Rutas llenas de flores: 8 destinos que lucen su vegetación más atractiva durante la primavera en Argentina

Desde campos de lavanda y tulipanes andinos en la Patagonia hasta lirios en el Litoral y almendros mendocinos, la primavera en Argentina es más que un cambio de estación: es un estallido de colores que transforma la geografía de punta a punta.

Trevelin
Trevelin: donde la floración se convierte en un espectáculo fotográfico de alcance internacional

Algunos de estos destinos son clásicos turísticos en nuestro territorio, icónicos por desplegar su máximo esplendor durante esta época, mientras que otros comprenden ubicaciones y rincones menos conocidos pero no por eso menos pintorescos.

Desde la pampa hasta la Patagonia, te invitamos a descubrir estos 8 puntos geográficos de nuestro país, verdaderos lienzos naturales, y a planificar la escapada perfecta para disfrutar de la primavera en su pico de color y aroma.

Interior bonaerense

Con un paisaje que contempla tanto la presencia de pampa y llanura como de un atractivo sistema de sierras, la provincia de Buenos Aires luce locaciones que en esta temporada deslumbran con hectáreas sobrepobladas de vegetación. Se trata de localidades que resultan ideales para disfrutar sin necesidad de disponer de un largo viaje teniendo como punto de partida la capital porteña.

Para una inmersión completa en la floración de la llanura, puntualmente hay destinos como Luján y Mercedes, a unos casi 75 y 105 kilómetros respectivamente de la ciudad de Buenos Aires, que ostentan inmensos campos de girasoles y lavandas, ideales para hacer fotos durante escapadas rurales.

Trevelin (Chubut)

Si existe un lugar en Argentina donde la floración se convierte en un espectáculo fotográfico de alcance internacional, ese es Trevelin.

Aunque este pueblo de la Patagonia andina, con ubicación estratégica en plena provincia de Chubut, es conocido por sus casas de té galesas y su cercanía al Parque Nacional Los Alerces, su mayor atractivo primaveral es el campo de tulipanes que florece anualmente.

Residentes y visitantes disfrutan de una postal única durante las semanas correspondientes a los meses de octubre y noviembre: miles de bulbos de tulipán de más de 30 variedades distintas pintan un paisaje que emula a Holanda, con la imponente Cordillera de los Andes como telón de fondo.

Este es un sitio ideal para una visita tranquila en el marco de un descanso planificado por la región ya que permite admirar las vibrantes hileras de colores, desde el rojo intenso hasta el púrpura y el amarillo. Además de los tulipanes, la ruta de las flores puede complementarse con una visita a los viñedos de altura de la zona, que también comienzan a lucir su follaje más atractivo.

Villa La Angostura y Bariloche (Neuquén y Río Negro)

En la densa belleza del Bosque Andino Patagónico, la primavera se manifiesta de una forma más silvestre y explosiva: en localidades como Villa La Angostura y Bariloche, los jardines y los senderos se llenan de lupinos, rosas mosquetas y flores nativas.

Si bien ambos destinos son fundamentalmente conocidos y convocantes por sus postales invernales, entre los meses de octubre y diciembre sus paisajes se transforman en una paleta de color vibrante, ideales para los aficionados por el turismo aventura, experiencias de senderismo y hobbies artísticos como la fotografía.

Recorrer el Camino de los Siete Lagos en esta época es una experiencia de inmersión total en la floración patagónica.

El símbolo de esta época en la zona es el lupino, que florece en tonos azules, morados, rosas y blancos, creando manchas de color que contrastan con el verde profundo del bosque y el azul de los espejos de agua.

Bariloche
Bariloche

La temporada que abre paso a un clima más cálido en la Patagonia revela también el fruto y la flor de la rosa mosqueta, cuyos tonos rojizos y rosados tiñen los caminos de montaña, mientras que las especies nativas como la Mutisia y las orquídeas terrestres comienzan a asomar en las áreas protegidas de los Parques Nacionales.

El Bolsón (Río Negro)

Los campos de esta ubicación, considerada casi el corazón de la Comarca Patagónica, se cubren de lavandas y flores silvestres, haciendo de El Bolsón un destino ideal para quienes buscan una experiencia regional más ligada a lo artesanal, lo orgánico y lo agroecológico.

Ubicado a unos 120 kilómetros al sur de Bariloche, su microclima particular en el valle, sumado a la cercanía con el Bosque Andino, permite una floración primaveral distinta, marcada por el aroma y una cultura hippie chic.

Con la llegada de la primavera, que aquí se extiende hasta bien entrado el verano, los campos de la Comarca Andina se cubren de un manto morado y verde. La lavanda es la reina de esta época, con extensas plantaciones que no solo embellecen el paisaje, sino que también abastecen a productores de esencias y cosméticos naturales.

Con motivo de atraer visitantes, esta floración coincide con el auge de las ferias artesanales al aire libre, un ícono de la ciudad: el mercado se llena de productos de estación y flores silvestres que los lugareños recolectan en los valles. Una de las propuestas imperdibles en esta localidad es recorrer el Paseo de la Feria de El Bolsón, sitio donde los colores y aromas del campo se fusionan con la producción local de la zona.

