Los científicos planean crear un cementerio en la Luna para las naves espaciales antiguas
Cuando un satélite se acerca al final de su vida útil, se desorbita y se deja que se queme en la atmósfera terrestre. La Luna carece de atmósfera, lo que ha dado lugar a una nueva forma de deshacerse de las naves espaciales antiguas.

Más de 50 años después de que Neil Armstrong pusiera el primer pie humano en la Luna, la humanidad busca regresar al único satélite natural de la Tierra. Esta vez, hay planes para construir una base donde los humanos puedan quedarse, establecer un sistema similar al GPS y reservar un lugar para un cementerio... pero solo para naves espaciales.
De regreso a la Luna
l renovado interés de la humanidad por visitar la Luna ha impulsado diversas misiones. La sonda Artemis de la NASA pretende construir un campamento base en la superficie, mientras que la Lunar Gateway servirá como estación espacial en órbita alrededor de la Luna.
La Agencia Espacial Europea planea poner en funcionamiento una constelación de satélites que orbitarán la Luna y ayudarán a establecer servicios de navegación allí. China y Rusia también tienen la ambición de establecer sus propias bases, lo que implica el lanzamiento de una oleada de naves espaciales hacia la Luna.
De vuelta en la Tierra, se les permite reingresar a la atmósfera terrestre y quemarse. Dado que la Luna carece de atmósfera, no se puede utilizar el mismo método, lo que genera la necesidad de un cementerio.
¿A dónde van las naves espaciales a morir?
Un grupo de expertos se reunió en Glasgow a principios de este mes para determinar la manera más adecuada de retirar las misiones lunares. Un satélite puede desorbitarse para estrellarse contra la Tierra y quedar reducido a pedazos, pero el lugar de aterrizaje es igualmente importante.
Los lugares de la Luna, como el lugar donde Armstrong pisó el suelo o las zonas de especial interés científico, necesitan protección contra los desechos satelitales. A medida que se construyen bases lunares, la caída aleatoria de satélites también supone un riesgo para la población humana y los instrumentos científicos. Por ello, el panel revisó los lugares de la Luna que podrían servir como cementerios de satélites.
No solo polvo, el impacto a alta velocidad también podría enviar ondas sísmicas a la superficie. Los científicos también pueden usarlas para realizar experimentos sismológicos. Para ello, primero necesitan saber dónde buscar e instalar los instrumentos necesarios para realizar estas mediciones.
Identificar un cementerio mutuamente aceptable es un paso importante antes de que eso suceda.