¿Podríamos contaminar también en Marte?

Se han encontrado evidencias de organismos microbianos dentro de las salas esterilizadas de la NASA. ¿Se habrán adherido a las superficies del rover Perseverance antes de enviarse al planeta rojo? Descubre aquí la respuesta a esta inquietante pregunta.

Perseverance en Marte
La contaminación interplanetaria se vuelve asunto relevante en esta era espacial. ¿Qué pasaría si llega vida terrestre a otro planeta o a la Luna?

La NASA y su grupo de ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) tienen definidos protocolos que garantizan la esterilización de sus naves espaciales. A pesar de sus esfuerzos por no “colar” microorganismos en los equipos que envían al espacio, resulta imposible lograr biomasa cero en sus salas de creación.

Por tanto, existe la probabilidad de que algunos microbios se hayan adherido al Perseverance y hayan llegado “sanos y salvos” al planeta rojo. Lo inquietante es que esta vida terrestre pueda generar un desequilibrio biológico en Marte. El genetista Christopher Mason, profesor de la Universidad Cornell de Nueva York, afirma esta hipótesis en un reciente artículo para la BBC.

A pesar de sus rigurosas medidas, la NASA puede haber contaminado con vida la superficie marciana.

Marte sigue estando en la mira de la exploración espacial. SpaceX y otras compañías espaciales elaboran el ambicioso plan de llevar humanos al planeta rojo. Pero antes de esto, el objetivo es encontrar indicios de vida extraterrestre. Y si las naves contaminan accidentalmente con microbios milenarios provenientes de la Tierra, podrían causar estragos a otra forma de vida, si es que existe.

Estos microorganismos pueden sobrevivir a la radiación y desecación, son capaces de formar biopelículas en superficies y equipos, además de que pueden prosperar en ambientes fríos, argumenta el genetista del estudio. Así que es prácticamente inevitable correr el riesgo.

Contaminación interplanetaria y sus implicaciones

Para establecer una base sobre el derecho internacional acerca del espacio, en 1967 entró en vigor el Tratado sobre el espacio ultraterrestre por la ONU. De a poco ha sido ratificado por todos los países con misiones espaciales, y busca proteger a la Tierra de acciones malintencionadas, como la colocación de armas nucleares en órbita terrestre.

Además, intenta evitar los accidentes biológicos en la Luna y otros planetas durante su exploración a través de protocolos muy estrictos. Y, en su momento, estableció cuarentena para los astronautas provenientes de la Luna, por miedo a contaminar la Tierra con los materiales extraterrestes recogidos. La entrada de elementos externos pudiera ser otro problema de catástrofe biológica.

Explica el profesor Mason que la contaminación biológica forma parte de nuestro historial negativo. Un ejemplo actual es la propagación incontrolada del virus que causa la covid-19, el SARS-CoV-2. Si se propaga vida microbiana terrestre en Marte, podría dar un falso registro de apariencia extraterrestre. Entonces el gran desafío es saber distinguir lo que proviene de la Tierra y lo que es genuinamente nativo del planeta rojo.

Pero no todas son malas noticias...

Lo “bueno” de esta contaminación, es que la biología extrema da herramientas evolutivas a la ciencia. A medida que se avanza en este proyecto, se pueden crear protectores solares más potentes, o nuevas enzimas reparadoras del ADN que puedan protegernos contra mutaciones dañinas que derivan en cáncer, argumenta el profesor Mason. Además, sostiene que cuando lleguemos a aterrizar algún día en Marte, nuestros microbios nos ayudarán a sobrevivir allí.

De momento, el Perseverance seguirá buscando vida microscópica con su dispositivo de rayos X de precisión, el PIXL. Así es como el genetista autor del estudio concluye que "la contaminación interplanetaria cuidadosa y responsable es la única forma de preservar la vida".