Esteros del Iberá (Corrientes)

Pasar de la Patagonia al Litoral es un cambio de ecosistema espectacular, y los Esteros del Iberá ofrecen una perspectiva completamente diferente de la floración. Aquí, durante la primavera, abundan las flores acuáticas con ejemplares como lirios, camalotes y aguapés.

Los Esteros del Iberá, el humedal más extenso de Argentina, se convierten en esta época en un verdadero jardín flotante: con el aumento de la temperatura y la humedad característicos de la estación, los cuerpos de agua se cubren de un tapiz vegetal impresionante.

En paralelo, la fauna se muestra activa haciendo de este un destino excelente para descubrir y disfrutar de la naturaleza más salvaje de nuestro país. En esta temporada, los camalotes sirven como refugio y base para la nidificación. Observar carpinchos, ciervos de los pantanos y cientos de especies de aves interactuando entre los islotes de flores convierte a Iberá en una locación doblemente atractiva.

Mendoza

Famosa por el sol y sus vinos, esta provincia ofrece un espectáculo primaveral que equilibra la inmensidad árida de la precordillera con el verdor de sus oasis productivos. La primavera, que llega con temperaturas ideales para disfrutar de largas jornadas al aire libre, transforma los campos de frutales y viñedos en un paisaje de tonos blancos y rosados.

La floración más icónica de la región es la del almendro, que a fines de agosto y principios de septiembre se anticipa cubriendo grandes extensiones con un delicado manto blanco y rosado. Este fenómeno, especialmente visible en zonas como el Valle de Uco y Luján de Cuyo, es un imán para los fotógrafos.

A medida que avanza la estación, los viñedos y otros frutales (como duraznos y ciruelos) también comienzan a brotar, pasando del color de la flor al brote verde y al follaje.

En efecto, recorrer las rutas del vino y disfrutar del turismo en esta época no solo es una experiencia enológica, sino también visual, ya que se puede apreciar el inicio del ciclo de vida de la vid y otras especies que dan vida a un oasis productivo al pie de la Cordillera de los Andes.

Selva de Yungas (Salta y Jujuy)

La Selva de Yungas es un contraste de exuberancia irresistible para salir luego del desierto de Mendoza: esta área natural, extensión compartida entre las provincias de Salta y Jujuy, se presenta como un atractivo con una flora espectacular y una atmósfera completamente diferente a las ubicaciones tradicionales antes mencionadas.

Selva de Yungas
Selva de Yungas

Se trata del momento cumbre para la floración de orquídeas de distintas familias, que cuelgan de los árboles envueltas en helechos gigantes y lianas, ofreciendo postales ideales para quienes buscan naturaleza exuberante.

La humedad y el clima templado primaveral desatan la floración de una variedad de especies tropicales: los senderos que atraviesan los Parques Nacionales como el Calilegua (Jujuy) o el Baritú (Salta) se llenan de colores.

Quebrada de Humahuaca (Jujuy)

Si bien se trata de una ubicación casi vecina de las Yungas, la Quebrada de Humahuaca ofrece un contraste extremo: es una oportunidad perfecta para explorar la floración en la altura y en ambiente desértico, precisamente donde el color de la flora compite con el de la geología.

Quebrada de Humahuaca
Quebrada de Humahuaca

La protagonista indiscutida de la floración en esta zona son las flores de los cactus (cardones). En Purmamarca y Tilcara se ve el renacer del paisaje después del invierno y los campos verdes contrastan con los cerros multicolores.

Un bonus sin salir de Buenos Aires: Jardín Japonés y Bosques de Palermo

Se trata del clásico porteño de primavera: en cualquiera de estas ubicaciones, con el inicio de la temporada también tienen lugar en la ciudad de Buenos Aires las floraciones de cerezos, jacarandás y lapachos.

¿Por qué bonus? Regalan postales urbanas teñidas de colores fucsias y violáceos a las que es difícil resistirse de fotografiar al paso entre rutinas, compromisos y las múltiples actividades de quienes van de un lado a otro por la ciudad. La ciudad hasta parece otra con ese juego de colores figurando entre edificios y parques.

El Jardín Japonés es un oasis de serenidad que florece en perfecta armonía zen: en primavera, sus estanques se pueblan de color gracias a los nenúfares y las flores que adornan los bonsáis. No obstante, el punto de mayor atracción en esta época es la floración de sus cerezos (Sakura), un fenómeno breve y delicado que convierte al jardín en un cuadro oriental, siguiendo la tradición japonesa.

Por su parte, los Bosques de Palermo destacan por su impresionante y bellísimo Rosedal: más de 20.000 rosales -entre otras muchas variedades de plantas-, un circuito de arte y literatura y un patio andaluz hacen de este pulmón verde un oasis urbano en el que perderse en jornadas con cielo despejado y temperaturas lo suficientemente cálidas para disfrutar de la exposición al sol.