¿Qué hace a un barrio acogedor? La ciencia lo revela
Un estudio revela los factores que convierten a un barrio en un lugar acogedor, según la voz de sus habitantes: desde la interacción entre los vecinos hasta el entorno físico.

Imagina caminar por un barrio donde los vecinos se saludan por su nombre, los parques están llenos de alegría y todo lo que necesitas está a unos pasos de distancia. Suena ideal, ¿verdad? Pero, ¿qué hace que un lugar sea realmente acogedor? La ciencia ha comenzado a desentrañar este misterio, y no se trata solo de tecnología futurista o edificios modernos. Un estudio reciente revela que la clave está en cómo los residentes perciben su entorno y las conexiones que tejen entre sí.
Los investigadores han explorado cómo ciertos elementos de un barrio influyen en el bienestar de sus habitantes. Desde la psicología social hasta el urbanismo, disciplinas diversas se han unido para entender qué factores convierten a un vecindario en un hogar. En este artículo, te contamos cómo un estudio científico europeo, ha identificado indicadores clave que hacen que un barrio sea más que un lugar para vivir: un espacio donde la vida florece.
¿Qué dice la ciencia sobre los barrios acogedores?
El estudio, llevado a cabo por un equipo de urbanistas y psicólogos de la Universidad de Deusto (Bilbao, España), se centró en identificar los indicadores clave de la habitabilidad en barrios urbanos. Para ello, analizaron datos de encuestas, observaciones de campo y métricas urbanas en diversas ciudades de 18 países europeos. Los resultados señalan que la habitabilidad no depende solo de la infraestructura, como calles bien pavimentadas o transporte público eficiente, sino también de factores intangibles, como el sentido de comunidad. En esencia, un barrio acogedor es aquel que equilibra lo físico (espacios verdes, accesibilidad) con lo social (interacciones entre vecinos, seguridad percibida).

Uno de los hallazgos más interesantes es que los espacios verdes, como parques y áreas arboladas, son fundamentales. No solo embellecen el entorno, sino que promueven la actividad física, reducen el estrés y fomentan encuentros casuales entre vecinos. Además, la seguridad, tanto real como percibida, juega un papel crucial. Un barrio donde las personas se sienten protegidas al caminar de noche o dejar a sus hijos jugar al aire libre tiene un impacto directo en su bienestar. Pero, ¿cómo se mide algo tan subjetivo como la “acogida” de un barrio? Los investigadores usaron encuestas para captar las percepciones de los residentes, combinándolas con datos objetivos como la densidad de árboles o la tasa de criminalidad.
Los ingredientes de un barrio ideal
Los resultados del estudio son un mapa para urbanistas y gobiernos locales. Entre los indicadores más relevantes están la accesibilidad a servicios básicos (como tiendas, escuelas y hospitales), la calidad de las aceras y la presencia de espacios públicos vibrantes, como plazas o mercados. Sorprendentemente, el diseño de las calles también importa: las vías peatonales, con menos tráfico y más áreas para caminar o andar en bicicleta, hacen que los residentes se sientan más conectados con su entorno. Estos elementos no solo mejoran la funcionalidad, sino que crean una atmósfera de calidez y confianza.
How to make cities quiet, beautiful & prosperous, attracting people to live in your city & with happier residents? Data suggests good options include
— createstreets (@createstreets) August 30, 2021
Beautiful buildings
Regreen the streets
Safe & pleasant to walk & cycle
And we love
pic.twitter.com/Z7MDjibYY9
Otro punto clave es la cohesión social. Los barrios donde los vecinos se conocen, participan en eventos comunitarios o colaboran en proyectos locales tienden a ser más acogedores. Por ejemplo, un simple festival de barrio o un grupo de voluntarios que limpia un parque puede fortalecer los lazos entre residentes. El estudio también encontró que la diversidad cultural, cuando se gestiona bien, enriquece la experiencia de habitar un lugar, ya que fomenta la tolerancia y el intercambio de ideas. Sin embargo, la gentrificación puede ser un arma de doble filo: aunque trae mejoras materiales, a veces desplaza a comunidades establecidas, rompiendo esa conexión social tan valiosa.
En resumen, un barrio acogedor no se define por rascacielos o tecnología de punta, sino por cómo hace sentir a sus habitantes. Espacios verdes, servicios accesibles, seguridad y, sobre todo, una comunidad conectada son los pilares de un vecindario donde la vida es más plena. Así, la próxima vez que camines por tu calle, observa: ¿hay árboles, sonríen los vecinos, te sientes en casa? Si es así, estás en un barrio que la ciencia calificaría como acogedor.
Referencia de la noticia
Leandro Martín Ferrón, Cruz Borges, Aitziber Mugarra Elorriaga, Oxana Soimu, From experts to citizens: Co-creating neighbourhood coziness metrics, City and Environment Interactions, Volume 26, 2025, 100192, ISSN 2590-2520, https://doi.org/10.1016/j.cacint.2025.100192.