Las lluvias no dan tregua y la ventana de siembra de soja se cierra: el campo argentino enfrenta su semana más crítica

La inestabilidad volvió a dominar el centro del país y amenaza con dejar hasta un millón de hectáreas fuera de la ventana óptima de siembra.

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Lote de soja en periodo vegetativo, en la localidad de Roque Pérez, provincia de Buenos Aires. Gentileza: Bolsa de Cereales de Buenos Aires

La región núcleo transita un escenario de máxima tensión climática, con tormentas que regresan cada tres o cuatro días, suelos que no logran recuperarse y nuevas alertas que anticipan granizo y precipitaciones localmente intensas hacia el final de la semana. Este patrón de inestabilidad vuelve a frenar la siembra en pleno período óptimo y deja al borde del atraso definitivo a un millón de hectáreas de soja de primera.

En su último informe semanal, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC) reportó que la soja cubre el 24,6 % de las 17,6 millones de hectáreas proyectadas para la campaña, con una demora interanual de 11 puntos. Aunque el avance intersemanal de 12 puntos refleja el esfuerzo por aprovechar cada pausa climática, la falta de piso continúa siendo el principal obstáculo en amplias zonas del país.

En tanto, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advierte que la situación en la región núcleo es aún más severa, con un avance del 70 % en soja de primera y una brecha de 25 puntos respecto al año pasado. Las lluvias intermitentes obligan a detener las labores cada 72 a 96 horas y exponen los lotes recién sembrados al riesgo de quedar “planchados”, lo que puede comprometer la emergencia y obligar a resembrar.

El maíz también muestra retrasos preocupantes: la BdeC reporta que la siembra alcanza el 37,3 % del área nacional proyectada, mientras la ventana de los planteos tempranos ya quedó atrás y la tardía enfrenta un clima que no ofrece garantías. El 100 % de los lotes implantados mantiene condición Normal a Excelente, pero un 12 % del área se encuentra bajo excesos hídricos que impiden refertilizaciones y labores complementarias.

La campaña avanza, pero con daños por tormentas

El girasol ingresa a su tramo final con un avance del 95,1 % de las 2,7 millones de hectáreas proyectadas, según el informe de la BCBA. El sudeste bonaerense impulsó gran parte del avance intersemanal de 10,5 puntos, consolidando un ritmo que sorprendió incluso después de las lluvias intensas de la última semana.

La condición del cultivo es excelente, con un 98 % de los lotes entre Normal y Excelente y un 85 % con humedad Adecuada u Óptima, lo que sostiene expectativas de muy buenos rindes en las primeras cosechas de enero.

La región núcleo, sin embargo, también muestra daños puntuales por tormentas. En sectores del este de General Pinto, el granizo castigó algunos cuadros y dejó pérdidas significativas en girasol, aunque se trató de un fenómeno localizado. Los técnicos explican que, pese a estos episodios, el cultivo mantiene un balance favorable en la mayor parte de la región.

El sorgo granífero, por su parte, alcanza el 34 % del área nacional estimada, con un adelanto interanual de 3,6 puntos y un dinamismo sostenido en zonas con buena disponibilidad hídrica superficial. En Córdoba, la intención de siembra cae cerca del 13 % frente al ciclo anterior, debido a la competencia directa con el maíz, aunque se espera completar la implantación antes de fin de mes.

Rindes excepcionales en trigo

El cereal se consolida como el gran protagonista del ciclo, con resultados que superan máximos históricos en amplias zonas del centro agrícola, según la entidad porteña. La cosecha avanza al 20,3 % del área apta, mientras el 70 % restante transita el llenado de granos o la madurez en un contexto climático que favorece la expresión del potencial.

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Planta de trigo en llenado de grano, parte de un lote del cereal en Colonia Barón, provincia de La Pampa. Gentileza: Bolsa de Cereales de Buenos Aires

Por otra parte, en la zona centro crece la preocupación por la baja proteína en trigos que, pese a rendir muy bien, podrían recibir descuentos importantes. Técnicos de Aldao explican que los planteos con fertilización base entregan buenos volúmenes pero con proteína reducida, mientras que en General Pinto alertan por casos de lavado de nutrientes y algunos episodios de fusariosis que podrían afectar la calidad final del grano.

Final abierto para la campaña agrícola

La campaña 2025/26 ingresa en su tramo más determinante con un clima que seguirá definiendo cada decisión productiva. Si se mantiene un patrón de tormentas frecuentes hasta mediados de diciembre, se podría retrasar aún más la siembra de soja de primera y obligaría a trasladar parte de esa superficie a fechas tardías con impacto directo en el potencial de rinde.

Los técnicos advierten que perder la ventana óptima en el millón de hectáreas pendientes en la región núcleo implica un riesgo serio para la estabilidad de la campaña.

Esos lotes podrían enfrentar mayores desafíos sanitarios y menor eficiencia en el uso del agua durante los meses críticos. Además, la inestabilidad también elevaría la probabilidad de enfermedades de fin de ciclo en soja y de patologías foliares en maíz, dos factores que podrían complicar el rendimiento de los cultivos de verano.

El mercado internacional ya mira de cerca el clima argentino, porque la oferta sudamericana influye de manera directa en las expectativas globales. Si los atrasos se profundizan o si las tormentas obligan a resembrar superficies importantes, los precios podrían reaccionar en el corto plazo ante la posibilidad de un recorte productivo.

La campaña camina, en definitiva, por una delgada línea entre la humedad beneficiosa y el exceso que paraliza, con un trigo que sorprende, una soja que corre contra el reloj y un maíz que enfrenta uno de los arranques más desafiantes de los últimos años. Las próximas tres semanas serán el corazón del ciclo: allí se definirá si el 2025/26 se encamina hacia un año de revancha o hacia un nuevo capítulo de contrastes productivos.