Los seres humanos modernos somos los más preocupados de la historia

Aunque no nos parezca, vivimos en una época mucho más segura que otras. Pero los seres humanos nunca vivimos tan preocupados como ahora. Es que muchas amenazas reales han mutado a amenazas subjetivas. El papel de los medios y las redes sociales.

Ansiedad
La epidemia de ansiedad que vive el ser humano moderno no para de crecer. Aunque el mundo sea más seguro que en otras etapas de nuestra historia, nuevos peligros subjetivos amenazan nuestra salud mental.

Más allá de las guerras que hoy tenemos alrededor del mundo, y de la percepción de inseguridad global que podemos percibir, lo cierto es que si volteamos la mirada hacia el pasado, estamos en una época con mucho mayor desarrollo y seguridad. Un informe de Ethic resalta que la humanidad ha alcanzado un nivel sin precedentes de seguridad y bienestar en comparación con cualquier otro período de la historia.

La ansiedad y la preocupación van en aumento y somos de los seres humanos más preocupados de la historia

Pero irónicamente, más allá de este progreso, la ansiedad y la preocupación van en aumento y somos de los seres humanos más preocupados de la historia. El informe plantea que la búsqueda de seguridad es innata y constante, y desde los inicios de la civilización hemos buscado protegernos juntos a los seres queridos de las amenazas del entorno. Antiguamente, estas amenazas eran físicas y palpables, como depredadores, escasez de alimentos y enemigos tribales.

Lo cierto es que con el desarrollo de nuestra historia hemos desarrollado tecnologías y sistemas para minimizar estos peligros, lo que ha resultado en una mejora significativa de nuestra calidad de vida. Hoy en día la mayor parte de los seres humanos vivimos en sociedades donde la seguridad física se ha convertido en una norma, y romper esa regla moviliza a los habitantes de un país.

Los niveles de ansiedad se han disparado

Ethic señala la publicación de Steven Pinker y su análisis The Better Angels of Our Nature: Why Violence Has Declined, donde se busca probar que disfrutamos de la era más pacífica de la historia humana. Como el nivel de información de hoy es altísimo respecto de otros momentos de la historia, esa percepción es minimizada. En concreto, la esperanza de vida ha aumentado, la mortalidad infantil ha disminuido y las enfermedades se han vuelto más tratables. Muchas enfermedades que eran mortales, hoy ya no lo son. Y en una gran parte del planeta, la violencia y la delincuencia son más bajas que en épocas pasadas.

Uto
Las amenazas físicas han sido desbordadas por amenazas subjetivas que embargan nuestras vidas diarias. Imagen de un graffiti en la ciudad sueca de Üto.

Pero contrastado a esta realidad, los seres humanos vivimos una creciente ola de ansiedad y preocupación. Lo que indican los que analizan este tema es que la explicación apunta a que nuestra percepción de seguridad se ha desplazado de lo físico a lo emocional y psicológico. Muchos humanos hoy tienen las necesidades más básicas cubiertas, por lo que la atención se desplaza hacia amenazas abstractas y a muchas veces no materiales, como la inseguridad laboral, la presión social y la incertidumbre sobre el futuro.

Hoy la percepción de falta de seguridad ya no siempre apunta a un enemigo que puede atacarnos como el que amenazaba a nuestros ancestros que vivían en cavernas. Nos genera inseguridad la contaminación ambiental, algunas enfermedades contagiosas, las adicciones a las drogas, la violencia de género, el acoso y la discriminación. De hecho podemos sumar a la lista los riesgos tecnológicos e informáticos. Muchas de estas inseguridades son potenciales, y a muchas personas nunca les ocurrirán.

Un país creó el Ministerio de la Soledad

En algunos países con altos índices de inseguridad, el comercio de alarmas domésticas se ha disparado, porque la percepción de inseguridad está influenciada por la información. Esta ansiedad parece mitigarse con accesorios como cámaras que respalden lo que sentimos. La influencia de los medios de comunicación y las redes sociales en esta realidad es cada vez más grande. Y en especial el intercambio de información muchas veces falsa que aumenta la percepción de un riesgo que a veces no existe.

Las plataformas de la mayoría de las redes sociales bombardean todo el tiempo a las personas con noticias y acontecimientos negativos, creando una sensación de inseguridad constante. Las informaciones positivas no equilibran esa sensación. Los titulares sensacionalistas y la exposición a tragedias y crisis en todo el mundo pueden hacer que sintamos que el mundo es un lugar mucho más peligroso de lo que realmente es. Las personas que logran poner distancia a esto, muchas veces logran una mayor calidad de vida al mejorar su estado emocional.

En muchos países, y Argentina es un caso claro, la economía aporta altos niveles de ansiedad a las personas, ya que sin estabilidad económica no se percibe seguridad. También es cierto, y es un disparador de ansiedad. La globalización y la automatización han creado una sensación de inseguridad laboral y de miedo para muchos que ven la posibilidad de que sus trabajos sean remplazados por estas nuevas tecnologías. Y ademas, el alto grado de hiperconexión, está llevanto también a un mundo de personas más solitarias y aisladas. Esto es tan poderoso como para que un país como el Reino Unido haya tenido que crear un Ministerio de la Soledad.

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