Una nueva normalidad: lo que deja la ola de calor extremo en Europa

Temperaturas extremas, incendios forestales o urbanos, un enorme número de fallecidos, y daños a infraestructuras vitales han sigo algunas de las consecuencias de la segunda ola de calor de este 2022 en Europa. Un escenario que podría ser la nueva normalidad.

Incendios forestales
Los incendios que se abatieron a causa de la ola de calor han demostrado ser cada vez más destructivos a medida que las temperaturas son más elevadas y persistentes.

La ola de calor extremo que se ha abatido sobre gran parte del centro y oeste de Europa no solo ha logrado quebrar centenares de récords de temperatura, sino que que ha presentado la imagen del peligro y los daños que produce un evento de estas características. Si bien en España no se ha quebrado el record de temperatura extrema, muchas ciudades han registrado las temperaturas mínimas más altas, y siguieron la tendencia que indica que las noches tropicales parece aumentar.

A eso se le han sumado decenas de incendios muy difícil de controlar, tanto por las altas temperaturas como la extrema sequedad del aire, una de las condiciones esenciales de masas de aire que se originan en lo profundo del desierto del Sahara. Francia ha superado el umbral de los 42 °C en el sur, pero la Bretaña, un sector del país donde generalmente la moderación atlántica entrega menores temperaturas, ha tenido noches agobiantes, y máximas por encima de los 40 °C.

Un capítulo aparte para el Reino Unido que ha superado por primera vez en su historia los 40 °C, y que ha quebrado los récords anteriores en más de 2 °C. Este país dista mucho de estar preparado para temperaturas de este tipo esperables mucho más al sur. Ni sus autopistas, ni las pistas de los aeropuertos están preparadas para esta situación, por lo que se han visto imágenes de carreteras deformadas, y aeropuertos con disrupciones por los daños a sus estructuras. Tampoco está preparado el transporte público, y solo el 0,5 % de los hogares tienen aire acondicionado, o algún sistema eficiente de refrigeración para estas temperaturas propias del Sahara.

Un escenario que cada vez es más frecuente

Los incendios han sido otros de los elementos asociados a esta ola de calor. Decena de ellos siguen ocurriendo en España aunque las temperaturas han descendido algo pero solo temporalmente, algo similar a lo vivido en Portugal. También Francia ha tenido incendios feroces y muy destructivos, tanto al sur como incluso sobre el norte del país. Los bomberos de Londres no han dado abasto para poder controlar incendios que afectaron viviendas a lo largo de la ciudad, o vegetación a los lados de algunas autopistas.

Según indicaba BBC, también Benelux (Bélgica, Países Bajos, y Luxemburgo) han registrado temperaturas récords. El miércoles 20 un frente frío avanza desde el centro de Francia hacia el este, y las temperaturas más altas se sitúan sobre Alemania, donde Berlín puede alcanzar los 38 °C. Más al sur, las altas temperaturas desataron incendios sobre Grecia, que el año pasado tuvo una situación muy difícil de controlar.

La estadística climática está mostrando que las olas de calor son cada vez más frecuentes, más intensas y más extensas.

La mayoría de los modelos de simulación climática demuestran que sin los cambios en el clima inducidos por la actividad del hombre, no se generarían situaciones tan extremas y cada vez más seguidas. Ahora la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, indicó que este tipo de situaciones obligará al país a replantearse sus preparativos para el tiempo muy caluroso, la sequía y las inundaciones.

Lo extremo dentro de lo extremo

Según datos preliminares de la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET), y reportados por el diario El País, esta ola de calor es la más extrema en España desde que hay registros. La anomalía ha sido de 4,2 °C por encima de la temperatura que gatilla el inicio de una ola de calor. Según datos señalados por La Vanguardia, esta segunda ola de calor cobró la vida de forma directa o indirecta de al menos 510 personas en el país, mientras que la primera registrada en junio unas 370 personas. Entre ambas la cifra sube a 880 personas fallecidas.

La exposición a altas temperaturas causa deshidratación, calambres, y un aumento en la temperatura corporal que puede conducir a daño neurológico, convulsiones y luego la muerte. En Madrid al menos 3 personas fallecieron en la calle como causa de golpe de calor, uno de ellos un trabajador de limpieza que falleció luego de ser afectado por el calor y el uso de un uniforme que lejos de refrescarlo complicó más su dramática situación.

Riesgo de incendios
Gran parte de Europa se encuentra con riesgo extremo a muy extremo de incendios.

Por último, aunque Italia ya viene registrando temperaturas muy elevadas, lo peor podría darse hacia el jueves o viernes con algunas marcas escalando hasta los 42 °C. Estas dos olas de calor de este año, con una dinámica atmosférica muy similar, comienzan a mostrar que este patrón de circulación está tendiendo a ser la norma, por lo que los países deberían tomar seriamente el escenario que tienen por delante.

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