Dame luz

El cielo azul del mediodía o el color rojizo de la tarde; una corona alrededor del Sol o un perfecto arco iris. La luz solar interactúa de múltiples formas con la atmósfera y produce fenómenos fascinantes. ¿Los conocías?

halo, optica, fotometeoro
Los halos pueden encontrarse como anillos, arcos, columnas o puntos luminosos en el cielo

Cuando hablamos de luz normalmente nos referimos a la luz visible, la cual es una pequeña parte de toda la radiación que proviene del Sol, y es la que pueden captar nuestros ojos.

Te puede interesar: El cielo debería ser violeta

A luz solar le toma un poco más de 8 minutos recorrer la distancia hasta llegar al planeta Tierra, y cuando lo hace, interactúa con la atmósfera. El aire, incluidas las partículas sólidas o las gotas de lluvia, tiene la capacidad de dispersar y reflejar la luz para producir un sinfín de fenómenos ópticos, que los meteorólogos denominamos “fotometeoros”. Estos son algunos de ellos:

Arco Iris

Posiblemente este sea el fotometeoro más conocido. La combinación de lluvia con Sol produce la refracción y el desvío de la la luz, de tal manera que se forma una serie de 7 arcos de distintos colores, que van desde el rojo hasta el violeta. Mientras más grandes sean las gotas de lluvia, más brillante serán los colores.

Te puede interesar: El doble arco iris

Para que se forme, la luz debe incidir de manera oblicua sobre las gotas de agua, formando un ángulo de 42º. Por eso es prácticamente imposible ver un arco iris durante el mediodía, y siempre que ocurren se producen durante las mañanas y las tardes de lluvia.

Halos Solares o Lunares

El halo más conocido es el anillo brillante que se forma alrededor del Sol o la Luna, pero también pueden encontrarse como arcos, columnas o puntos luminosos en el cielo. Todos ellos se generan por la reflexión o la refracción de la luz en los cristales de hielo que están en suspensión en la atmósfera, ya sea formando las nubes cirros o como polvo de cristales de hielo.

Los cristales se comportan como prismas y espejos, refractando y reflejando la luz del sol entre sus caras, enviando rayos de luz en determinadas direcciones. La forma y orientación de los cristales de hielo determinan los diferentes tipos de halos que se pueden formar. Los que se producen por la refracción de la luz del sol pueden verse de distintos colores, mientras que los halos originados por la reflexión son siempre blancos. Por la noche, percibir colores es difícil para el ojo humano; por lo tanto, los halos lunares normalmente son blancos.

Gloria

Una gloria consiste en una serie de anillos concéntricos de colores que suele formarse alrededor de una sombra. El origen de su nombre reside en que muchas veces aparece con la forma de una aureola de Santo sobre la cabeza de la sombra del observador.

Lo más común es verla cuando estamos en un lugar elevado, como una montaña, un edificio o un avión, y tenemos el sol detrás y presencia de neblina, niebla o nubes hacia abajo. Cuanto más pequeñas sean las gotitas en el aire, más grande serán los anillos. A este fenómeno también se lo conoce como “anillos de Ulloa”.

Nubes iridiscentes

La difracción de la luz en las pequeñas gotas o cristales de algunas nubes pueden lograr que las veamos teñidas de colores pasteles, normalmente en tonos verdes y rosas, y siguiendo una estructura desordenada o en bandas de colores.

Para que este fenómeno ocurra, las gotas o cristales deben ser pequeños, de tamaños similares y la nube debe ser muy fina, por eso es más frecuente encontrarlos en los bordes. Pero tanto los colores, como el lugar en el que aparece la iridiscencia va a ir cambiando a medida que la nube se mueve o cambia.

Rayo verde

Durante el ocaso, es posible ver un rayo de luz verde una vez que se oculta el Sol. Este fenómeno óptico se genera por la refracción de la luz durante el atardecer. Puede verse sobre tierra, pero es más frecuente verlo durante el ocaso en el mar, cuando el agua está tranquila y el aire bien limpio.

La diferencia de densidad del aire hace que la luz se descomponga y arquee ligeramente siguiendo la curvatura del planeta. La luz verdosa se arquea un poco más que el resto, y una vez que el Sol se ocultó en el horizonte, ese color es el único que se sigue viendo sobre la superficie terrestre.

Destacamos