Contaminación acústica: preservar el silencio, el sonido más amenazado

Gordon Hempton es un ecologista acústico que lleva una vida dedicada a buscar y documentar paisajes sonoros naturales. Recientemente lanzó una organización sin fines de lucro que busca preservar estos lugares en el planeta. Conocemos su lucha por “salvar el silencio”.

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Gordon Hempton dio la vuelta al mundo tres veces en los últimos 41 años buscando y documentando los paisajes sonoros naturales que están desapareciendo del planeta. Imagen: Shawn Parkin.

Entre las distintas campañas a favor del medioambiente, aquellas que refieren a la contaminación acústica suelen pasar desapercibidas, dado que es algo invisible, se desvanece sin dejar rastro y no nos deja nada para limpiar.

Pero así como los humanos ensuciamos la tierra y los mares con nuestra basura, también estamos contaminando el planeta con una exposición sostenida a sonidos artificiales.

Y aunque el ruido a menudo se trata más como una molestia que una real problemática, hay una creciente evidencia que sugiere que también está dañando nuestra salud. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, los efectos de la exposición a la contaminación acústica ambiental a largo plazo incluyen ataques cardíacos, presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares, diabetes, demencia y depresión. Asimismo, la Agencia Europea de Medio Ambiente descubrió que la contaminación acústica ambiental contribuye a 48.000 casos de enfermedades cardíacas y 12.000 muertes prematuras en todo este continente cada año.

La historia de lucha de Gordon Hempton

En medio de esta indiferencia generalizada a nivel mundial con respecto a las graves consecuencias que produce la contaminación acústica, la historia de Gordon Hempton nos hace pensar que no todo está perdido.

Especializado en ecología acústica, Hempton dio la vuelta al mundo tres veces en los últimos 41 años buscando y documentando los paisajes sonoros naturales que están desapareciendo del planeta.

Entre varios logros a lo largo de su destacada trayectoria, ganó un Emmy por su documental, "The Vanishing Dawn Chorus" que captura la cacofonía del amanecer en seis continentes.

Entrevistado por la BBC, Hempton afirma que el sonido que más le preocupa preservar es el más amenazado de todos: el silencio.

"¿Por qué salvar silencio?, ¿no es más importante el calentamiento global, la limpieza de desechos tóxicos y la restauración del hábitat y las especies en peligro de extinción? Bueno, cuando salvas el silencio, en realidad terminas salvando todo lo demás también", afirmó.

Recientemente, Hempton lanzó Quiet Parks International (QPI), una organización sin fines de lucro única en su tipo que tiene como objetivo certificar y preservar los últimos paisajes sonoros naturales de la Tierra. "Los ecosistemas más saludables que existen, también son los lugares más tranquilos", señaló.

Pero a pesar de la evidencia que indica que el silencio nos hace más saludables y la naturaleza nos hace más felices, según Hempton la cantidad de lugares naturalmente tranquilos que están "en camino de extinción supera con creces la extinción de especies".

QPI, la “Unesco del silencio”

En 2005, tras décadas de mediciones acústicas científicas, Hempton identificó el que creía era el lugar más silencioso y más libre de contaminación acústica en EE.UU.: un pedazo de tronco caído de 6,5 cms², alfombrado de helechos en la selva estadounidense Hoh.

Actualmente, QPI espera ser una especie de “Unesco del silencio”, un organismo global que identifique los paisajes sonoros más notables y acústicamente inmaculados de todo el mundo y atraiga a los turistas para ayudar económicamente a los esfuerzos de preservación.

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Hempton identificó el que creía era el lugar más silencioso y más libre de contaminación acústica en EE.UU. Imagen: Eliot Stein.

Hasta la fecha, Hempton y su equipo de ecologistas acústicos internacionales han localizado más de 250 lugares en todo el mundo que tienen el potencial de ser "lugares silenciosos", y su objetivo es certificar más de 50 ubicaciones para 2030.

QPI también designa parques en las principales ciudades del mundo y sus alrededores. Si bien ninguna ciudad está libre de contaminación acústica, QPI busca lugares con una lectura promedio de decibeles de 40-50 (aproximadamente el silencio de una biblioteca) y donde "domine el sentido de la naturaleza".

En junio pasado, la organización nombró al Parque Nacional Yangmingshan de Taiwán, un paraíso auditivo de 11.338 kilómetros cuadrados de fumarolas silbantes, bosques antiguos y colinas de hierba en las afueras de Taipéi, como su primer Parque Urbano Silencioso.

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