La temporada de huracanes 2025 en el Atlántico aún no mostró gran intensidad, pero esto podría cambiar pronto
Te contamos porqué en las cuencas del hemisferio norte, durante junio y julio del 2025, se dio poca actividad ciclónica, pero según los pronósticos esto podría cambiar muy pronto.

Finaliza el mes de julio y aún las cuencas del hemisferio norte no se han destacado, con el registro de los típicos sistemas ciclónicos que se esperaban para esta temporada 2025 (en intensidad y persistencia, al menos). No solo el Atlántico Norte ha estado tranquilo, el Pacífico (Noreste, Centro y Noroeste), e incluso el Índico Norte, también. Los científicos remarcan que esta situación podría cambiar pronto.
Tanto en la actualización del 11 de junio, como la última del 9 de julio, los pronósticos han reducido ligeramente el número de huracanes previstos para la cuenca del Atlántico Norte, con respecto a las primeras estimaciones. Según el CSU, se espera la formación de 16 tormentas con nombre, de las cuales ocho evolucionarían a huracanes y tres alcanzarían la categoría de huracanes mayores.
De todas formas, se subraya la importancia de estar preparado para afrontar estos eventos de tiempo extremo, independientemente del pronóstico de la temporada de huracanes.
Energía ciclónica acumulada (hasta julio 2025): baja
Actualmente, cerrando el mes de julio de 2025, en las cuencas generadoras de sistemas ciclónicos del hemisferio norte, la energía ciclónica acumulada (ACE, por sus siglas en inglés de Accumulated Cyclone Energy) es inferior a la media, se trata de una función de la velocidad máxima del viento y la duración de las tormentas.
En el gráfico siguiente (Figura 1), se muestra la ACE del hemisferio norte para cada año, del 1 de enero al 21 de julio, a partir de 1971, el primer año con datos confiables del Pacífico Noreste. La ACE (hasta el 21 de julio de 2025), con 45.5, representa solo el 41 % del promedio climatológico del período 1991-2020.

Los únicos años con una ACE más baja en ese momento fueron 1977 (ACE 23.0) y 1998 (ACE 39.1). Por eso, la energía ciclónica acumulada total para esta fecha es la tercera más baja registrada en más de medio siglo.
La tabla (Figura 2), de la Actividad Global de Ciclones Tropicales, actualizada en tiempo real por la Universidad Estatal de Colorado, (que entre paréntesis detalla la climatología 1991-2020), muestra cómo se comporta cada cuenca de la Tierra en diversas medidas de actividad ciclónica tropical, hasta el 21 de julio de 2025.

Si prestamos atención en la tabla, en la primera columna de datos, la cantidad de sistemas con nombre totales para el hemisferio norte (total de 16), no ha sido lento en la producción de tormentas con nombre hasta la fecha. Sin embargo, es notable que los sistemas que se desarrollaron no han logrado sobrevivir por mucho tiempo, ni se han intensificado demasiado, y esto es lo que percibimos como un “inicio de temporada poco destacado”.

La longevidad acumulada de cada tormenta con nombre (o "días de tormenta con nombre" en la tabla es la columna 4 de datos), es solo alrededor de dos tercios del promedio. En cuanto a los sistemas con fuerza de huracán, que se llaman tifones en el Pacífico Noroeste y tormentas ciclónicas severas en el Océano Índico Norte, su longevidad acumulada es de solo el 27% del promedio.
Qué está pasando en las zonas generadoras de tormentas ciclónicas (a julio 2025)
Las temperaturas de la superficie del mar son las terceras más cálidas registradas históricamente, a mediados de julio de 2025 en todo el planeta, no muy por detrás de los años récord de 2023 y 2024. Desde las zonas subtropicales hasta las latitudes medias del hemisferio norte, las temperaturas son sofocantes en comparación con el promedio. La Oscilación Ártica se ha mantenido en un nivel positivo durante la mayor parte de la primavera septentrional y principios del verano.
Esto refleja el desplazamiento de la corriente en chorro polar más al norte de lo habitual, lo que facilita el calentamiento de las aguas en latitudes medias y permite que complejos de tormentas severas, causantes de inundaciones, se propaguen por todo Estados Unidos, cómo ya hemos visto en los reportes de tormentas severas, que resultaron fatales, durante las últimas semanas.

