¿Viajar al espacio los deja sin erección? La ciencia dice que sí

Con el aumento de las misiones tripuladas al espacio, un trabajo indica que la salud sexual de los astronautas debe ser vigilada de cerca a su regreso a la Tierra.

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La exposición a rayos cósmiscos y a la microgravedad puede generar diversos problemas de salud

Un nuevo estudio sugiere que las exposiciones a la radiación cósmica galáctica y la ingravidez durante los vuelos espaciales podrían causar disfunción eréctil en los astronautas, incluso a largo plazo.

La nueva era de los viajes espaciales tripulados se acerca. En 2025, la misión histórica Artemis III no solo significará el retorno humano a la Luna desde 1972, sino que también permitirá una estancia de siete días cerca del polo sur lunar.

Para prepararse a los viajes más extensos, como potenciales travesías a Marte que requieren más de 7 meses en el espacio, los científicos investigan los efectos de las misiones en la salud humana. Esto incluye estudios sobre la salud sexual en entornos espaciales, vital para la preparación de expediciones futuras.

En este sentido, una investigación financiada por la NASA sugiere que la exposición a radiación cósmica galáctica y la microgravedad del espacio podría dañar los tejidos vasculares de los astronautas, provocando disfunción eréctil persistente tras su regreso a la Tierra.

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El estudio encontró que los daños perduraban mucho tiempo despúes a la exposición a los rayos.

La radiación cósmica galáctica es una forma de radiación de alta energía que proviene del espacio. Durante los vuelos espaciales, los astronautas están expuestos a esta radiación que daña las células y los tejidos, incluidos los vasos sanguíneos que son responsables de mantener la erección.

Por otro lado, la microgravedad puede hacer que los vasos sanguíneos se vuelvan más débiles y menos elásticos, además de causar cambios en la estructura y función de los vasos sanguíneos. Esto también puede dificultar que la sangre fluya correctamente durante una erección.

Los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS) están protegidos artificialmente, aunque siguen recibiendo tanta exposición en una semana como la que recibiría una persona en la superficie de la Tierra en un año.

En la Tierra estamos protegidos de la radiación cósmica por un campo magnético que rodea al planeta. Pero a medida que los astronautas pasen tiempo en la Luna y Marte, estarán mucho más expuestos a esas partículas.

El amor espacial es posible gracias a los antioxidantes

Para comprender los efectos del espacio en la salud humana, no se vio comprometida la vida sexual de ningún astronauta. El estudio fue realizado en un laboratorio con experimentos y simulaciones. Se emplearon 86 ratas Fisher-344 machos adultos como sujetos en un estudio pionero. Sin embargo, estos resultados, aunque reveladores, aún no han trascendido a pruebas en humanos.

El experimento tuvo lugar en el Laboratorio de Radiación Espacial operado por la NASA en Nueva York, donde las ratas fueron expuestas a simulaciones de microgravedad y rayos cósmicos galácticos. Un año después, el análisis de los tejidos reveló consecuencias sorprendentes: además de la disfunción, incluso una exposición leve a los rayos cósmicos generó estrés oxidativo, un factor que puede dañar células, proteínas y el ADN. Esta situación no solo está vinculada al envejecimiento, sino que se relaciona con afecciones como diabetes, cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Incluso una exposición leve a los rayos cósmicos generó estrés oxidativo, un factor que puede dañar células, proteínas y el ADN. Esta situación no solo está vinculada al envejecimiento, sino que se relaciona con afecciones como diabetes, cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Pero hay una cura. Para contrarrestar este estrés, el cuerpo humano produce antioxidantes de forma natural. La investigación sugiere que el tratamiento con antioxidantes específicos podría mejorar la función de los tejidos expuestos a rayos cósmicos, ofreciendo una posible solución.

El Dr. Favor, coautor del estudio, subrayó: "Aunque los impactos negativos de la radiación cósmica galáctica son duraderos, las mejoras funcionales mediante el abordaje agudo de las vías redox y de óxido nítrico sugieren una posibilidad de tratar la disfunción eréctil". Estos hallazgos pueden allanar el camino para la protección de la salud en futuras misiones espaciales.

Referencia de la noticia

Manuella R. Andrade, Tooyib A. Azeez, et al. Neurovascular dysfunction associated with erectile dysfunction persists after long-term recovery from simulations of weightlessness and deep space irradiation, FASEB (2023)

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