Cómo es vivir en la ciudad más alta del mundo

La ciudad peruana de La Rinconada a más de 5000 metros de altura es el asentamiento permanente más alto del mundo. Casi sin servicios, la vida allí es dura y compleja. No te pierdas cómo sobreviven.

Rinconada
En La Rinconada no solo falta el oxígeno. La ciudad no tiene servicios básicos y se ha transformado en un gran vertedero.

La vida a grandes alturas no es para nada fácil. Y más si la ciudad en la que vives está casi a 5300 metros sobre el nivel del mar. Este es el caso de La Rinconada, considerado el asentamiento humano permanente más elevado del mundo y está ubicado en la provincia de San Antonio de Putina en Perú, a unos 600 kilómetros del límite con Bolivia. Actualmente en la zona viven alrededor de 50000 personas.

El incremento del precio del oro entre 2001 y 2009 hizo que la población estable creciera fuertemente. De todos los habitantes, se consideran urbanos algo menos de 17000. Justamente, su cercanía a una importante mina de oro hace que se mantenga esta ciudad en una altura donde el aire para muchos humanos sería casi irrespirable por la falta de oxígeno.

Algunas consideraciones de La Rinconada, que la hacen tan especial, y que demuestran lo complejo de la vida en ese lugar: no cuenta con agua corriente, alcantarillado ni recolección y tratamiento de residuos. Los residuos humanos tampoco se procesan, y muchas casa no tiene vidrios en sus ventanas, a pesar de lo extremo del clima.

Subsistir con un clima extremo

El área urbana de La Rinconada se encuentra recostada sobre el flanco occidental del nevado Ananea Grande. Su clima es realmente extremo por la altura. La temperatura media anual apenas alcanza 1,3°C con algo más de 700 milímetros de precipitación al año. La mayoría de las noches en todo el año registran intensas heladas. La estación más húmeda con nevadas frecuentes es el verano, mientras que el invierno es muy seco y con frío extremo.

La calidad de vida de la gente es muy baja, fundamentalmente por la escasa cantidad de oxígeno del aire, lo que hace muy frecuente sufrir mal de alturas. Una persona que llega a la ciudad necesita alrededor de 30 días para poder adaptarse. A ello se le suma las malas condiciones de trabajo en la mina de oro haciendo que las expectativas de vida sean mucho menores que en ciudades en altitudes menores.

Según cuenta EarthObservatory, la ciudad se inició como un enclave minero hace unos 40 años, y aunque se transformó en una ciudad, nunca se instalaron servicios sanitarios básicos. En sus inicios a los mineros varones se les permitía pasar hasta treinta días seguidos en la mina para recolectar la mayor cantidad de oro posible. Ellos no recibían salario mientras estaban en la mina, pero tampoco tenían restricciones sobre la cantidad de oro que podían sacar. A las mujeres no se les permite internarse en la mina, por lo que es común verlas buscando entre las piedras en el exterior.

Todo por algo de oro

El aumento del precio del oro durante la década del 2000, hizo que la población creciera casi un 235%. Un logro de ese crecimiento es que la electricidad llegara a la ciudad. Los habitantes hoy en día se ven en la obligación de enterrar o quemar los residuos fuera de la ciudad, lo que aumenta la contaminación del lugar y quita más oxígeno del aire.

Muchos investigadores llegan a la ciudad para estudiar los efectos a corto y largo plazo de las condiciones pobres en oxígeno en los humanos. El riesgo de CMS o síndrome de enfermedad de montaña produce mareos, dolores de cabeza, zumbidos, palpitaciones e incluso insuficiencia cardíaca y en algunos casos la muerte. Los investigadores estiman que una de cada cuatro personas en La Rinconada sufre de CMS.

La Rinconada
En las imágenes satelitales se puede observar lo escarpado del paisaje de esta ciudad imposible.

Las calles siempre están cubiertas de lodo, mezcla de nieve derretida, agua de los lavaderos y desagües, y mercurio de los relaves mineros. Las heces de la población son arrojadas a la calle directamente. Y la basura cubre todo, ya que el pueblo es como un gran vertedero. En esa misma nota se indicaba que la falta de servicios, exceptuando el transporte y la telefonía móvil, hacen del lugar un asentamiento inviable.

Hay algunos hoteles en la ciudad con habitaciones con una cama, mantas para soportar el frío de la noche, sin calefacción, sin ventanas y con un lavabo compartido y sin duchas. Las duchas en todo el pueblo son públicas. Lo que sobran en La Rinconada si son cantinas y prostíbulos. La tasa de delitos es enorme porque no hay policía, por lo que la asesinatos y desapariciones son muy comunes. Es una ciudad sin ley. En la actualidad los mineros trabajan gratis 25 días para el dueño de la mina, y 5 en beneficio propio, por lo que nunca saben cuánto ganarán. El sistema se conoce como “cachorreo”.

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