Indumentaria ecológica hecha de plantas (que respiran): un fascinante proyecto contra el cambio climático

La paludicultura en turberas rehumedecidas convierte plantas que respiran, en materiales sostenibles para chaquetas ecológicas, lo que contribuye a la captura de carbono y fomenta la moda responsable.

Indumentaria ecológica hecha de plantas (que respiran): un fascinante proyecto contra el cambio climático
Indumentaria ecológica hecha de plantas (que respiran): un fascinante proyecto contra el cambio climático

La mayoría de los aislantes de las chaquetas/camperas/abrigos están hechos de fibras sintéticas artificiales (poliéster) o plumón natural de pato o ganso, pero con la paludicultura esto puede cambiar.

Una empresa de biomateriales llamada Ponda utiliza las cabezas de semillas de junco cultivado en turberas para crear BioPuff, un material aislante para camperas acolchadas (las tipo “puffer”), una alternativa a las fibras sintéticas y al plumón de ganso o pato.

Estos abrigos contribuyen a fomentar la agricultura en turberas con mayor humedad, se trata de una práctica conocida como paludicultura que ayuda a retener el carbono en el suelo, actividad favorable para la reducción de GEI.

Turberas, agua y carbono

Las turberas son suelos orgánicos con grandes reservas de carbono, y el punto crítico es que si se drenan, pueden pasar de almacén a fuente de emisiones de carbono. Por eso, mantenerlas húmedas o rehumedecerlas aparece como condición central para evitar la liberación del carbono almacenado.

Image creditos: Richard Lindsay, UEL -
Paludicultura. Creditos: Richard Lindsay, UEL-Sphagnum farming experiment

En el caso del Reino Unido, por ejemplo, las turberas degradadas representan una porción relevante de las emisiones nacionales: se cita que aportan alrededor de 4% del total de GEI del país, con un peso importante en turberas bajas degradadas.

Qué es la paludicultura y cuál es la relación de la turba con el cambio climático

La paludicultura es agricultura sobre turba rehumedecida, orientada a producir cultivos de humedal de manera rentable bajo condiciones que les dan ventaja competitiva; en turberas de tierras bajas, suele lograrse elevando la napa para generar condiciones de humedal.

Las oportunidades de cultivo incluyen un abanico amplio de especies: en Inglaterra, por ejemplo, se identificaron 88 especies nativas con potencial para usos como energía, alimentos, forraje, medicina y materias primas. En la práctica, el foco inicial ha estado especialmente en Typha y Sphagnum cultivados.

La paludicultura ofrece una posible solución para mantener el uso rentable de las turberas de tierras bajas, a la vez que reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a su uso agrícola actual (de secano).

En 2020, las emisiones de las turberas agrícolas drenadas en Inglaterra se estimaron en 8.5 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono. Esto representa aproximadamente el 3 % de las emisiones de Inglaterra.

La paludicultura puede servir tanto a la comunidad agrícola como a la industria de la moda sostenible.

Existe un interés creciente por cultivos alimentarios en este esquema (por seguridad alimentaria), con ejemplos de posibles alimentos de humedal como apio, arándano, berro y otros. La advertencia es que, aunque el potencial ambiental es grande, el cultivo comercial a escala todavía está en una etapa muy temprana en el Reino Unido.

De la Typha (totora) al abrigo

Ponda, es una empresa de biomateriales que utiliza cabezas de semillas de junco cultivado en turberas para fabricar BioPuff, un material pensado como aislante para camperas tipo “puffer”. La idea es ofrecer una alternativa al relleno sintético y a las plumas con una materia prima vegetal asociada a sistemas de humedal.

Con esto se intenta volver económicamente viable mantener esos suelos húmedos en vez de drenarlos para agricultura convencional.

En el noroeste de Inglaterra se menciona un ensayo concreto que conecta campo y moda: un trabajo conjunto entre Lancashire Wildlife Trust (un arrendatario), el propietario del terreno y Ponda, diseñado para mostrar que la paludicultura puede servir tanto a la comunidad agrícola como a la industria de la moda sostenible.

El caso de la totora para BioPuff, se trata de un ensayo de transición productiva. Se buscó cultivar en cinco hectáreas de suelos de turba baja previamente drenados, elevando la napa hasta quedar entre 30 cm bajo la superficie y la superficie misma. La siembra se hizo en junio de 2024 con dron, y la cosecha se logró en agosto de 2025 con maquinaria especializada (excavadora con implemento, cuentan los involucrados en el proyecto.

Los expertos confirman que no alcanza con “que crezca”, para que esto escale, hace falta un caso de negocios y una ruta de mercado clara. Si los productores quedan atados a financiamiento público variable, la adopción se vuelve frágil; por eso se resalta la necesidad de infraestructura de almacenamiento, manejo y procesamiento, además de resolver cuestiones de regulación y visibilidad de mercado.

Referencias de la noticia:

Zoe Lipkens. "Your next puffer jacket could be made from bulrushes, as carbon-storing peat farming takes off". The Conversation. Diciembre, 2025.

Jim Milner, et al. "Paludiculture–the future of farming on peat soils?". Natural England. Septiembre, 2022.