Gigantesca explosión de meteoro sobre el mar de Bering

Sucedió en diciembre pasado en una zona inhóspita y nadie lo había notado hasta el momento. Es el segundo mayor impacto en el último siglo, y liberó 10 veces más energía que la bomba de Hiroshima.

Meteoro Mar de Bering Hiroshima
Una imagen de la explosión del meteoro fue capturada mediante el satélite Himawari-8. Crédito: Simon Proud, University of Oxford/Japan Meteorological Agency

Reciente descubrimiento indica que el año pasado se produjo una enorme explosión en la Tierra en una remota región sobre el mar de Bering, cerca de la península de Kamchatka, sin que nadie lo notara. La causa fue el ingreso a la atmósfera terrestre de un gran meteoro de 10m de diámetro, produciendo el segundo mayor impacto registrado en los últimos 100 años, luego del recordado meteoro que explotó en la región rusa de Chelyabinsk en 2013 dejando heridos y rotura de vidrios.

El estallido se produjo cerca del mediodía local del 18 de diciembre, liberando 10 veces más energía que la bomba de Hiroshima. Su hallazgo fue posible algunos meses después gracias a una red de estaciones infrasónicas alrededor del mundo, que detectan ondas acústicas de baja frecuencia inaudibles para los humanos. Estas estaciones se establecieron inicialmente durante la guerra fría para detectar explosiones nucleares.

Considerando los tiempos modernos, es el tercer impacto más grande después de Chelyabinsk y del de una explosión masiva que se produjo en Siberia en 1908. Conocido como el evento de Tunguska , aquella explosión de aire aplanó a unos 80 millones de árboles en un área de más de 2000 kilómetros cuadrados.

El actual meteoro explotó a 25,6 Km de la superficie de la Tierra, con una energía de impacto de 173 kilotones. "Eso equivale al 40% de la energía liberada en Chelyabinsk. Pero como ocurrió sobre el mar de Bering, no tuvo el mismo tipo de efecto ni apareció en las noticias", señaló Kelly Fast, del programa de observación de objetos cercanos a la Tierra de la NASA.

“Problemas sin pasaportes”

El descubrimiento de este gran impacto vuelve a llamar la atención sobre la dificultad para detectar objetos de pocos metros de diámetro que, si caen o estallan sobre una población, pueden tener consecuencias catastróficas.

En 2005, el Congreso le pidió a la NASA que identificara para 2020 el 90% de los asteroides cercanos a la Tierra de un tamaño de 140 metros o más. Con la tecnología actual es probable que se necesiten tres décadas más para llevarlo a cabo.

Las rocas espaciales de este tamaño han sido bautizadas "problemas sin pasaportes", porque se espera que afecten regiones enteras si llegarán a colisionar con la Tierra.

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