Los misterios del agujero más profundo del planeta

El pozo superprofundo de Koala construido por el hombre queda en el norte de Rusia y supera los 12 km. Esto representa solo el 0,2% del camino total al centro de la Tierra. ¿Por qué el hombre está tan lejos de conquistar las profundidades del planeta cuando pudo conquistar la Luna?

Kola Superdeep Borehole Rusia
Una pequeña tapa pesada y oxidada es la puerta de ingreso al pozo más profundo construido por el hombre en el planeta.

En medio de la belleza natural que caracteriza a la península de Kola en el norte de Rusia, se encuentran las ruinas de un centro soviético de investigación científica abandonado. Allí se ubica una tapa metálica incrustada en el piso, extremadamente pesada y oxidada, sellada con un anillo de pernos metálicos. En el punto de ingreso al agujero artificial más profundo de la Tierra y el punto más hondo excavado por el hombre hasta el momento.

Se denomina Kola Superdeep Borehole (pozo superprofundo de Koala) y tiene una profundidad exacta de 12.262 metros, siendo más profundo que el punto más hondo del océano.

Fueron los científicos de la Unión Soviética quienes en 1970 empezaron a perforar el pozo, con el objetivo de aprender más cosas sobre la corteza terrestre y vencer así a los científicos estadounidenses que abandonaron el Proyecto Mohole en 1966.

Kola Superdeep Borehole Rusia
Desde 2008 el proyecto ruso fue abandonado. Hoy en día Japón lidera las nuevas iniciativas.

Luego de décadas de excavaciones los trabajos se detuvieron a comienzos de los ´90, dado que se hizo imposible técnicamente seguir profundizando en la corteza con temperaturas de 180ºC. En 2005 el proyecto se canceló por no tener más fondos y desde 2008 está abandonado.

Como no podía ser de otro modo, el lugar cuenta con muchas leyendas. Entre ellas se decía que el Pozo Superprofundo de Kola llegaba hasta el mismo infierno y que los sonidos que allí se han logrado escuchar eran los lamentos de aquellos que estaban pagando por su penitencia.

El gran trabajo que implicó hacer estos poco más de 12km, solo supuso el 0,2% del camino total hasta el centro de la Tierra. Hoy continúa siendo el agujero de mayor profundidad en el planeta, aunque no el agujero de mayor longitud, dado que en mayo de 2008 un pozo de petróleo le arrebató el record.

La carrera por conquistar lo profundo de planeta

Durante la Guerra Fría hubo una carrera de las superpotencias para perforar lo más profundo posible en la corteza terrestre, e incluso para alcanzar el manto del planeta mismo. Al igual que la carrera espacial, la carrera por explorar esta desconocida "frontera profunda" fue una demostración de ingeniería y de tecnología de vanguardia. Los científicos llegaban a donde ningún humano había logrado llegar antes.

Estados Unidos fue el país pionero con el proyecto Mohole, decidiendo tomar un atajo a través del fondo del Océano Pacífico en Guadalupe (México) con la ventaja de que allí la corteza de la Tierra es más delgada.

Posteriormente fueron los soviéticos quienes comenzaron a perforar el Círculo Polar Ártico en 1970 con el Kola Superdeep Borehole, para luego sumarse los alemanes en 1990 con el programa de Perforación Profunda Continental (KTB) en Baviera (llegando a perforar nueve kilómetros en total).

¿Misión imposible?

Resulta llamativo pensar que el hombre ha conquistado la Luna antes que las profundidades de nuestro planeta. Ni siquiera hemos podido alcanzar el manto, pero el sueño de conseguirlo permanece intacto.

El actual proyecto “M2M-Mohole al manto” liderado por japoneses es uno de los proyectos más importantes del Programa Internacional de Descubrimiento de Océanos y busca perforar el lecho marino de una zona del pacífico cuya corteza mide apenas seis kilómetros de grosor.

El objetivo del proyecto es recuperar las rocas del manto in situ por primera vez en la historia humana. El principal punto de conflicto es que hay tres sitios que son candidatos principales. Cada uno de los sitios implica un equilibrio entre la profundidad del océano, la distancia desde el sitio de perforación y la necesidad de contar con una base en la costa que pueda soportar una operación en el mar de US$1.000 millones, 24 horas al día.