Microplásticos invaden suelos y océanos

Actualmente la contaminación ambiental va ligada a la emergencias sanitarias, ya sea como disparador o bien favoreciendo su presencia. Un ejemplo es la nueva contingencia ecológica que está dejando el COVID-19, al tirar barbijos y otros desechos sanitarios en el medio ambiente.

Vertedero de basura
De los vertederos de basura se desprende un numero incontable de microplásticos que llegan al entorno ambiental de muchas formas.

El problema de la contaminación por plástico se está volviendo cada vez más grande, perjudicando y enfermando a millones de especies de todo tipo en nuestro planeta, incluyendo a los seres humanos. Principalmente las actividades industriales y privadas, liberan microplásticos al medio ambiente, donde impactan negativamente a los ecosistemas.

La monumental venta de productos que contienen plástico pareciera ser infinita. Pasamos del uso de contenedores de vidrio en bebidas y alimentos, a la utilización de plásticos en muchos de los casos de un solo uso (poliestireno expandido), esto por supuesto contaminan el entorno ambiental y nuestro cuerpo, debido a su mala gestión y poca calidad.

La gran mayoría de los artículos de plástico se descomponen en microplásticos, que se vierten en nuestras vías fluviales y tierras agrícolas. Los microplásticos se definen comúnmente como partículas sólidas de plástico o fibras sintéticas de un tamaño entre 1 y 5000 micrómetros.

Nuevas investigaciones han descubierto que dada la exorbitante cantidad de microplásticos que se encuentran en muchos ecosistemas, están siendo ingeridos como alimento por muchas especies tanto terrestres como marítimas.

Envenenando la superficie terrestre

La contaminación por microplásticos es más conocida como contaminante en océanos, lagos y ríos. Pero los microplásticos también tienen un impacto en la tierra: pueden romper la estructura del suelo y dañar a las criaturas que viven allí, por ejemplo, cuando es ingerido por las lombrices de tierra.

Microplásticos en el suelo también pueden transportarse desde los campos agrícolas a los ríos, lagos y el océano mediante la erosión y la escorrentía superficial

Hallazgos científicos han determinado que tanto en el agua como en el suelo, los microplásticos pueden tener una vida extremadamente larga. En el suelo, las partículas de plástico pueden durar hasta cien años o más, según las características de las partículas de plástico y las condiciones ambientales del suelo.

Gran desafío es determinar el contenido de microplásticos en el suelo

La dificultad radica en el hecho de que las características químicas y físicas de las partículas microplásticas son similares a la materia orgánica, lo que dificulta mucho la separación de los plásticos del suelo. Al tener un escaso número de muestras disponibles, no se puede obtener información regional sobre emisiones o contaminación.

Por otra parte, en algunas investigaciones se han utilizado modelos regionales para construir una imagen de la situación ambiental a escala regional. Esto ayuda a identificar los puntos de contaminación.

Los resultados regionales también pueden incorporarse a otros modelos de simulación, que, por ejemplo, simulan el transporte de microplásticos a través de sistemas fluviales hasta el mar. Este enfoque ya se utiliza para otros problemas de contaminación ambiental, incluidas las emisiones de nitrógeno y fósforo.

Vías de contaminación terrestre

Particularmente en los suelos agrícolas provienen de películas plásticas utilizadas en la producción agrícola, por ejemplo, el plástico de mantillo se aplica en diferentes sistemas de producción de hortalizas para proteger la fruta, mantener la temperatura y la humedad del suelo y prevenir la erosión.

También tenemos el ingreso de microplásticos, provenientes de fibras textiles de la ropa o las microperlas de los productos de limpieza y cosméticos, ingresan al suelo a través de aguas residuales. Esto significa que se encuentran altas concentraciones cerca de regiones con una densidad de población significativa.

Se necesitan adoptar nuevas políticas medioambientales para abordar el problema. Hasta entonces, los agricultores se enfrentarán al conflicto de reciclar los desechos biológicos como fertilizante en aras de la economía circular, mientras contaminan sus campos con sustancias desconocidas.