Turquía superó por primera vez la barrera de los 50 ºC mientras Japón registró el récord de temperatura máxima histórica

Dos países en puntos opuestos escriben nuevos capítulos en la historia del calor extremo. Mientras Turquía marca un hito histórico para Europa superando por primera vez los 50 ºC en el continente, Japón eleva aún más sus propios registros térmicos casi alcanzando los 42 ºC en un verano que redefine los límites del clima.

Japon record
Japon alcanzó su récord histórico de temperatura este 5 de agosto al anotar 41,8 ºC en Isesaki. Esto quiebra el anterior récord que se había registrado a fines de julio. Ambas temperaturas se registraron dentro de la ola de calor extremo que vive el país. Imagen: JMA

El pasado 25 de julio de 2025, la meteorología mundial fue testigo de un evento sin precedentes cuando Silopi, una localidad en la provincia de Sirnak en el sureste de Turquía, registró una temperatura de 50,5°C, tal como los indicaba DW. Este registro, confirmado oficialmente por el Ministerio de Medio Ambiente turco, no solo estableció un nuevo récord nacional, sino que marcó un momento histórico para Europa.

La progresión del calor extremo en Turquía resulta alarmante. En 2010, la máxima promedio en Silopi para julio era de 38°C. En 2020, ya llegaba a 45°C. Y ahora, en 2025, se superan los 50°C. Esta escalada de 12 grados en apenas 15 años ilustra la aceleración del cambio climático en esta región estratégica entre Europa y Asia.

La importancia de este registro trasciende las fronteras turcas. Silopi se encuentra a menos de 10 kilómetros de las fronteras con Irak y Siria, pero geográficamente forma parte del territorio europeo de Turquía. Al Jazeera señala que esto convierte a este registro en la primera vez que una estación meteorológica europea supera oficialmente la barrera de los 50°C, estableciendo un nuevo paradigma climático para el continente.

El fenómeno no fue aislado. Ese mismo día, 132 estaciones meteorológicas del país reportaron sus propias marcas récord para el mes de julio, evidenciando que se trató de una ola de calor extraordinaria que afectó a gran parte del territorio turco. Las temperaturas registradas fueron hasta 12 ºC más altas que los promedios estacionales, según el servicio meteorológico nacional.

Japón eleva aún más el termómetro en territorio asiático

Mientras Europa escribía un nuevo capítulo en su historia térmica, Japón no se quedó atrás en la carrera de los extremos climáticos. El archipiélago hizo historia dos veces en pocos días. El 30 de julio anotó el récord histórico de temperatura máxima con 41,2°C en la ciudad de Tamba, ubicada a unos 560 kilómetros al suroeste de Tokio. Esta marca superó el anterior récord de 41,1°C establecido en 2018 y repetido en 2020.

Pero pocos días después, este 5 de agosto ese récord fue superado al alcanzar la nueva marca de 41,8 ºC en Isesaki (prefectura de Gunma), al noroeste de Tokio, tal como lo informaba The Japan Times. Desde el inicio de la ola de calor el efecto fue inmediato y severo. Se emitieron alertas por golpe de calor en 33 de las 47 prefecturas del país, mientras que el sistema de salud enfrentó una emergencia silenciosa pero letal. Más de 10.800 personas fueron hospitalizadas por golpes de calor en una sola semana, con 16 muertes relacionadas con el calor, según reportó la Agencia de Bomberos y Gestión de Desastres.

La escalada térmica en Japón forma parte de una tendencia preocupante que se ha intensificado en los últimos años. El país experimentó su año más caluroso de la historia en 2024, con la temperatura promedio rompiendo récords por segundo año consecutivo. Además, junio de 2025 fue el más caluroso registrado, con la temperatura promedio nacional elevándose 2,34°C por encima de lo normal.

El calor no se limitó a una sola ciudad. Temperaturas de 40°C o superiores también se registraron en las ciudades de Fukuchiyama, Maniwa, y Nishiwaki, demostrando que el fenómeno abarcó múltiples regiones del archipiélago japonés, desde la región de Kansai hasta las prefecturas occidentales de Honshu.

Las consecuencias inmediatas de romper las barreras térmicas

Los récords de temperatura registrados en ambos países desencadenaron una cascada de consecuencias inmediatas que pusieron a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades locales. En Turquía, las temperaturas superiores a las normales se vieron agravadas por fuertes vientos y condiciones secas, provocando decenas de incendios forestales en todo el país. La situación se volvió crítica cuando el fuego se propagó sobre viviendas familiares en el centro de la ciudad turística mediterránea de Antalya, obligando a evacuar a los residentes.

La tragedia humana no tardó en manifestarse. Un bombero murió de un infarto mientras combatía las llamas en la provincia de Bursa, donde el fuego arrasó más de 3.000 hectáreas. Adicionalmente, otra persona falleció y dos resultaron heridas tras la caída de un camión cisterna durante las labores de extinción, evidenciando los riesgos múltiples que enfrentan quienes luchan contra estos desastres.

En Japón, aunque no se reportaron incendios forestales masivos como en Turquía, el sistema de salud pública enfrentó su propia emergencia. Los hospitales se vieron desbordados por casos de golpes de calor, especialmente entre la población de mayor edad, que representa un porcentaje significativo de la demografía japonesa. Las autoridades intensificaron las campañas de concientización sobre hidratación y el uso de sistemas de refrigeración.

Los impactos económicos también fueron inmediatos. En ambos países, el consumo eléctrico se disparó debido al uso intensivo de sistemas de aire acondicionado, poniendo bajo presión las redes eléctricas nacionales. En Turquía, el sector turístico, vital para la economía nacional, se vio afectado cuando los turistas evitaron las actividades al aire libre durante las horas de mayor calor, alterando los patrones de consumo en las zonas costeras del Mediterráneo.