¿Qué hay en el centro de la Tierra? Nuevos estudios científicos revelan lo que hay bajo nuestros pies

Un nuevo estudio revela que el núcleo interno terrestre no es un sólido rígido, sino una fase superiónica donde hierro y carbono se comportan a la vez como sólido y líquido. El hallazgo explica viejos enigmas sísmicos y redefine cómo entendemos los planetas rocosos.

Núcleo terrestre Tierra
El descubrimiento obliga a repensar la estructura interna de nuestro planeta. Imágen generada con IA.

Un equipo internacional de científicos acaba de proponer una visión completamente nueva del núcleo interno de la Tierra. Lejos de ser la esfera de hierro sólido que dominaron los modelos geofísicos del último siglo, este estudio —publicado en National Science Review— sugiere que la región más profunda del planeta existe en un estado superiónico, una fase intermedia con propiedades que desafían la intuición y arrojan luz sobre enigmas sísmicos que desconcertaron a los investigadores durante décadas.

Durante mucho tiempo, se asumió que a casi 5.000 kilómetros bajo nuestros pies, el núcleo interno era un bloque rígido de hierro con pequeñas cantidades de níquel y trazas de elementos ligeros. Las condiciones extremas —presiones gigantescas y temperaturas similares a las de la superficie del Sol— parecían requerir un estado completamente sólido. Sin embargo, este modelo presentaba inconsistencias: las ondas sísmicas a veces viajaban más lento de lo esperado y la densidad interna no coincidía del todo con la del hierro puro.

Un experimento extremo que reveló un estado híbrido

Para reproducir las condiciones del núcleo terrestre, los investigadores sometieron una aleación de hierro y carbono a presiones y temperaturas extremas. El resultado fue sorprendente: la mezcla adoptó un estado superiónico. En esta fase, los átomos de hierro permanecen fijos en una estructura cristalina sólida, mientras que los átomos de carbono se desplazan libremente a través de ella, “como agua circulando por un entramado metálico”.

El material resultante es una especie de híbrido: sólido por su armazón de hierro, pero con un componente interno que fluye como un líquido.

Esta movilidad atómica reduce enormemente la rigidez del núcleo y ofrece una explicación natural para la velocidad reducida de ciertas ondas sísmicas detectadas en el interior del planeta. Lejos de comportarse como un metal duro, el núcleo interno sería más semejante a un metal “suave”, capaz de deformarse y transmitir vibraciones de formas inesperadas.

Resolver las paradojas sísmicas y energizar el campo magnético

Desde hace décadas, los geofísicos hablaban de “paradojas sísmicas” al estudiar el núcleo: datos que no encajaban si se asumía un estado sólido tradicional. La fase superiónica resuelve muchas de esas contradicciones. Además, la circulación de elementos ligeros —como el carbono— dentro del núcleo interno podría actuar como una fuente adicional de energía para el geodínamo, el proceso mediante el cual la Tierra genera su campo magnético.

Núcleo terrestre Tierra
El aporte energético ayudaría a explicar cómo el planeta mantiene un escudo magnético estable durante miles de millones de años. Imágen generada con IA.

Este aporte energético ayudaría a explicar cómo el planeta mantiene un escudo magnético estable durante miles de millones de años, un componente esencial para la vida, ya que protege la superficie de radiación cósmica dañina. La idea de un núcleo interno dinámico, parcialmente fluido, aporta una nueva pieza al rompecabezas de la estabilidad magnética terrestre.

Implicaciones planetarias más allá de la Tierra

El descubrimiento no solo obliga a repensar la estructura interna de nuestro planeta. También abre una ventana para comprender mejor a otros mundos. Si planetas rocosos con núcleos ricos en hierro y elementos ligeros pueden desarrollar fases superiónicas, entonces el modelo de la Tierra ya no es universal. Mundos distantes podrían poseer núcleos con comportamientos híbridos similares, capaces de generar campos magnéticos diferentes o evolucionar de maneras inesperadas.

Esta perspectiva amplía las posibilidades para estudiar la geología, la tectónica y la evolución magnética de planetas dentro y fuera del sistema solar.

Un nuevo corazón para la Tierra

El estudio invita a abandonar la imagen clásica del núcleo interno como una “bola de metal duro”. En su lugar, los científicos proponen visualizarlo como un “corazón metálico fluido”, un espacio donde el orden y el movimiento coexisten.

Aunque caminamos sobre una superficie aparentemente estable, el interior profundo de la Tierra late con una complejidad y dinamismo que apenas empezamos a comprender.

Referencia de la noticia

Yuqian Huang, Yu He, Youjun Zhang, Jun Li, Long Hao, Bo Gan, Gang Jiang, Qiang Wu, Ho-kwang Mao, Experimental evidence for superionic Fe–C alloy revealed by shear softening in Earth’s inner core, National Science Review, Volume 12, Issue 11, November 2025, nwaf419, https://doi.org/10.1093/nsr/nwaf419