7 plantas violetas y púrpuras para llenar de color tu casa y tu jardín
Resistentes, aromáticas o simplemente hermosas, estas plantas violetas son ideales para quienes buscan decorar con un toque distinto.
Los tonos violetas tienen un aire especial: transmiten calma, misterio y hasta un toque de elegancia. Por eso, no sorprende que cada vez más amantes de la naturaleza se animen a sumar plantas con ese tono en balcones, patios o jardines.
Desde especies de interior hasta arbustos que florecen en invierno, estas son siete opciones muy conocidas en Argentina que combinan belleza, resistencia y un plus de encanto.
1. Lavanda, la reina del aroma
Originaria del Mediterráneo, la lavanda es probablemente la flor violeta más famosa del mundo. Se adapta muy bien a macetas y necesita sol directo para crecer fuerte. Su riego debe ser moderado: es una planta que prefiere los suelos bien drenados y no tolera el exceso de agua.
Además de su belleza, tiene un valor agregado que la vuelve única: su perfume ayuda a relajar y mejorar el descanso, lo que la convierte en una aliada natural para el dormitorio.
2. Lambari, un toque exótico que no falla
La Tradescantia zebrina, conocida popularmente como lambari o trapoeraba cebra, es originaria de América tropical y se caracteriza por sus hojas con franjas verdes, plateadas y moradas.
Es muy resistente y crece con rapidez si recibe riego frecuente y un poco de fertilizante. Aunque soporta bien el sol, lo ideal es exponerla de a poco para que no se quemen sus hojas. Es perfecta para interiores luminosos o jardines de media sombra.
3. Trébol morado, un espectáculo de contrastes
El Oxalis triangularis, conocido como trébol morado, es originario de Brasil pero se cultiva con facilidad en muchas regiones de Argentina. Sus hojas triangulares de color púrpura se abren con la luz del día y se cierran de noche, lo que genera un efecto encantador.
Suele dar pequeñas flores rosadas o blancas. Prefiere macetas amplias y suelos bien drenados, siempre húmedos pero no encharcados. Un detalle curioso: a diferencia de otros tréboles, este no se asocia con la suerte, pero sí con la decoración sofisticada.
4. Orquídeas moradas, elegancia asegurada
Las orquídeas son un clásico de la jardinería y algunas de sus variedades presentan flores en tonos morados o lilas intensos. Se adaptan bien a macetas colgantes o de pie, siempre que tengan buena luz indirecta y humedad ambiental.
Aunque muchos piensan que son difíciles de mantener, basta con regarlas de forma controlada -dejando que las raíces respiren- para que se mantengan saludables. Obsequiar una orquídea siempre es una buena idea, porque aportan un aire distinguido a cualquier ambiente.
5. Piña morada, resistencia con estilo
La Tradescantia spathacea, también llamada “Moisés en la cuna”, es originaria de América Central y se distingue por sus hojas verdes por encima y violetas por debajo. Es ideal para principiantes porque no requiere grandes cuidados: basta con regarla dos veces por semana y colocarla en un sitio con luz indirecta.
Puede crecer tanto en interior como en exterior, siempre que no reciba heladas fuertes. Además de su atractivo color, se la valora porque ayuda a dar volumen y textura a macizos de plantas.
6. Violeta, pequeña pero encantadora
La Viola odorata es una planta delicada, originaria de Europa y Asia, pero muy popular en Argentina como especie ornamental. Sus flores púrpuras o azuladas tienen un perfume suave y agradable. Necesita mucha luz natural, pero sin sol directo, y temperaturas equilibradas, ya que el calor extremo puede afectar su desarrollo.
Requiere riego regular, y es importante evitar que el sustrato quede encharcado. Se la cultiva tanto en macetas como en bordes de jardín, donde aporta un detalle romántico y colorido.
7. Terciopelo morado, una joya texturada
La Gynura aurantiaca, llamada comúnmente terciopelo morado, sorprende por el aspecto aterciopelado de sus hojas cubiertas de finos pelitos púrpuras. Es originaria de Asia y se adapta bien a climas templados, aunque no resiste cambios bruscos de temperatura.
Prefiere la media sombra y los suelos livianos y húmedos. Sus hojas jóvenes tienen un morado más intenso, mientras que las adultas se tornan verdosas. Es una opción ideal para quienes buscan una planta distinta, que además aporta textura y relieve a cualquier rincón.
Estas siete especies demuestran que el mundo vegetal no es solo verde. Los tonos violáceos, púrpuras y morados pueden dar carácter, suavidad o sofisticación, según cómo se lo combine.
Algunas, como la lavanda o la violeta, suman también perfume; otras, como el trébol o el terciopelo, encantan por su forma y movimiento. Lo mejor es que todas pueden encontrarse fácilmente en los viveros, listas para llenar de color y vida cualquier espacio.