El mundo no se pone de acuerdo para brindar: cómo y cuándo se celebra el Año Nuevo en el mundo

Festejar el inicio de un ciclo es una necesidad humana casi tan antigua como el viento. Pero no todos ponen el "kilómetro cero" al mismo tiempo. Mientras la mayoría descorchamos en enero, millones de personas esperan que la Luna, el Sol o la meteorología den la señal que cambia el año.

año nuevo
El cambio de año entre diciembre y enero se basa en el calendario gregoriano y fue popularizado por el cristianismo.

Nuestra costumbre de celebrar el 1 de enero el inicio de un nuevo año tiene una raíz curiosa. Antiguamente, los romanos iniciaban el almanaque en marzo (en honor a Marte, dios de la guerra), lo cual también tenía lógica estacional en el hemisferio norte: era el inicio de la primavera, que también se suele asociar con los comienzos.

No obstante, el calendario se movió a enero para honrar a Jano, el dios de las dos caras que mira hacia atrás y hacia adelante. Lo que se consolidó como el “Año Nuevo occidental” fue una decisión administrativa que luego el cristianismo instaló en gran parte del mundo. Hoy, el paso del 31 de diciembre al 1 de enero está acompañado de propósitos, cuenta regresivas y espectáculos pirotécnicos que enmarcan los monumentos y emblemas más importante del país.

Año Nuevo Lunar: un festejo en movimiento

Pero el calendario gregoriano no es el único que organiza el paso del tiempo. En gran parte de Asia, el Año Nuevo llega con la primera luna nueva del calendario lunar. La fecha cambia todos los años y, aunque en Occidente suele asociarse al Año Nuevo chino, la celebración atraviesa múltiples países y culturas, cada una con sus propios rituales.

Las casas se limpian a fondo para dar la bienvenida a la prosperidad, se encienden petardos para espantar malos espíritus y se intercambian sobres rojos con dinero como augurio de buena suerte.

Es un momento de reencuentro familiar, de casas ordenadas para recibir un nuevo ciclo y de fuegos artificiales que buscan ahuyentar la mala suerte. En barrios chinos de todo el mundo, las calles se transforman en escenarios de desfiles con dragones y celebraciones que duran varios días.

Nowruz: el renacer de la naturaleza

Nowruz, que significa "nuevo día" en persa, coincide con el equinoccio de primavera (alrededor del 20 de marzo) y marca el inicio del año en el calendario solar iraní. La celebración acompaña el renacer de la naturaleza y se vive como una transición simbólica: se recita poesía, se escucha música tradicional y se realizan rituales que representan dejar atrás lo viejo para dar lugar a lo nuevo.

Esta festividad, reconocida por la UNESCO, celebra el renacimiento de la naturaleza. Familias preparan la "Haft Sin", una mesa con siete elementos que comienzan con la letra "S" en farsí, cada uno simbolizando un deseo para el nuevo ciclo. Saltar sobre hogueras, visitar a los seres queridos y disfrutar de picnics al aire libre son parte de una tradición que une a millones en Asia Central y su diáspora global.

Songkran: la purificación con agua

En Tailandia, el Año Nuevo (Songkran) se celebra del 13 al 15 de abril. Este festival, de origen budista, tiene al agua como protagonista: simboliza la purificación y el lavado de las desgracias del año que termina.

Songkran, que significa "mover" o "movimiento" en sánscrito, funciona con el calendario solar, marcando el movimiento del sol de Piscis a Aries en el zodíaco.

Originalmente, el agua se vertía con delicadeza sobre las manos de los mayores como gesto de respeto. Hoy, esa tradición convive con gigantescas batallas callejeras donde turistas y locales se mojan unos a otros con pistolas y baldes, transformando ciudades como Chiang Mai en enormes arenas acuáticas llenas de alegría.

Muharram: reflexión y recogimiento

El calendario islámico propone un comienzo distinto. Muharram abre el año y su significado se aleja de la celebración ruidosa.

Es un período de recogimiento, memoria e introspección, especialmente durante el Día de Ashura. Las prácticas varían según la tradición suní o chií, pero el eje está puesto en la reflexión, el ayuno y la oración.

Enkutatash: el regalo de las joyas

En Etiopía, el Año Nuevo (Enkutatash) se celebra el 11 de septiembre, coincidiendo con el fin de la temporada de lluvias y la floración de las margaritas amarillas.

Su nombre, que significa "regalo de joyas", evoca la leyenda de la Reina de Saba. Las familias se reúnen para compartir platos tradicionales, los niños cantan de puerta en puerta recibiendo pequeños obsequios y se encienden hogueras al anochecer. Es una fiesta que mezcla el agradecimiento por la naturaleza con el reencuentro familiar.

Diwali: el festival de las luces

Aunque es conocido como el Festival de las Luces, para muchos hindúes Diwali también marca el inicio del año nuevo. Celebrado entre octubre y noviembre, coincide con la luna nueva más oscura.

Durante cinco días, se limpian las casas, se decoran con coloridos rangoli (diseños en el suelo) y se encienden diyas (lámparas de aceite) para atraer a la diosa Lakshmi, símbolo de prosperidad. Familias intercambian dulces, visten ropa nueva y culminan la noche con espectáculos de fuegos artificiales, representando el triunfo de la luz sobre la oscuridad.

Rosh Hashaná: la cabeza del año

Para la comunidad judía, el Año Nuevo (Rosh Hashaná) cae en el mes hebreo de Tishrei (generalmente en septiembre). Es un período de introspección y balance espiritual, donde se toca el shofar (cuerno de carnero) para llamar a la reflexión.

Las comidas simbólicas son centrales: se come manzana con miel para desear un año dulce, granadas para abundancia en buenas acciones y pescado para la fertilidad. Los rezos en la sinagoga y el reencuentro familiar marcan un tiempo de perdón y nuevos propósitos.

Al final, el Año Nuevo no llega para todos al mismo tiempo ni de la misma manera. Cambia la fecha, cambia el calendario y cambian los rituales, pero la idea se repite: cerrar un ciclo y abrir otro. Una necesidad humana tan antigua como el tiempo mismo.