54 mm), María Teresa (45,6 mm), Ramallo (44,6 mm) y General Pinto (42 mm). Técnicos en la zona destacan que en 12 de los últimos 20 julios no se registraron lluvias, lo que subraya el carácter excepcional del fenómeno.

Grandes expectativas para el trigo

El último reporte de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires confirmó que la siembra de trigo se ubica en un 92,8 % del área proyectada en 6,7 MHa. Tras un progreso intersemanal de solo 1,8 puntos porcentuales, producto de las demoras ocasionadas por nuevas lluvias en sectores complicados con excesos hídricos.

Específicamente en el centro y sudeste bonaerense, las labores se detuvieron por completo a la espera de mejores condiciones del suelo para la entrada de las sembradoras. Incluso ya se reportaron algunas pérdidas de área sembrada por los encharcamientos que podrían someterse a resiembras.

El escenario es sumamente alentador en la zona centro, donde los informes de la BCR destacan que "con 1,66 millones de hectáreas sembradas, el trigo se perfila para alcanzar su tercera mayor siembra histórica en la región núcleo".

Si los rendimientos promedio alcanzan los 43 quintales por hectárea, se podrían superar los 7 millones de toneladas. Los perfiles del suelo ya contaban con buena humedad desde abril, y las lluvias recientes consolidaron un panorama ideal para los primeros estadios del cultivo.

Maíz tardío: cosecha casi finalizada

En cuanto al maíz con destino a grano comercial, la cosecha de los lotes tardíos alcanzó el 78,9 % del total nacional, con una producción acumulada de 40,4 millones de toneladas. Córdoba lidera con un 83,6 % del área cosechada y un rendimiento promedio de 77,6 qq/ha, especialmente favorable en lotes sembrados a fines de diciembre.

Según la BCR, en la zona centro los rindes promedio oscilaron entre 80 y 100 qq/ha, con picos de hasta 120 qq/ha en lotes del norte bonaerense y el noroeste de la región. En muchos casos, el maíz tardío logró compensar la baja performance de los maíces tempranos, afectados por la falta de agua en noviembre y diciembre.

Las siembras intermedias de noviembre y principios de diciembre mostraron rendimientos más irregulares. De todas maneras, se mantiene la proyección nacional de 49 millones de toneladas de maíz para la campaña 2024/25.

En cuanto al sorgo granífero, la cosecha avanzó al 82,4 % del área, con un rendimiento promedio nacional de 36,5 qq/ha. En la zona núcleo norte, las labores ya finalizaron con un promedio de 52,7 qq/ha y una producción de 120.000 toneladas, mientras que en Córdoba los rendimientos se ubican cerca de los 48 qq/ha.

Lluvias que bendicen y lluvias que complican

El fenómeno climático que benefició a la región núcleo también generó complicaciones en otras áreas productivas. Mientras en el centro del país las lluvias de julio fueron celebradas por su aporte al trigo, en sectores del sudeste bonaerense y del centro-sur del área agrícola nacional, esas mismas precipitaciones dificultaron la entrada de maquinaria y generaron retrasos de hasta 10 puntos respecto a campañas anteriores.

Los productores del centro del país ven una oportunidad para recuperar terreno perdido durante las últimas campañas. Aún así, las perspectivas son levemente optimistas y habrá que esperar hasta fin de año para saber si se concretaron las expectativas que hoy sostienen el optimismo de quienes sembraron trigo.