Un rincón del norte argentino donde la naturaleza se mantiene intacta, uno de los ecosistemas más puros del país
Se trata de un área natural protegida poco conocida a nivel nacional aunque no por eso menos imprescindible para nuestro territorio: en su extensión conserva más de 3 mil hectáreas de la ecorregión Yungas.
Es un rincón del norte argentino donde el bosque y la neblina se encuentran. Ubicada en el norte de la provincia de Salta y distinguida por sus valores naturales, ecológicos y turísticos, la Reserva Nacional El Nogalar de Los Toldos protege más de 3.000 hectáreas de la ecorregión Yungas, caracterizada por sus selvas tropicales de montaña.
¿Sus principales atractivos? Según la Administración de Parques Nacionales, este es un área clave para la conservación de dos ambientes poco representados en el sistema nacional de áreas protegidas: el pastizal montano o de neblina, en los sectores más elevados, y el bosque montano, que se desarrolla por debajo de aquel.
Esta ubicación protege, además, una cuenca hídrica vital para la población local. Aquí nacen los afluentes que alimentan al Huaico Grande, fuente de agua para consumo y riego, antes de unirse al río Toldos y desembocar en el Bermejo.
El paisaje, dominado por los imponentes Cerros Bravo —que superan los 3.000 metros de altura— y por los bosques de nogales que integran las Yungas, alberga especies emblemáticas como el yaguareté y la taruca, ambos Monumentos Naturales y en peligro de extinción.
¿Cómo llegar a la Reserva Nacional El Nogalar de Los Toldos?
El acceso más común es desde la localidad de Los Toldos, a unos 500 metros del área de ingreso a la reserva. Para quienes quieran acercarse en vehículo propio o alquilado, la localidad de Los Toldos se ubica a unos 30 km de Santa Victoria Oeste.
El recorrido puede demandar varias horas por caminos de montaña. Debido a las lluvias frecuentes, estos caminos pueden verse ocasionalmente afectados, razón por la cual se recomienda consultar su estado antes de viajar.
¿Qué ver en la Reserva Nacional El Nogalar de Los Toldos?
Además de las nacientes del río Huaico Grande, el área conserva una muestra representativa de las selvas de montaña que prosperan gracias a las lluvias que traen los vientos húmedos del oeste.
Entre su biodiversidad y sus registros arqueológicos, la Reserva combina naturaleza, historia y cultura ancestral en un mismo entorno.
Flora
El nogal (Juglans australis) es el árbol característico de la selva nublada que da nombre al área protegida. Este ejemplar puede llegar hasta los 25 metros de altura. En cuanto a sus propiedades y atributos, es cultivado por su valor ornamental y por su madera.
La reserva protege los pisos altitudinales superiores de las Yungas, a partir de los 1.600 m.s.n.m. se transita por el bosque montano, compuesto de nogales, cedros y pinos del cerro de importante diámetro, los cuales se van achaparrando entre alisares y algunas queñoas que van dando paso a los pastizales de altura en las cumbres del Cerro Bravo y San José (más de 3.000 msnm).
Fauna
En las zonas bajas de esta región se pueden apreciar ardillas rojas (Sciurus ignitus), ejemplar emblema del área protegida; mientras que en las zonas altas se resguardan la taruca o venado, ejemplar declarado Monumento Natural Nacional.
Esta extensión de área natural alberga también una gran variedad de especies de aves, las cuales varían su presencia y cantidad de acuerdo con la época del año. Asociados a los cursos de agua habitan especies como el hocó colorado, el martín pescador grande y mirlos de agua.
A la variedad de especies antes mencionada, la fauna nativa local se complementa junto con pequeños y grandes mamíferos como pumas, corzuelas, pecaríes, zorrinos, hurones, ardillas y el zorro gris; reptiles como la yarará, diferentes culebras y lagartijas; y anfibios como el sapito panza roja, especie endémica de la eco región.
La diversidad de ambientes, desde las yungas hasta los pastizales de altura, permite que convivan numerosas especies que hacen de esta reserva un refugio de vida silvestre único.
Patrimonio cultural
Los visitantes que lleguen a la Reserva Nacional El Nogalar de Los Toldos podrán admirar también un antiguo molino que fue usado antaño para moler maíz, uno de los principales cultivos de la región. Según la historia oral, fue escenario de los tradicionales trueques con los habitantes de las zonas altas.
La reserva guarda también testimonios arqueológicos que evidencian antiguos asentamientos prehispánicos, con restos de muros de piedra, cerámica y artefactos líticos como puntas de flecha o morteros (“bateas”).