Samjung: el milenario pueblo del Himalaya que se está vaciando por el cambio climático

En el Alto Mustang de Nepal, un pueblo milenario tuvo que ser abandonado por la falta de agua. La historia de Samjung refleja un drama que ya impacta a las regiones más altas del planeta: el cambio climático está borrando del mapa a comunidades enteras.

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La falta de agua y las lluvias torrenciales actuales obligan a comunidades enteras a migrar

A casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, encajado entre valles erosionados por el viento y rodeado de acantilados rojizos con cuevas milenarias, Samjung parecía suspendido en otro tiempo. Allí, una comunidad budista llevaba una vida ancestral: cultivaban cebada, pastoreaban yaks y meditaban en las mismas grutas que sirvieron, durante siglos, como refugio, sitio de entierros y retiro espiritual.

Pero la montaña empezó a cambiar. Primero, la nieve dejó de llegar como antes. Después, los manantiales se fueron secando. Y cuando llovía -cada vez más de golpe y más desordenado-, el agua ya no era bendición, sino amenaza. Las casas de barro, construidas para resistir un clima seco y frío, no soportaron los chaparrones cada vez más intensos. Las terrazas se agrietaron. Los campos quedaron arrasados.

Uno a uno, sus habitantes hicieron las valijas. No por guerras ni por disputas políticas. Por falta de agua. Samjung desapareció sin estruendo, desdibujado lentamente por la sequía, el retroceso glaciar y un calendario climático que perdió la brújula.

El tercer polo también se derrite

Aunque poco conocido, el caso de Samjung no es una rareza. Es apenas una muestra de lo que está ocurriendo en el Hindu Kush-Himalaya, una región que los científicos llaman “el tercer polo” por la inmensa cantidad de hielo que contiene. Abarca desde Afganistán hasta Myanmar, y sus glaciares alimentan ríos de los que dependen directamente unas 240 millones de personas en la montaña y otras 1.650 millones río abajo.

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Oraciones matutinas con agua antes de recolectarla para su uso diario en el asentamiento recién reubicado de la aldea abandonada de Samjung (Foto AP/Niranjan Shrestha)

Según el Centro Internacional para el Desarrollo Integral de las Montañas (ICMOD), con sede en Katmandú, esta zona se calienta más rápido que la media global. Los glaciares se achican, las zonas de permafrost se descongelan, y la nieve, clave para la agricultura y la ganadería de altura, es cada vez más esquiva. Un informe de 2023 advirtió que, si no se reducen drásticamente las emisiones, hasta el 80 % del volumen glaciar podría perderse antes de que termine el siglo.

No hay metáforas acá: el agua que desaparece, desaparece de verdad.

“Nos fuimos porque no había agua”

Kunga Gurung, de 54 años, lo resume sin vueltas: “Tres arroyos, y los tres se secaron. No podíamos sembrar ni vivir”. Su historia se parece a la de muchas familias en el Himalaya: vivieron toda su vida en un lugar que conocían al detalle, hasta que ese lugar cambió más rápido que su capacidad de adaptación.

La migración climática suele ser invisible. No siempre se dice que se abandona un pueblo por el cambio climático, pero casi siempre está en el centro del problema. Lo explica Neil Adger, profesor de geografía humana en la Universidad de Exeter: “Los cambios en los patrones climáticos ya están redefiniendo dónde y cómo se puede vivir”.

En Samjung, el éxodo empezó hace más de una década. El último golpe fue la intensificación del monzón. Las lluvias ya no llegaban como antes, sino como aluviones. Y en las laderas empinadas del Alto Mustang, eso significa desastres. Las casas de adobe se desmoronaron. Los cultivos, arrasados. Sin agua ni tierra fértil, no quedó opción.

En Nuevo Samjung, algunos aún pastorean, pero otros encontraron en el turismo una nueva forma de vida, gracias a la cercanía con Lo Manthang, una antigua ciudad budista que atrae peregrinos y viajeros de todo el mundo.

A pesar de tener menos de 100 habitantes, mudarse no fue fácil. Había que encontrar un sitio con agua, suelos cultivables, acceso a rutas y al menos algo de ayuda institucional. Paradójicamente, quien terminó dando una mano fue el “rey” de Mustang -una figura ceremonial desde que Nepal abolió su monarquía-, que ofreció tierras para reconstruir la aldea cerca de una zona más conectada con el comercio y el turismo.

Hoy, la nueva Samjung intenta rehacerse. Pero la herida queda.

El cambio que avanza sin ruido

A diferencia de un huracán o un incendio forestal, la desaparición de Samjung no ocupó portadas. Y sin embargo, es una historia urgente. Porque muestra cómo el cambio climático avanza muchas veces en silencio, haciendo imposible lo que durante siglos fue posible.

Y aunque el Himalaya parezca lejos, su hielo sostiene a millones, su nieve marca el ritmo de ecosistemas enteros, y su transformación nos advierte algo muy claro: cuando el agua se va, no hay cultura, tradición ni paisaje que aguante.

Referencia de la noticia:

https://apnews.com/article/nepal-himalaya-climate-water-a68c96a65463b677f30af99737b7977a