El ser humano que más daño le causó a nuestro planeta

La mayoría de los inventos han mejorado la calidad de vida de las personas y permitido el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, muchos de ellos fueron inicialmente beneficiosos, pero con el tiempo resultaron ser perjudiciales.

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Thomas Midgley: el ser humano que más daño le causó al planeta

Y fue el tiempo quien determinó que Thomas Midgley Jr., un ingeniero mecánico de formación y que halló en la química el complemento para el desarrollo de los inventos o descubrimientos que lo harían famoso y por los que obtendría más de 170 patentes, fuera considerado primero un dios, y finalmente un demonio.

Midgley Jr. tiene el raro privilegio de ser considerado la persona que, a través de sus inventos, causó los mayores daños tanto a la salud humana como a la del planeta, al crear la gasolina con plomo y los clorofluorocarbonos (CFC).

Héroe de la industria automotriz

En la década de 1920, Midgley Jr. se encontraba trabajando para General Motors, buscando una solución al problema del traqueteo o pistoneo de los motores de combustión interna para automóviles y aviones.

Por entonces los motores al iniciar la combustión, emitían un “petardeo” característico y molesto que además, impedía el rendimiento óptimo del motor por falta de la compresión adecuada y generaba su gradual destrucción. Al verificar que el problema no radicaba en el diseño de los motores, sino en la composición de los combustibles en uso, Thomas combinó químicos con la gasolina. En 1923, descubrió la efectividad del tetraetilo de plomo como un aditivo antidetonante para las naftas.

Su descubrimiento lo transformó en un “salvador” de la industria automotriz y un pionero en la investigación de combustibles. Este aditivo al que llamó “Ethyl”, se utilizó en forma masiva en los combustibles para vehículos de todo el mundo.

Avisos ethyl
Publicidades de Ethyl. A la izquierda, de 1930; a la derecha, de 1953. En ningún aviso se menciona que el Ethyl está compuesto por plomo

Midgley, su equipo y General Motors evitaron mencionar que el Ethyl estaba compuesto por tetraetilo de plomo. El plomo es un metal altamente tóxico, cuyos vapores atacan al sistema nervioso provocando insuficiencia real, sordera, ceguera, cáncer, parálisis y muerte.

Desde 1923, en todo el planeta y por casi 100 años, se vendieron millones de litros de gasolina con plomo, enfermando irremediablemente a la gente y la atmósfera.

En 1986 la gasolina con plomo fue prohibida en los Estados Unidos, entre 2000 y 2002 se prohibió su uso en la Unión Europea y en 1998 en Argentina. El último país en venderla fue Argelia, quien dejó de comercializarla en 2021.

El daño ambiental al planeta y a la salud de millones de personas causado por las naftas con plomo, hizo que la revista TIME incluyera a este invento de Thomas Midgley Jr., en la lista de los 50 peores inventos de la humanidad.

Héroe de la industria del frío y de los aerosoles

La división electrodomésticos de General Motors, Frigidaire, era reconocida por haber inventado el refrigerador hogareño. Los gases refrigerantes usados por entonces eran altamente tóxicos, inestables e inflamables, lo que le daban mala fama a la marca. Luego del éxito del Ethyl, General Motors le propuso a Thomas Midgley Jr. crear un gas que fuese inodoro, atóxico, no corrosivo, estable, no inflamable y que pudiera ser utilizado en forma segura en los refrigeradores.

Publicidad freon frigidaire
Publicidades mostrando las bondades de los nuevos refrigeradores Frigidaire y del Freon de Dupont

En 1928, Midgley Jr. presentó el diclorodifluorometano, el primer CFC del mundo que pronto fue comercializado como Freón-12, y utilizado además en equipos de aire acondicionado y en aerosoles. Por estos dos importantes descubrimientos químicos, Midgley recibió numerosos honores, incluyendo cuatro medallas de la American Chemical Society, su presidencia y la membresía en la Academia Nacional de Ciencias.

En 1974, casi treinta años después de la muerte de Midgley, un artículo científico publicado en ‘Nature’ por el mexicano Mario Molina y el norteamericano Frank Sherwood fue decisivo para la regulación estricta de los gases CFC.

Con la firma del protocolo de Montreal, en 1987, el uso de los CFCs comenzó a declinar, hasta que fueran prohibidos definitivamente a finales del siglo XX, no sin antes causar severos daños a la atmósfera, haciendo disminuir los niveles del ozono troposférico a niveles alarmantes en 2006.

La capa de ozono estará completamente recuperada en 2060 si se mantienen las acciones de protección

El desarrollo no es desarrollo sino es sostenible

Hasta 1987, cuando se establece el concepto de "desarrollo sostenible" (aquél que satisface las necesidades básicas presentes sin olvidar el futuro), estos inventos se consideraron un gran avance para la humanidad.

Gracias a Midgley, moverse en auto fue cómodo, se masificó el uso de aerosoles, se abarataron los costos de los sistemas refrigerantes y se salvaron incontables vidas que se hubiesen perdido por la falta de refrigeración y las intoxicaciones alimenticias derivadas de ello. En el caso de los CFC, la solución de un problema, según el estado de la ciencia de ese momento era la adecuada, pero el tiempo puso en claro que esa solución creó un problema mayor: la destrucción de la capa de ozono.

El Ethyl es el más claro ejemplo de lo contrario al desarrollo sostenible. Thomas Midgley Jr. era consciente que su invento era dañino, y aún así lo ocultó. Contaminó la atmósfera y es el responsable de millones de muertes en todo el mundo.

Ese ha sido su gran pecado, pero también su gran lección: todo desarrollo tiene consecuencias. Somos responsables de cuidar que el remedio no sea peor que la enfermedad.

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