La mayor tormenta solar de la historia fue hace 14.300 años y quedó grabada en los árboles

Los anillos de antiguos árboles en el sur de Francia revelaron un evento solar descomunal hace miles de años.

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La mayor tormenta solar de la historia ocurrió hace 14.300 años, según un nuevo estudio.

Un equipo de científicos descubrió indicios de una tormenta solar sin precedentes, que habría ocurrido hace 14.300 años y que fue muchísimo más intensa que cualquier evento de este tipo registrado por el ser humano.

Las tormentas solares, también llamadas tormentas geomagnéticas, suceden cuando el Sol libera hacia el espacio una enorme cantidad de energía, producto de llamadas solares y eyecciones de masa coronal. Según la intensidad, esta energía puede afectar las capas altas de la atmósfera terrestre, y por lo tanto, las comunicaciones de nuestro planeta.

Estas explosiones se denominan evento Miyake. El más grande que los humanos han observado fue en 1859, cuando la tormenta solar que alcanzó la Tierra llegó a producir auroras no solo en los polos sino en el ecuador y el caribe. La intensidad de la radiación produjo el colapso de los sistemas de comunicación, por entonces dominados por el telégrafo. Aquel episodio quedó en la historia como evento Carrington, por el astrónomo inglés que lo identificó.

Pero ahora parece evidencia que apunta a un evento similar pero muchísimo más intenso. Los científicos analizaron los anillos de árboles antiguos, a orillas del río Drouzet, en los Alpes del sur de Francia.

Los troncos de los árboles son subfósiles, es decir, restos biológicos cuyo proceso de fosilización no se ha completado por alguna causa.

Los científicos cortaron los troncos en pequeños anillos individuales, y el análisis de los niveles de carbono reveló que una tormenta solar masiva y sin precedentes embistió la Tierra hace 14.300 años.

“Juntamos los árboles separados para crear una línea de tiempo más larga utilizando un método llamado dendrocronología. Esto nos permitió descubrir información invaluable sobre cambios ambientales pasados y medir el radiocarbono durante un período inexplorado de actividad solar”, dijo Cécile Miramont, del equipo de investigación.

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Los científicos investigan los anillos de árboles antiguos. Foto: Cécil Miramont

“El radiocarbono medido en los anillos de los árboles, utilizado junto con el berilio en los núcleos de hielo polar, proporciona la mejor manera de comprender el comportamiento del Sol en el pasado”, explicó Edouard Bard, autor principal del estudio.

Comprender el pasado y prepararse hacia el futuro

Los investigadores advierten que una tormenta similar hoy en día tendría consecuencias devastadoras para la civilización humana.

“Estas súper tormentas podrían dañar nuestras redes eléctricas, lo que provocaría apagones enormes y generalizados que durarían meses. Podrían provocar daños permanentes a los satélites de los que todos dependemos para la navegación y las telecomunicaciones, dejándolos inutilizables”, Tim Heaton, coautor del estudio.

Indicaron que el estudio ayudará a comprender más acerca del comportamiento del Sol y sus ciclos, lo que permitirá a la humanidad prepararse mejor para futuros eventos de este tipo.

La NOAA ha clasificado las tormentas geomagnéticas en una escala de 5 valores (G1 a G5, según el índice Kp) que representan la intensidad de sus efectos y la frecuencia promedio con que ocurren en cada ciclo solar.

Las investigaciones científicas identifican 9 de estas tormentas solares extremas en los últimos 15.000 años. De estos eventos Miyake confirmados, los más recientes fueron en 993 dC y 774 dC Sin embargo, según indican, la tormenta descubierta ahora fue el doble de intensa que aquellas dos.

“El radiocarbono proporciona una manera fenomenal de estudiar la historia de la Tierra y reconstruir eventos críticos que ha experimentado. Una comprensión precisa de nuestro pasado es esencial si queremos predecir con precisión nuestro futuro y mitigar los riesgos potenciales. Todavía tenemos mucho que aprender”, dijo Heaton.

La investigación, que se publicó en Philosophical Transactions A: Mathematical, Physical and Engineering Sciences de la Royal Society fue un esfuerzo colaborativo entre científicos de varias universidades y organismos.