¿Se puede vivir para siempre? Descubren cómo lo hace la medusa inmortal

Científicos de la Universidad de Oviedo lograron secuenciar el genoma del único ser vivo capaz de activar mecanismos para volver a la juventud: la medusa inmortal.

Medusa
La medusa inmortal es capaz de rejuvenecer.

Al parecer, la eterna juventud existe. Y la clave para entenderla ha estado encriptada y bajo el agua, en el genoma de la medusa Turritopsis dohrnii, el único ser vivo capaz de activar mecanismos para volver el tiempo atrás.

Ahora, sin embargo, ese secreto ha sido develado. Porque científicos de la Universidad de Oviedo, España, lograron secuenciar el genoma de la llamada medusa inmortal y descubrir los procesos que se activan para ir en contra del ciclo natural de nacimiento-reproducción-envejecimiento-muerte.

La investigación se publicó en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y estuvo encabezada por Carlos Lopez-Otín, Dido Carrero, María Pascual Torner y José Pérez Silva.

La T dohrnii, o medusa inmortal, mide apenas unos milímetros y habita en zonas del mar Mediterráneo y del mar de Japón. Aunque existen otros seres vivos capaces de detener su envejecimiento o mantenerse en un estado de senescencia insignificante (cambios mínimos frente al paso del tiempo), esta medusa va más allá.

Su ciclo de vida se inicia como una larva, que luego se transforma en un pólipo y luego en una medusa madura. Pero, cuando las condiciones del entorno no son favorables para sobrevivir, la T. dohrnii tiene la capacidad de volver a un estado anterior de su desarrollo. ”Es la única especie capaz de rejuvenecer repetidamente después de la reproducción sexual, volviéndose biológicamente inmortal”, dice el estudio.

María Pascual Torner, bióloga marina y parte del equipo de investigación, lo explica: “tiene esta capacidad de que después de reproducirse pueden transformarse al estadio pólipo, que es un anterior, más joven, por eso decimos que rejuvenece”.

El secreto de sus genes

La asombrosa capacidad de esta especie es conocida desde finales de la década de los 80. Sin embargo, aún era un misterio cómo conseguía retornar a su juventud.

Para averiguar esto, los investigadores compararon el genoma de esta especie con el de una especie hermana: T. rubra no inmortal. Después descubrieron que cuando el ambiente le genera un gran estrés, T. dohrnii pone en marcha el proceso de rejuvenecimiento.

En la secuenciación, los investigadores identificaron variantes y expansiones de genes asociados con la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros (secuencias especiales de ADN), la replicación de células madres, la comunicación intercelular y la reducción del ambiente celular oxidativo.

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Aunque las medusas son organismos muy diferentes a los seres humanos, estos hallazgos pueden aportar pistas para entender el deterioro celular y desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades vinculadas a la vejez y el paso del tiempo.

“Estos genes son buenos candidatos para estudiar luego en otros organismos e incluso dirigir terapias orientadas a retrasar el proceso de envejecimiento y enfermedades asociadas, como las cardiovasculares, neurodegenerativas, e incluso el cáncer”, explicó Dido Carrero Muñiz, doctora en Biomedicina y Oncología Molecular, y miembro del equipo de investigación.

Por su parte, el director del estudio, Carlos López-Otín, sostuvo que el trabajo “no persigue la búsqueda de estrategias para lograr los sueños de inmortalidad humana que algunos anuncian, sino entender las claves y los límites de la fascinante plasticidad celular que permite que algunos organismos sean capaces de viajar atrás en el tiempo”.

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