Campos de hielos patagónicos: una belleza que se derrite

Los campos de hielos patagónicos se están reduciendo a una velocidad récord. ¿Existe relación entre este fenómeno y el calentamiento global? ¿Qué efectos ocasiona?

Glaciares
El campo de hielo patagónico es el más grande del hemisferio sur fuera de la Antártida

El Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales de Argentina (IANIGLA) relevó 16986 glaciares en la cordillera de los Andes y el Atlántico Sur que equivalen a más de 8480 kilómetros cuadrados.

Más de 16000 de esos glaciares corresponden a la cordillera de los Andes, y gran parte al campo de hielo patagónico. Ese campo de hielo es el remanente del gran campo de hielo que cubrió gran parte de la región hace unos 18000 años atrás.

Aún así es el mayor campo de hielo del hemisferio sur fuera de la Antártida. Pero su velocidad de retroceso es de las más altas del planeta.

¿Cómo los afecta el cambio climático?

Si bien estos campos de hielo están en retracción luego de la última glaciación, la tasa de decrecimiento en los últimos 50 años ha aumentado considerablemente. Para la mayoría de los investigadores existe una relación directa entre ese efecto y el aumento global de las temperaturas.

Su derretimiento colabora al aumento en el nivel del mar, aunque por detrás de Groenlandia y la Antártida. El glaciar Perito Moreno es una excepción a este comportamiento ya que mantiene una tendencia estacionaria.

Glaciar San Quintín
El retroceso del glaciar San Quintín (Chile) es evidente en las imágenes satelitales

La velocidad de desplazamiento es cada vez mayor

De acuerdo a lo indicado por Earth Observatory de NASA , la información satelital establece que la velocidad de desplazamiento del campo de hielo superó los 100 metros por años en muchos sectores.

Traducido, este valor se condice con altos niveles de descongelamiento, tanto superficiales como en las capas más profundas de los glaciares. Es interesante destacar que la vida de un glaciar es posible gracias a las capas de nieve que se van sumando de una temporada a otra durante miles de años.

Si las temperaturas en verano son más elevadas, o las invernales resultan mayores, ese proceso se empobrece y la nieve que se suma es superada por la que se derrite y el glaciar va retrocediendo progresivamente.

Por todo esto, la retracción de la superficie abarcada por el campo de hielo patagónico está en sintonía con lo que ocurre en otros puntos del planeta, acelerado por el constante aumento de la temperatura global.

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