Rompen el récord de permanencia en una cueva: ¡500 días de aislamiento!

Increíble experiencia de una mujer, Beatriz Flamini, aislada en las profundidades de una cueva durante 500 días. La deportista ha batido varios récords mundiales de permanencia bajo tierra, alejada de la luz solar y sin ninguna información del mundo exterior.

Beatriz Flamini
Beatriz Flamini en una foto extraída de su perfil de Instagram: es la última imagen que colgó en las redes sociales antes de su aislamiento.

Beatriz Flamini, atleta de élite, alpinista, escaladora y espeleóloga española, acaba de batir el récord mundial de permanencia en cuevas: permaneció 500 días en total aislamiento, en completa soledad a unos 70 metros de profundidad, sin contacto con las referencias externas o temporales de cualquier tipo, según el equipo que la siguió.

Según informa Europapress, este viernes 14 de abril su equipo fue a buscarla a la cueva situada en la Costa Tropical de Granada, donde permaneció casi un año y medio fuera de la luz del sol e inconsciente de todo lo que estaba sucediendo en el mundo mientras tanto.

Beatriz ingresó a la cueva el 20 de noviembre de 2021, cuando tenía 48 años, y salió el viernes 14 de abril de 2023 a los 50 años.



En estos 500 días Beatriz Flamini ha permanecido aislada a unos 70 metros de profundidad en total oscuridad, alejada de los rayos del sol y de cualquier contacto con otros humanos, sin tener información del mundo exterior. Fue la propia Beatriz quien contactó hace dos años con la productora Dokumalia ofreciéndose para este reto, proponiéndole además participar en diversos estudios científicos. Se hará pública una serie de televisión sobre esta experiencia extrema.

Un reto y un gran experimento científico

La hazaña, que bate récords anteriores de permanencia aislada en cuevas, además de ser un logro asombroso de la resistencia humana, será especialmente importante para la investigación científica porque hay muy pocos estudios sobre los procesos de adaptación del ser humano en condiciones tan distintas de las normales, lejos de la luz solar, en una desconexión total del mundo, en completa soledad y oscuridad. Especialmente importante es el estudio de las repercusiones mentales y físicas en estas condiciones extremas.

Experiencias de este tipo se han llevado a cabo varias veces en las últimas décadas, e incluso en esos casos se han realizado estudios sobre los ritmos circadianos y cómo se ven influenciados por condiciones tan particulares.

La hazaña de Beatriz Flamini: oscuridad, silencio, ausencia de noticias y desconexión del tiempo

La desconexión de Beatriz Flamini con el mundo es impresionante: entró en la cueva cuando el mundo seguía lidiando con una situación preocupante por la pandemia del COVID-19, con mascarillas obligatorias en las calles.

Al salir, encontrará un mundo mucho más relajado en ese frente, pero verá que la guerra ha regresado a Europa por más de un año, con la invasión armada a Ucrania, aprenderá sobre el devastador terremoto en Turquía y Siria, y las cada vez más preocupantes consecuencias del cambio climático en todo el planeta, por mencionar algunas cuestiones.

Además de la desconexión del mundo, también hay que destacar la desconexión de relojes y calendarios, y de los ritmos de la luz del sol. Los espeleólogos que visitan las cuevas lo saben bien: la oscuridad en estos ambientes naturales es total, mucho más total que la que se puede tener en una noche de luna nueva, y aunque iluminada por las lámparas, la ausencia total de luz natural cambia completamente la percepción del tiempo.

Mantenerse alejado de la luz natural durante un año y medio es, por tanto, una experiencia verdaderamente extrema para los humanos, y todavía sabemos poco sobre los efectos que esto tiene en nuestro cerebro.

Precisamente los efectos de la ausencia de luz y el aislamiento temporal en la vida de Beatriz estarán en el centro de los numerosos estudios que se realizarán sobre esta experiencia. La línea de investigación dirigida por Julio Santiago, de la Universidad de Granada, estudiará cómo el aislamiento social y la desorientación temporal extrema influyen en la percepción del tiempo. Desde la Universidad de Almería, grupos de investigación han estudiado posibles cambios neuropsicológicos y cognitivos.

Cómo fue posible el aislamiento en una cueva durante 500 días

El aislamiento de Beatriz Flamini Castañeda fue total, pero con algunas precauciones necesarias para su seguridad y algunos aspectos logísticos esenciales para su supervivencia.

Un grupo ha llevado constantemente comida a un punto de la cueva, aunque sin establecer nunca contacto físico con ella, y en este largo periodo siempre ha habido un contacto por Internet , gracias al cual la espeleóloga ha podido enviar constantemente información y vídeos sobre su experiencia (pero sin poder recibir información del exterior).

El contacto era esencial incluso en una emergencia. También había sistemas de video para monitorear la situación desde el exterior y acceso a agua potable. Beatriz Flamini también grababa videos que enviaba a diario. Durante todos estos meses ha existido total secretismo sobre el lugar donde se estaba realizando la experiencia, para garantizar su seguridad.

Experiencias previas

La atleta y espeleóloga española establece el récord de aislamiento subterráneo en una cueva, pero tiene varios antecesores.

Recordamos al espeleólogo francés Michel Siffre, que realizó numerosas estancias en aislamiento de varios meses en las últimas décadas. Estaba completamente aislado, y solo podía comunicarse con el exterior con un cable telefónico. También destaca el italiano Maurizio Montalbini , quien -según informa el sitio de noticias de espeleología " Scintilena "- pasó varios períodos en total aislamiento a partir de la década de 1980, el más largo de los cuales fue de 366 días. La primera vez se aisló en una cueva de los Apeninos durante más de doscientos días.

El récord de permanencia en la cueva lo ostentaba anteriormente el serbio Milutin Veljkovich, que pasó 463 días en la cueva de Samar, en la ex Yugoslavia. Luego hay muchos otros espeleonautas que se han quedado durante varios días, o semanas, incluso en cuevas con condiciones climáticas más difíciles (más frías), donde una estancia prolongada se vuelve prohibitiva. La hazaña de Beatriz Flamini Castañeda supera estas experiencias anteriores y rompe un nuevo récord.