El paraíso que combina pumas, guanacos y el hotel más famoso de Argentina donde nadie puede quedarse a dormir

El Hotel Villavicencio es famoso por la etiqueta de un agua mineral, pero no funciona como tal. Además está rodeado de un majestuoso entorno.

Hotel Villavicencio Mendoza
El Hotel Villavicencio cerró sus puertas luego del Mundial de 1978.

A tan solo una hora de la Ciudad de Mendoza, entre caminos áridas y pronunciadas curvas de montaña, se esconde un paisaje que se convierte en un verdadero paraíso natural.

Se trata de la Reserva Natural Villavicencio, un sitio que encierra mucho más que la fuente una de las aguas minerales más famosas del país. Allí se encuentra un refugio de vida silvestre e historia.

Allí, los guanacos pastan en tropillas y desaparecen ladera abajo en cuestión de segundos; mientras que los zorros colorados se acercan, curiosos y confiados, a los visitantes. Con algo de suerte -y valentía-, hasta pueden llegar a verse pumas moverse en silencio, al acecho de su presa favorita.

Zorros Reserva Villavicencio
A una hora de la Ciudad de Mendoza se encuentra un paraíso natural, la Reserva Villavicencio. Foto: Gentileza Martín Pérez

Todo esto mientras los cóndores sobrevuelan el cielo andino sobre un territorio que conserva la esencia más pura de la Cordillera de los Andes. Y con uno de los hoteles más famosos, conocidos y misteriosos por todos los argentinos, un hotel donde nadie puede alojarse.

Villavicencio, el paraíso natural a menos de una hora de la ciudad

La extensión total de toda la reserva alcanza las 60.400 hectáreas y fue declarada como área protegida en el 2000. Además, desde 2017 fue incluida en la lista de Sitios Ramsar, un reconocimiento internacional que valora sus humedales como fuentes de vida y biodiversidad.

Guanavos Reserva Villavicencio Mendoza
Los guanacos pastan y trotan al costado de la ruta en Villavicencio.

En su vasto territorio, Villavicencio incluye tres eco-regiones claramente definidas e identificadas. Se trata del monte, el cardonal y la puna, las cuales se superponen entre sí y potencian la biodiversidad. Esa riqueza permite, por ejemplo, la presencia de especies endémicas como la rata chinchilla y el escurridizo gato andino, conocido como “el fantasma de los Andes”.

¡Cuidado con el puma!

Uno de los "vecinos" con mayor presencia en la Reserva Natural Villavicencio es el guanaco. En Mendoza -y en Argentina- es albergue de una de las comunidades más numerosas de guanacos. Y por sus pasturas pueden verse ejemplares distribuidos en varios grupos disfrutando de la naturaleza.

El detalle es que el guanaco es la dieta principal de los pumas, y una de las reglas más taxativas de la naturaleza es que, donde hay guanacos, hay pumas.

Puma Villavicencio Mendoza
El predador natural del guanaco es el puma y pueden avistarse en Villavicencio. Foto: Gentileza Martín Pérez

Todo esto desemboca en que no es de extrañar que los visitantes de Villavicencio puedan llegar a avistar a un puma e, incluso, cruzarlo a pocos metros. Aunque es una probabilidad relativamente baja.

Si bien este paraje cordillerano mendocino es uno de los principales hábitats silvestres del puma, se trata de una especie que intenta evitar la interacción con el ser humano.

No obstante, dado que existen chances de cruzarlos en esta área natural, la recomendación para los visitantes es más que clara: no salirse de los senderos y, ante un encuentro, no bajarse del vehículo hasta que el animal se aleje.

Un sitio clave para la historia de Argentina

La historia de Villavicencio como un sitio clave se remonta a la era precolombina. Para los huarpes e incas -pueblos originarios de esta parte del mundo- Villavicencio y sus caminos fueron la primera ruta natural de conexión con Chile.

Incluso, durante la campaña sanmartiniana, el propio José de San Martín y Juan Gregorio Las Heras recorrieron estas sendas antes de bifurcar sus caminos rumbo al cruce de los Andes.

El hotel más famoso de Argentina y en el que nadie puede dormir

A metros del ingreso principal de la Reserva Natural Villavicencio se encuentra el emblemático hotel que lleva su nombre. Es un ícono conocido en toda Argentina e, incluso, el mundo. Y es que la fachada de este hotel está presente en la etiqueta del agua mineral que se embotella en el lugar.

Pero la historia del Hotel Villavicencio está marcada por la ambición, el lujo y el misterio. Fue el hacendado Ángel Velaz quien ordenó que se construyera este edificio en 1939, manteniendo un estilo normando francés.

Hotel Villavicencio Mendoza
El Hotel Villavicencio fue inaugurado en 1940 y nunca fue rentable.

La inauguración del Hotel Villavicencio fue en marzo de 1940 y contaba con 32 habitaciones, todas con una vista inigualable. Durante décadas fue sinónimo de glamour y descanso, aunque nunca logró ser rentable (económicamente hablando).

Tras pasar por distintas manos y ser uno de los alojamientos estrellas de la Copa del Mundo Argentina 1978, el hotel cerró sus puertas. Y hasta fue expropiado por el Estado mendocino a sus últimos dueños y como parte del pago de una abultada deuda.

Hotel Villavicencio Mendoza
El Hotel Villavicencio es muy famoso en Argentina ya que es el emblema de la etiqueta del agua mineral que alli se embotella.

En 1999, cuando la multinacional Danone se hizo cargo de la administración del predio y adquirió la marca de agua, se retomaron algunos proyectos de restauración.

Hubo varios planes e intenciones para reabrirlo, pero ninguno prosperó. Es que la falta de energía eléctrica en la zona y los costos de mantenimiento postergaron cualquier iniciativa.

Parte del Hotel Villavicencio puede ser visitado

Aunque no está habilitado para pernoctar ni alojarse, actualmente parte del histórico Hotel Villavicencio puede visitarse. De hecho, los turistas pueden ingresar al lobby y al comedor restaurados, además de recorrer la capilla de 1941 diseñada por el famoso arquitecto Daniel Ramos Correa.

Guanacos Villavicencio Mendoza
Una de las colonias de guanacos más importantes de Argentina habita en la Reserva Villavicencio. Foto: Gentilezs Martín Pérez.

También se puede disfrutar de del Villavicencio Park, con tirolesas y senderos interpretativos. Mientras que la vieja casa de Velaz, construida en 1903, funciona como centro de recepción de visitantes.

Cada año, la Reserva Natural Villavicencio -área natural protegida de gestión privada- recibe unos 95.000 visitantes. Son ellos quienes sostienes 70% de los gastos de la reserva.