Italia, de la sequía a las inundaciones en pocos días: ¿es la crisis climática?

El norte de Italia ha pasado en pocos días de una grave sequía a una fortísima inundación: ¿qué está pasando? ¿Tiene algo que ver el cambio climático? ¿Son estos fenómenos extremos dos caras de la misma moneda?

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Inundación en Emilia-Romaña, mayo de 2023: una de las muchas situaciones de emergencia de estos días. Fotografía tomada de un vídeo del Cuerpo de Bomberos.

En pocos días, el norte de Italia pasó de una situación de grave sequía a inundaciones generalizadas, que causaron 14 muertos y unos 35.000 desplazados, especialmente en la región de Emilia-Romaña. Una situación dramática que, por desgracia, aún continúa.

Ante esta situación, es normal sentirse desorientado y con una pregunta clave: ¿qué está pasando? Primero, comencemos con los datos...

De la sequía a la inundación: la situación en 2022 y 2023

A lo largo de 2022 y también a principios de 2023, el norte de Italia -incluida Emilia-Romaña- se vio afectado por una fuerte sequía, la peor en muchas décadas, que llevó los ríos a niveles bajos y una situación de estrés de la vegetación, con suelos cada vez más secos. La situación se prolongó durante mucho tiempo, agravada además por un fuerte déficit de nevadas en los Alpes.

Los datos hablan ahora de un mayo que, a falta de pocos días para que culmine, fue uno de los más lluviosos de los últimos 70 años. También nos encontramos ante dos eventos meteorológicos verdaderamente excepcionales, el de principios de mayo y el del 16 de mayo, con acumulados récord de precipitaciones.

En el mes de mayo, en algunas zonas de Emilia-Romaña como los Apeninos de Rávena y Forlì, cayeron entre 400 y 500 mm de lluvia: son zonas en las que cae una media de ¡900 mm al año!

Hace solo 6 meses (a fines de noviembre) Italia había sido golpeada por otro evento catastrófico: lluvias torrenciales habían golpeado la isla de Ischia (126 mm en 6 horas) provocando deslizamientos de tierra que causaron la muerte de 12 personas. Dos meses antes, en septiembre de 2022, otra inundación había azotado la región de Marche. De nuevo se habían producido lluvias torrenciales concentradas en pocas horas y se habían producido 12 muertos.

Si retrocedemos en el tiempo, los hechos se suceden: en julio parte de un glaciar de los Alpes se había derrumbado a causa de temperaturas excepcionalmente altas, provocando la muerte de 11 personas.

¿Tiene algo que ver el cambio climático?

“Es difícil atribuir eventos extremos al cambio climático -explica Luca Lombroso, meteorólogo de AMPRO y Meteored, y comunicador científico-, pero gracias a los avances en la modelización climática, un equipo de científicos y periodistas ha creado un sitio, worldweatherattribution.org, que ofrece algunas respuestas. Según ellos, el calor extremo de abril en España, Portugal, Marruecos y Argelia es casi imposible sin el cambio climático.

"En los últimos años -añade Lombroso- he observado una tendencia a pasar de periodos secos a lluvias torrenciales, como ocurrió entre los veranos de 2012 y 2014 y durante los veranos de 2002 y 2005. Esto me hace pensar que el cambio climático influye en estas situaciones. Además, creo que una situación como la del ciclón Minerva habría sido menos probable y, en cualquier caso, menos intensa de lo que ocurrió".

Como declaró a Meteored Italia Pierluigi Randi, presidente de AMPRO (Asociación Meteorológica Profesional Italiana), “un evento único, por grave que sea, no puede atribuirse directamente al cambio climático. Pero si consideramos la prolongada y severa sequía en el período 2021-2022, la llegada de un ciclón subtropical a la zona de Rímini en enero de 2023, y dos eventos de precipitación extrema en el espacio de apenas 14 días, por mencionar los más significativos, tenemos 3 eventos extremos, de signo opuesto, en rápida sucesión y solo en nuestra región”.

"En este caso -agrega Randi- la atribución se vuelve más consistente con lo que indican los modelos climáticos. Desde principios de mayo, en la zona montañosa del este de Emilia y Romagna, han caído entre 400 y 500 mm (localmente incluso más) que corresponden aproximadamente a la mitad de la precipitación normal anual, en los dos eventos respectivos cayeron entre 150 y 250 mm en las mismas zonas, por lo tanto dos eventos muy similares en cuanto a la acumulación de lluvia, el primero de ellos en unas 36 horas y el segundo en unas 30 horas (¡estas últimas, por tanto, aún más intensas)".

Otros meteorólogos entrevistados en los últimos días también afirmaron que los eventos extremos (tanto sequías como lluvias excepcionales) están aumentando y se están dando con mayor frecuencia. Entre estos, el meteorólogo y climatólogo Giulio Betti, quien subrayó a FanPage cómo los eventos extremos están aumentando en frecuencia en los últimos 20 años.

Fragilidad del territorio italiano ante fenómenos extremos

Tras la grave inundación del 15 al 17 de mayo de 2023, el Consejo Nacional de Investigación (CNR) publicó una nota que subraya la fragilidad del territorio italiano frente a fenómenos extremos cada vez más frecuentes.

“Una vez más –dice la nota– bajo la constante presión meteorológica y climática, nuestro territorio demuestra su fragilidad, llamando la atención sobre los graves problemas relacionados con la inestabilidad geohidrológica. El fenómeno pluviométrico que, en las 48 horas transcurridas entre el 15 y el 17 de mayo de '23, descargó enormes cantidades de lluvia en Emilia Romaña, provocó numerosos corrimientos de tierras e inundaciones en diversas localidades del tramo de los Apeninos comprendido entre Bolonia y Cesena, extendiéndose hasta el sector más septentrional de la región de la región de Marche.

El análisis de los datos de lluvia horaria disponibles de los pluviómetros de la red fiduciaria de Protección Civil, informa la CNR, destacó picos de lluvia de hasta 200 mm en las 24 horas anteriores al 17 de mayo, cuyas intensidades máximas se detectaron en la banda entre Monghidoro, Civitella di Romagna y Castrocaro Terme. El índice de rareza de los eventos de lluvia elaborado por el Cnr-Irpi a partir de los datos de lluvia de los últimos 20 años sitúa este último evento en Emilia Romagna entre los clasificables como "eventos extremos".

El evento en Emilia-Romaña se puede clasificar como extremo.

Aunque los valores pluviométricos areales tendieron a ser más bajos, pero localmente intensos, este evento se extendió hasta la región de Marche, lo que atestigua su carácter excepcional también en términos de extensión espacial. Este fenómeno extremo sigue al registrado hace tan sólo quince días en la misma zona de Emilia Romaña, que ya había sido responsable de fenómenos generalizados de corrimiento de tierras en las zonas de colinas y montañas y de grandes inundaciones y roturas de terraplenes a lo largo de los principales ríos de la zona.

En estos territorios, caracterizados por una alta predisposición a la inestabilidad por su conformación geológica y geomorfológica, el actual escenario pluviométrico se encuentra entre los más favorables en caso de deslizamientos generalizados. Las lluvias de las últimas semanas han dejado el suelo en condiciones de saturación ya muy alta, condición desfavorable sobre la que luego se posaron las nuevas lluvias extremadamente intensas y ampliamente distribuidas. En este contexto, como ya lo demostraron los derrumbes ya registrados en las últimas horas, la probabilidad de que se desencadenen otros derrumbes es altísima y tenderá a aumentar si continúan las fuertes lluvias.

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