Regresan una momia inca al Aconcagua: su historia y la leyenda de su maldición

La momia del Aconcagua, uno de los hallazgos más impactantes de Mendoza, inicia su regreso. Qué se sabe del niño inca, su hallazgo en 1985 y la leyenda que rodea su supuesta maldición.

Cerro Aconcagua
Tras 40 años, regresarán al Aconcagua la momia de un niño inca de 8 años que vivió en el año 1500.

Con las leyendas y mitos referidos a asuntos sobrenaturales suele ocurrir lo mismo que, como se dice, sucede con las brujas. Está en cada uno creer o no en esas historias, "pero que las hay, las hay". Y la historia de la "Momia del Aconcagua" en Mendoza bien podría cuadrar en esta máxima.

En 1985, el cuerpo momificado de un niño de unos 8 años fue hallado en una de las paredes del Cerro Aconcagua (a 5.400 msnm). Investigaciones posteriores confirmaron que la "momia" estaba en el lugar desde el año 1500 y la reconstrucción más contundente permitió concluir que se trataba de un ritual de los pueblos originarios para ofrecer este sacrificio a sus dioses.

Cuarenta años después de este hallazgo, que incluyó el rescate del cuerpo y su traslado a un laboratorio, comenzó el proceso para regresarlo a su sitio original en la Cordillera de los Andes. Y hay quienes, aliviados, suspiran al concluir que esto marcará el fin de la "maldición" que se inició el día en que interrumpieron el descanso en el cerro sagrado.

La historia de la Momia Inca del Aconcagua y su fortuito hallazgo

El 8 de enero de 1985, Alberto y Franco Pizzolón, Juan Carlos y Fernando Pierobón y Gabriel Cabrera, todos andinistas mendocinos, realizaban una expedición por la pared sur del Cerro Aconcagua.

El objetivo era explorar nuevas rutas, y por entonces esta pared del cerro más alto de América era un sitio prácticamente virgen. Encontrándose a 5.400 msnm les llamó la atención una extraña pirca (columna de piedras apiladas) y la presencia de plumas en el lugar.

Momia Aconcagua
En enero de 1985 el cuerpo congelado fue hallado a 5.400 msnm. Foto: Gentileza Centro Cultural Argentino de Montaña.

Si bien en un principio creyeron que se trataba de las plumas de un cóndor muerto (los Andes es zona de cóndor), al acercarse al sitio descubrieron un pequeño cráneo humano.

De casualidad habían dado con uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia, no solo de Mendoza, sino de toda la región andina. Al regresar al llano, dieron aviso a un grupo de científicos e investigadores, y -días después- regresaron a ese sitio recóndito del Aconcagua.

Cubierto de un bloque de hielo como estaba y con un peso estimado de 30 kilos, el cuerpo congelado fue envuelto en lienzos, acomodado en un carguero y bajado de su sitio "sagrado".

La teoría de la "Maldición de la Momia del Aconcagua"

La expedición de rescate de la "Momia del Aconcagua" (como fue bautizado e inmortalizado el cuerpo del niño inca) comenzó el 23 de enero de 1985. Y fue en medio de esta misión, cuando ya habían retirado el cuerpo de su sitio original, que se registró un fuerte terremoto en Mendoza.

Momia del Aconcagua
Estudios genéticos confirmaron que el cuerpo era de un niño de unos 8 años que había sido ofrecido como sacrificio a los dioses. Foto: Gentileza Centro Cultural Argentino de Montaña.

El 26 de enero de 1985, el último sismo de magnitud registrado en tierras mendocinas hasta la fecha dejó como saldo a seis personas muertas, 238 heridas y 12.000 viviendas destruidas. En el Aconcagua, en tanto, una piedra gigante cayó en el sitio exacto en el que, inicialmente, la expedición iba a acampar durante una de las noches. Pero como iban con buen tiempo, continuaron rumbo y no pernoctaron en el sitio.

Entre los referentes de los pueblos originarios, hay quienes consideran que este "sacudón" de la tierra en el mismo instante en que se bajaba al niño inca de la "montaña sagrada" había sido una advertencia para desistir de la idea de remover a la ofrenda sagrada. Pero fue ignorada.

Momia del Aconcagua
Luego de 40 años custodiado en el Conicet Mendoza, la "Momia del Aconcagua" pasó a un museo, previo regresar a los Andes. Foto: Goibierno de Mendoza.

Además del terremoto, hay versiones que vinculan las escasas nevadas en la Cordillera de los Andes mendocinas a este acto de profanación. La baja precipitación de nieve se refleja en verano en un magro escurrimiento de agua por ríos y cauces, lo que repercute en sequías en territorio mendocino.

El "Guardián del Aconcagua" regresa a su casa

Exactamente 40 años y 10 meses después de su primer avistaje en 1985, el 8 de noviembre pasado comenzó el "viaje de regreso" del niño inca a su sitio sacro. Sin embargo, y aunque su destino final será el Aconcagua nuevamente, habrá una escala en el medio.

Momia del Aconcagua
El traslado de la "Momia del Aconcagua" incuyó una ceremonia espiritual y religiosa de los pueblos originarios. Foto: Gentileza Gobierno de Mendoza

Tras permanecer cuatro décadas en un freezer especial en las instalaciones del Conicet Mendoza, el sábado pasado fue trasladado a un sitio especialmente adaptado en el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano, en el Parque San Martín de la Provincia de Mendoza.

En ningún momento la "Momia del Aconcagua" fue exhibida en público y ello no cambiará ahora, más allá de su nueva locación (temporaria). Esto no tiene que ver únicamente con asuntos referidos a su preservación, sino con el respeto a la cultura ancestral y al pacífico descanso de este pequeño guardián.

Tras esta primera estadía en el museo mendocino -y que no tiene un plazo previsto-, se procederá a regresar a la momia al Cerro Aconcagua, considerado una montaña sagrada por las culturas andinas.

Momia del Aconcagua
El niño congelado fue encontrado junto a su "ajuar". Foto: Gentileza Centro Cultural Argentino de Montaña.

Junto al cuerpo del niño ofrecido como sacrificio por los incas que habitaron en la zona hace más de 500 años, fue hallado en la pared sur del Aconcagua su "ajuar", Se trata de algunos elementos sagrados, entre los que se destacan tres figuras de llama confeccionadas con oro, plata y corteza, junto a otras tres figuras incas.

Además, el cuerpo congelado mantiene su túnica andina (uncu) de lana y ojotas elaboradas con fibras vegetales y pelo de camélido.