El nivel del mar superó los 20 metros hace millones de años, pero la subida actual es rápida y preocupante
Reciente investigación reconstruye el nivel del mar en 4.5 millones de años, y muestra picos que superan la elevación actual en 20 metros. Sin embargo, el aumento del nivel actual (de origen antropogénico), ocurre a un ritmo muchísimo más veloz.

En las últimas décadas, medir y explicar la subida del nivel del mar es un desafío crítico. Un trabajo reciente liderado por la Universidad Estatal de Oregón reconstruyó la evolución del nivel medio global del mar (GMSL) a lo largo de los últimos 4.5 millones de años, con hallazgos de gran alcance para entender el pasado y poner en contexto el presente.
Si bien el actual aumento del nivel del mar, ligado al calentamiento global de origen puramente antropogénico, se destaca por ser mega acelerado y demostrado en innumerable cantidad de trabajos de investigación científica alrededor de todo el mundo, es bueno entender cómo fueron aquellas crecidas paulatinas naturales del nivel del mar, hace millones de años atrás; conocer el pasado para comprender el presente, y predecir mejor los posibles escenarios futuros.
Científicos reconstruyeron el nivel del mar a escala de millones de años
Para estimar el nivel del mar a lo largo del Cenozoico tardío, el equipo utilizó la señal de isótopos de oxígeno (δ¹⁸O) preservada en sedimentos de las profundidades marinas. Este “archivo” es sensible a dos variables clave de la criósfera y el océano: la temperatura y el volumen de hielo continental, que a su vez controlan el GMSL. La metodología separa, con correcciones y calibraciones, la parte térmica de la parte asociada a hielo, permitiendo traducir las variaciones del δ¹⁸O en cambios del nivel del mar en metros.
El enfoque integra múltiples registros para construir una curva coherente y continua en el tiempo. Así, se observa cómo responden las grandes capas de hielo (de la Antártida y de Groenlandia) a las variaciones de temperatura global y a los cambios del ciclo del carbono. El resultado es una línea de base cuantitativa sobre la que comparar eventos fríos (glaciales), y cálidos (interglaciares), a gran escala temporal.
Un aspecto central es que esta reconstrucción no se limita a un episodio aislado, sino que abarca el tránsito por distintos regímenes climáticos (Plioceno y Pleistoceno), capturando tanto máximos cálidos con océanos más altos como mínimos fríos con descensos extremos del nivel del mar. Esa perspectiva de larga duración permite evaluar patrones, ritmos y umbrales de respuesta de las capas de hielo.
Picos de más de 20 metros, mínimos profundos, y el inicio de la glaciación del hemisferio norte
Entre hace 4.5 y 3 millones de años, el nivel del mar global se mantuvo en altos relativos: los máximos alcanzaron valores de hasta unos 20 metros por encima del nivel actual. Esta señal implica capas de hielo antárticas y groenlandesas considerablemente más reducidas que las presentes, coherentes con un planeta más cálido que sostuvo océanos más elevados durante largos intervalos.

Aproximadamente hace 4 millones de años, la curva muestra descensos episódicos que llevan el nivel del mar por debajo del actual, en rangos del orden de 50 a 80 metros. Ese comportamiento marca el inicio de la glaciación del hemisferio norte, es decir, el establecimiento de grandes mantos de hielo en latitudes altas septentrionales. Entre 3 y 2.5 millones de años atrás, la glaciación se intensificó: los máximos ya se acercan a niveles contemporáneos y los mínimos se desploman hacia valores comparables a los del último máximo glacial de hace 21 mil.
Un hallazgo destacado es la magnitud de las oscilaciones durante los últimos 2.5 millones de años: las expansiones y contracciones de las capas de hielo fueron tan grandes como las documentadas para el último máximo glacial. Esto corrige una idea instalada en parte de la literatura (que las mayores fluctuaciones se concentraban sólo en el último millón de años), y extiende esas variaciones a una porción más amplia del Pleistoceno.
Ritmos y forzantes: no todo es orbital
La curva histórica deja una enseñanza clara, los cambios del nivel del mar en millones de años no responden únicamente a los ciclos orbitales del planeta Tierra (precesión, oblicuidad y excentricidad). Si bien estos ciclos marcan la estacionalidad lenta de la energía solar recibida, el trabajo enfatiza que también operan retroalimentaciones internas del sistema climático, en particular las ligadas al ciclo del carbono del Océano Antártico y a las concentraciones de CO₂ atmosférico. Esas retroalimentaciones modulan la acumulación o disipación de hielo y, con ello, el nivel del mar.
Otro resultado relevante es que las grandes capas de hielo persistieron durante el Pleistoceno (época geológica desde hace 2.59 millones de años hasta hace 11700 años), aun cuando el planeta se enfrió del orden de 6 °C a escala global. Esto sugiere que procesos internos (como los cambios en patrones de precipitación, la circulación atmosférica y el balance energético) ayudaron a sostener y hacer crecer esos mantos, más allá de lo que marcaba el ciclo orbital. El sistema hielo, entonces, no responde de forma lineal, tiene umbrales y memorias que pueden amplificar o amortiguar las respuestas.

Ahora bien, extrapolar esos comportamientos al presente requiere cautela. Según el equipo, el estudio del pasado no cuestiona de modo alguno que el calentamiento actual y la subida contemporánea del nivel del mar sean de origen antropogénico: son fenómenos impulsados por actividades humanas que se manifiestan en décadas, frente a los miles a decenas de miles de años característicos de las transiciones pasadas. Esta diferencia de ritmo es el núcleo de la preocupación actual.
Lo que significa (y lo que no) para el siglo XXI
En primer lugar, el registro muestra que el sistema Tierra es capaz de producir océanos mucho más altos cuando pierde hielo continental; por eso, entender los umbrales de estabilidad de la Antártida y Groenlandia sigue siendo clave. Sin embargo, que el mar estuviera por encima de los 20 metros en el Plioceno no implica que el sistema actual vaya a escalar a esos valores en escala de tiempo humano; los estados de equilibrio, la geometría de los mantos y el forzante de CO₂ son distintos en cada época.
Por otro lado, la reconstrucción ofrece contexto para calibrar sensibilidades, cuando el clima global se calienta, el hielo retrocede y el mar sube; cuando se enfría, el hielo crece y el mar baja. La diferencia, hoy, es la velocidad: la inyección de CO₂ por combustibles fósiles y otros sectores empuja al sistema a responder mucho más rápido que en las transiciones naturales del pasado, con impactos en costas y ecosistemas que no disponen de milenios para adaptarse.
Y por último, este trabajo refuerza la idea de que los ciclos orbitales por sí solos no explican la historia del nivel del mar reciente (últimos 3 millones de años); los bucles internos, desde el carbono del Océano Antártico hasta cambios en la circulación y precipitaciones, han sido decisivos. Para la toma de decisiones, esto subraya que reducir forzantes controlables (emisiones de gases de efecto invernadero) es la vía principal para moderar el calentamiento y, con ello, acotar la subida del mar en el largo plazo.
Referencia de la noticia
Peter U. Clark, et al. "Global mean sea level over the past 4.5 million years". Science. 16 de octubre de 2025.