El memorándum de Bill Gates sobre el clima: ¿por qué da tanto que hablar... y debate?
En vísperas de la COP30, Bill Gates revolucionó el debate climático con un memorándum inesperado: lúcido, optimista, pero polémico. En él, aboga por un enfoque "humano" del clima, alejado del catastrofismo. Su mensaje generó esperanza, controversia y confusión en los medios.

Con la proximidad de la conferencia climática COP30 en Brasil, Bill Gates lanzó una auténtica bomba en el debate sobre el clima. Su extenso informe, Three Tough Truths About Climate (2025), no niega la gravedad del calentamiento global, pero nos invita a repensar cómo hablamos de él: "El cambio climático es grave, pero no es el fin del mundo".
En cuestión de horas, las redes sociales estallaron: los negacionistas del cambio climático celebraron, los científicos se indignaron. Algunos medios de comunicación avivaron la confusión, titulando que Gates estaba minimizando la crisis, mientras que otros destacaron su llamado a un "cambio estratégico" que vuelva a situar la salud global y el desarrollo económico en el centro de la lucha contra el cambio climático.
Cambio climático: ¿grave pero no fatal?
Para Gates, debemos superar el enfoque de "todo o nada": ni un apocalipsis inminente ni un optimismo ingenuo. Señala que el mundo se dirige hacia un calentamiento de entre +2 °C y +3 °C para 2100, lejos de los objetivos del Acuerdo de París (+1,5 °C), pero que "los peores escenarios" ahora parecen menos probables.
Él formula tres "verdades" clave:
- El cambio climático es un problema grave, pero no el fin de la civilización.
- Los objetivos de temperatura no son los únicos indicadores de progreso.
- La mejor defensa reside en la innovación, la prosperidad y la salud pública.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) confirma los avances: en diez años, sus proyecciones de emisiones para 2040 se han reducido en un 40 % gracias a las políticas climáticas y las innovaciones. Para Gates, esto demuestra que las tecnologías —vehículos eléctricos, energías renovables, baterías— están empezando a modificar la trayectoria de las emisiones.
Sin embargo, para muchos climatólogos, este tono tranquilizador sigue siendo peligroso: cada décima de grado cuenta, nos recuerda el IPCC. Michael Mann y Daniel Swain advierten que depender excesivamente de "soluciones tecnológicas" como la energía nuclear de última generación, la captura de carbono o la geoingeniería podría desviar la atención de soluciones probadas, como la eficiencia energética y la reducción estructural de las emisiones.
Cambiar de brújula: de los grados centígrados a la dignidad humana
Gates propone una idea audaz: medir el éxito climático no solo por la temperatura, sino también por el bienestar humano, la salud, la agricultura y la lucha contra la pobreza. "El desarrollo es adaptación", escribe: el desarrollo ya es una forma de adaptación.
En resumen: los países pobres no sobrevivirán al calentamiento global sin inversiones masivas en salud y agricultura sostenible. Este enfoque se alinea con el trabajo en pro de la justicia climática: un mundo más justo es también un mundo más resiliente. Subraya que situar la dignidad humana y el desarrollo económico en el centro de la lucha contra el calentamiento global es un giro estratégico fundamental.
La innovación como palanca de esperanza
En su informe, Gates se basa en veinte años de inversión en tecnologías verdes. Cree en una revolución impulsada por la innovación: electricidad descarbonizada, acero con cero emisiones, agricultura con bajas emisiones de metano, combustibles limpios y edificios eficientes.
Está convencido de que reducir a cero la prima verde —el coste adicional de las tecnologías limpias en comparación con los combustibles fósiles— es la clave para una transición justa: cuando la energía solar, las bombas de calor y las baterías sean tan asequibles como el carbón o el petróleo, el mundo evolucionará naturalmente hacia la neutralidad de carbono.
Los científicos, por su parte, celebran este optimismo, aunque instan a la cautela: la innovación por sí sola no bastará si no cambian los comportamientos y las políticas públicas. Sin voluntad política, regulación y justicia climática, las soluciones tecnológicas corren el riesgo de ser meros paliativos temporales.
Una "estrategia de pivote" entre realismo y humanismo
Si Bill Gates pide a los negociadores de todo el mundo que vuelvan a situar a los seres humanos en el centro de las estrategias climáticas, probablemente ahí reside la fuerza, y la fragilidad, de su mensaje.
Sí, la innovación ya ha reducido las emisiones proyectadas. Sí, la adaptación implicará salud, educación y resiliencia. Pero NO, el cambio climático no puede tratarse simplemente como otro problema de desarrollo. Ambos están intrínsecamente ligados.
Sobre todo, muestra cómo la forma en que hablamos del cambio climático —entre la esperanza, el realismo y la urgencia— moldea nuestra comprensión colectiva e incluso puede generar desinformación o malentendidos. Para salvar el clima, primero debemos salvar lo que nos hace humanos: la capacidad de inventar, de comprender y de tener esperanza.
Referencias de la noticia
Gates, B. (2025, 28 oct.). Three tough truths about climate. GatesNotes.
Ryan, M. (2025, octobre 30). Why Bill Gates’ climate memo is being celebrated by skeptics while frustrating scientists. The Conversation.