En los trópicos profundos, donde se forman la mayoría de los ciclones tropicales, hay una mezcla de áreas de temperatura de la superficie del agua, superiores e inferiores, al promedio (ver Figura 3). Dado que las cuencas generadoras de tormentas del hemisferio norte están tan distantes entre sí, es posible que el ACE inusualmente bajo de este año esté influenciado por múltiples factores regionales que están alineados.
La principal razón de la ligera reducción en el pronóstico estacional de huracanes del Atlántico, se debe, en parte, a la fuerte cortante de viento observada y pronosticada en el Mar Caribe. Esta poderosa cortante vertical en junio-julio sobre el Caribe, suele estar asociada a una menor actividad de huracanes en el Atlántico.
En las cuencas que afectan a Norteamérica, "en general, hemos tenido un pronunciado movimiento descendente sobre el Pacífico Noreste y el Atlántico durante las últimas dos semanas, lo que ha suprimido las probabilidades de tormenta en ambas cuencas", declaró el meteorólogo Philip Klotzbach, de la CSU.
En el caso del océano Índico Norte, como el monzón de la India llegó con antelación este 2025 y ha sido intenso (con un 10 % más de lluvia que el promedio durante el último mes), y los ciclones tropicales son más fuertes y numerosos en los períodos premonzónicos y posmonzónicos, por lo que la llegada temprana del monzón de 2025 contribuyó a mantener la cuenca libre de tormentas con nombre en lo que va de año.
Qué dicen los pronósticos para el resto de la temporada 2025
El meteorólogo Klotzbach señaló que los vientos alisios más débiles de los habitual, en el Atlántico tropical, han provocado un calentamiento sustancial en julio 2025. Mientras tanto, vientos alisios más fuertes de lo habitual han enfriado el Pacífico Noreste. En conjunto, afirma Klotzbach, estas tendencias podrían contribuir a la actividad tropical en el Atlántico hacia agosto.
La cortante del viento que ha suprimido la actividad en el Mar Caribe, una situación común en julio, cuando el Caribe oriental suele recibir el apodo de "cementerio de huracanes". Al parecer este patrón finalmente estará cambiando a principios de agosto. Esto podría provocar una mayor actividad ciclónica en el Atlántico Norte.
Las aguas tropicales son más cálidas de lo habitual en este 2025, pero más frías que el año pasado (2024). Recordemos que aún nos quedan por transitar los meses más importantes en materia de actividad ciclónica, que tiene su pico de actividad en agosto y septiembre.
One reason for CSU's active Atlantic #hurricane season forecast is anticipated lack of #ElNino. El Nino typically decreases Atlantic hurricane activity via increases in Caribbean/tropical Atlantic vertical wind shear. Lack of El Nino typically results in busier Atlantic seasons. pic.twitter.com/yapNgr92GZ
— Philip Klotzbach (@philklotzbach) July 9, 2025
En el océano Pacífico, las temperaturas superficiales del mar se mantienen cerca de los niveles promedio, manteniendo condiciones "neutrales" del fenómeno ENSO, sin un patrón de La Niña ni de El Niño. Klotzbach afirmó que, históricamente, la combinación de un ciclo neutro en el Pacífico con temperaturas superficiales del mar más cálidas en el Atlántico suele propiciar condiciones más favorables para el desarrollo ciclónico tropical.
The main reason for CSU's slight reduction in their Atlantic seasonal #hurricane forecast is due to strong observed and forecast Caribbean shear. Strong Caribbean shear in June-July is typically associated with reduced Atlantic hurricane activity. pic.twitter.com/aJy84uISGS
— Philip Klotzbach (@philklotzbach) July 9, 2025
Su equipo estima una probabilidad del 48 % de que un huracán toque tierra en algún lugar de la costa estadounidense este año, un poco por encima del promedio histórico del 43 %. Esto incluye una probabilidad del 25 % de que toque tierra en la costa este de EE.UU., y un 31 % de que un huracán azote la costa del Golfo, ambos valores porcentuales un poco por encima del promedio.
El equipo de Klotzbach también estima que hay un 53 % de posibilidades de que un gran huracán (de categoría 3 o superior) pase por el Caribe en algún momento de este año, cifra superior a la media del 47%.
Cómo es la actividad normal en la temporada de huracanes del Atlántico y el Pacífico Noreste
La temporada de huracanes del Atlántico se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre. La cuenca atlántica abarca el océano Atlántico, el Mar Caribe y el golfo de América (reconocido históricamente como el golfo de México). Basándose en un período climático de 30 años, de 1991 a 2020, una temporada promedio de huracanes en el Atlántico consta de 14 tormentas con nombre, 7 huracanes y 3 huracanes mayores (categorías 3, 4 o 5 en la escala de vientos de Saffir-Simpson).

La primera tormenta con nombre, en el Atlántico Norte, suele formarse entre mediados y finales de junio, el primer huracán suele formarse entre principios y mediados de agosto, y el primer huracán mayor se forma a finales de agosto o principios de septiembre, según la información del NHC/NOAA.
The subtropical eastern Atlantic and portions of the tropical Atlantic are warmer than normal. The current Atlantic sea surface temperature pattern is fairly similar to what we typically observe in July prior to active Atlantic #hurricane seasons. pic.twitter.com/Bp79GXlUah
— Philip Klotzbach (@philklotzbach) July 9, 2025
La temporada de huracanes del Pacífico Noreste se extiende del 15 de mayo al 30 de noviembre. La cuenca del Pacífico oriental abarca desde México y Centroamérica hacia el oeste hasta los 140°W. Basándose en un período climático de 30 años, de 1991 a 2020, una temporada promedio de huracanes en el Pacífico oriental consta de 15 tormentas con nombre, 8 huracanes y 4 huracanes mayores.
La primera tormenta con nombre, en el Pacífico Noreste, suele formarse entre principios y mediados de junio, el primer huracán suele formarse a finales de junio y el primer huracán mayor a mediados de julio, según NHC/NOAA.