La rana hervida: ¿Por qué ignoramos el cambio climático?
Un estudio revela que percibimos el cambio climático como algo gradual, lo que nos hace ignorar su amenaza. ¿Podremos despertar antes de que sea tarde?

Cerrá los ojos por un momento, e imagina que eres una rana en una olla de agua tibia. El fuego está encendido, la temperatura del agua es muy agradable, y como el agua se calienta tan despacito, no te percibes en una situación de peligro. Poco a poco, te acostumbras al calor, hasta que, sin darte cuenta, ¡estás en problemas!
Esta es la famosa metáfora de la "rana hervida", y un estudio reciente dice que así actuamos los humanos frente al cambio climático. Aunque el planeta se calienta, los huracanes se intensifican y los veranos son más sofocantes, muchos seguimos pensando: "No es para tanto".

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Princeton, la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de California, publicado en Nature Human Behaviour, la mayoría de las personas perciben estos cambios como pequeños y graduales, lo que nos lleva a subestimar la gravedad del problema. Pero, ¿por qué nos cuesta tanto reaccionar?
La ciencia tiene respuestas, y en este artículo te las contamos de forma sencilla, con un toque de esperanza para salir de la olla antes de que hierva.
¿Qué dice la metáfora de la rana hervida?
La metáfora de la rana hervida no es solo un cuento: refleja cómo nuestro cerebro procesa los cambios lentos. Un reciente estudio halló que, cuando los datos sobre el cambio climático se presentan como algo gradual (como un aumento constante de temperaturas), tendemos a minimizar su impacto. Es como si viéramos un gráfico con una línea que sube despacito y pensáramos: "Bueno, no es tan grave".
Este fenómeno, conocido como el "efecto de la rana hervida", explica por qué muchos no sentimos urgencia frente al calentamiento global.

El problema es que el cambio climático no es solo un aumento suave de temperatura. También trae eventos extremos, como olas de calor, inundaciones o sequías, que son como alarmas que suenan fuerte, pero que olvidamos rápido.
Es que nuestra mente se adapta rápido a las nuevas condiciones climáticas, ajustando lo que consideramos "normal" en pocos años (entre dos a ocho años, según un estudio de la Universidad de California, Davis). Esto se llama "desplazamiento de línea base" y hace que, aunque el mundo se caliente, sigamos pensando que todo está más o menos igual.
Presentar los datos de otra forma: la clave para despertar
La buena noticia es que hay formas de sacarnos de esa olla antes de que hierva. Esta investigación probó algo interesante: cuando los datos climáticos se presentan de forma binaria (por ejemplo, si un lago se congela o no en invierno), la gente percibe el cambio climático como algo más brusco y urgente. Es como pasar de un gráfico suave a uno que dice: "¡Ojo, algo cambió de verdad!".
Data visualizations are some of the most powerful tools in a climate science communicators playbook. However, designing visuals that are clear to the public and policy makers is not a straightforward task, writes Rachit Dubey.
— Bulletin of the Atomic Scientists (@BulletinAtomic) July 25, 2025
So, what works?https://t.co/R8lvncUXjy
Por ejemplo, imagina dos gráficos sobre el mismo pueblo. Uno muestra que las temperaturas suben poco a poco; el otro, que el lago del pueblo dejó de congelarse algunos inviernos. Aunque ambos reflejan el mismo calentamiento, el segundo gráfico genera más impacto.
Los experimentos del estudio, con casi 800 personas, confirmaron que esta forma de mostrar datos aumenta la percepción de urgencia. Y lo mejor: no se trata de manipular información, sino de elegir datos que reflejen el mismo problema de manera más clara.
¿Podemos saltar de la olla a tiempo?
Entonces, ¿cómo usamos esto para actuar contra el cambio climático? Los científicos sugieren que, en lugar de hablar solo de tendencias lentas, debemos destacar cambios concretos, como la desaparición de glaciares o el aumento de tormentas. Estos ejemplos son como un balde de agua fría que nos despierta, una estrategia que puede motivar a las personas a apoyar políticas climáticas o cambiar hábitos, como usar menos plástico o ahorrar energía.
Si logramos que los datos hablen de forma clara y directa, podemos romper la apatía. Por ejemplo, en lugar de decir "la temperatura subirá 2 °C en 50 años", podríamos decir: "En 50 años, este lago donde patinabas ya no se congelará". Esa imagen pega más fuerte y nos empuja a actuar.

En resumen, la metáfora de la rana hervida nos enseña que nuestra indiferencia al cambio climático viene de cómo percibimos los cambios lentos. Pero la ciencia nos da herramientas para despertar: mostrar datos de forma clara y concreta puede hacernos saltar de la olla. La clave está en unir esfuerzos: científicos, comunicadores y todos nosotros, trabajando para que el mensaje llegue fuerte y claro. ¡Es hora de actuar antes de que el agua hierva de verdad!
Referencia de la noticia
Liu, G., Snell, J.C., Griffiths, T.L. et al. Binary climate data visuals amplify perceived impact of climate change. Nat Hum Behav 9, 1355–1364 (2025).
NOTA DEL REDACTOR: si bien la metáfora de la rana hervida es falsa como hecho científico, sirve como una metáfora poderosa sobre cómo las personas pueden pasar por alto cambios graduales y peligrosos.