La ciencia sugiere que la clave para prevenir grandes incendios forestales es integrar el fuego controlado y el pastoreo
Los incendios forestales de alta intensidad se han vuelto más frecuentes y devastadores, impulsados por el cambio climático y las malas prácticas de gestión. Los investigadores sostienen que la combinación de herbívoros y fuego controlado puede reducir el riesgo.

La sucesión de incendios devastadores que han azotado las regiones mediterráneas y tropicales pone de relieve la necesidad de gestionar los paisajes de forma diferente para reducir su vulnerabilidad a los incendios.
Los científicos enfatizan que, en lugar de centrarse únicamente en la extinción rápida de las llamas, es urgente restaurar las dinámicas ecológicas que siempre han regulado la biomasa: el pastoreo herbívoro y el uso controlado del fuego.
El fuego controlado y los herbívoros son aliados olvidados a la hora de equilibrar los paisajes y prevenir los megaincendios
Durante millones de años, las comunidades vegetales se han adaptado a regímenes de perturbación que incluyen sequías, plagas, herbívoros e incendios periódicos. Las especies desarrollaron mecanismos como toxinas y espinas para resistir a los animales, o una corteza gruesa para resistir el fuego.
Pero los humanos han alterado profundamente este equilibrio, reduciendo drásticamente las poblaciones de grandes herbívoros y eliminando los incendios naturales mediante políticas agresivas de supresión. El resultado es una acumulación anómala de combustible vegetal, que alimenta megaincendios cada vez más difíciles de controlar.
La extinción de la megafauna comenzó a finales del Pleistoceno y continúa en la actualidad. Un estudio publicado en Science Advances revela que el 60 % de los 74 herbívoros terrestres más grandes del planeta (que pesan más de 100 kg) están en peligro de extinción, incluyendo elefantes, rinocerontes y bisontes. La pérdida de estas especies tiene efectos en cascada: reduce la dispersión de semillas, altera los ciclos de nutrientes, reduce la diversidad del hábitat e incluso afecta los regímenes de incendios. Sin herbívoros que consuman biomasa, la vegetación se acumula y se convierte en combustible listo para quemar.
La investigadora Rosa María Canals, de la Universidad Pública de Navarra, recuerda que en los ambientes mediterráneos los herbívoros y el fuego siempre han funcionado como gestores naturales de la vegetación.
"Estos son procesos distintos pero complementarios, y al combinarse de forma planificada, permiten el mantenimiento de paisajes en mosaico abiertos, biodiversos y con menor riesgo de incendios", explica el investigador.
Sin embargo, el abrupto declive del pastoreo extensivo en las últimas décadas, reemplazado por modelos intensivos y confinados, ha eliminado el papel regulador de los animales en muchas regiones. Al mismo tiempo, las políticas inmediatas de extinción de incendios —efectivas a corto plazo— han dado lugar a lo que los expertos denominan la "paradoja del fuego": la extinción continua reduce la superficie anual quemada, pero acumula tanto combustible que provoca incendios mucho más destructivos en el futuro.
Supresión del fuego, paradoja y el papel del "herbivorismo pírrico" en la resiliencia de los ecosistemas
Una revisión sistemática publicada en la revista Fire analizó 37 estudios sobre este tema y concluyó que, si bien la supresión reduce la frecuencia de incendios, no existe consenso sobre sus efectos a largo plazo.
En aproximadamente el 40 % de los casos, se observó que esta estrategia favorecía la ocurrencia de incendios más grandes e intensos. La probabilidad de que se produzca esta paradoja es mayor en sistemas con escasez de combustible, como los entornos áridos o mediterráneos, donde la acumulación de biomasa es un factor determinante de la propagación de incendios.
En ecosistemas húmedos, donde el clima regula más directamente el comportamiento del fuego, la supresión puede ser eficaz sin generar riesgos futuros significativos. Sin embargo, en las regiones mediterráneas y tropicales, los investigadores advierten que solo el restablecimiento de los mecanismos naturales de reciclaje —incluido el regreso de los herbívoros y el uso de la quema técnica— puede aumentar la resiliencia de los ecosistemas.
Las llamadas "quemas prescritas" se han utilizado para reducir la maleza y la madera en las etapas iniciales, pero los expertos argumentan que deberían integrarse en planes plurianuales de pastoreo. La estrategia, denominada "herbivorismo pirrico", combina el fuego técnico con la presencia de herbívoros domésticos o silvestres para prevenir el establecimiento de comunidades altamente inflamables. A largo plazo, promueve un paisaje en mosaico, con diversidad de hábitats y una menor dependencia del fuego como único regulador de la biomasa.
Desafíos globales para restaurar los procesos naturales ante futuros incendios
El desafío también es global. La disminución de la megafauna silvestre en África, Asia y Latinoamérica está acelerando la degradación de los ecosistemas. La caza furtiva, la competencia con el ganado doméstico y la destrucción del hábitat están llevando a especies como el rinoceronte, el elefante y el búfalo de agua al borde de la extinción. Sin ellos, se pierde un elemento clave para el control de la vegetación y la prevención de incendios a gran escala.

Frente a esta realidad, los investigadores reclaman políticas integrales que combinen la conservación de la megafauna, el fomento del pastoreo extensivo, la aplicación de quemas controladas y la adaptación al cambio climático.
En un escenario de clima extremo y paisajes sobrecargados de combustible, la solución no es sólo apagar los incendios, sino repensar el modo en que los dejamos arder y cómo estructuramos los pastos.
Referencias de la noticia
Hai, J., Zhang, L., Gao, C., Wang, H., & Wu, J. (2023). How does fire suppression alter the wildfire regime? A systematic review. Fire, 6(11), 424. DOI: https://doi.org/10.3390/fire6110424
Ripple, W. J., Newsome, T. M., Wolf, C., Dirzo, R., Everatt, K. T., Galetti, M., ... & Van Valkenburgh, B. (2015). Collapse of the world’s largest herbivores. Science advances, 1(4), e1400103. DOI: 10.1126/sciadv.1400103.