¿Qué pasará con las primeras huellas humanas en la Luna?

La casi ausencia de procesos erosivos en la superficie lunar ayuda a preservar las huellas dejadas por los astronautas, pero ¿por cuánto tiempo? ¿Quedarán como las de los dinosaurios en la Tierra? ¿Deberían ser un sitio del patrimonio mundial?

huellas humanas Luna
Huella de Buzz Aldrin en la superficie lunar. Su bota era más grande que la de Armstrong, por lo que sería posible individualizar cada huella.

En la noche del 20 al 21 de julio de 1969, la tripulación de la misión Apolo 11 llegó a la Luna y, cuando Neil Armstrong puso un pie allí, supuso "un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad". Minutos después, descendió Buzz Aldrin y, entre otras tareas, fotografió sus propias huellas como parte de una investigación sobre la mecánica del suelo lunar, pero una de las imágenes se volvería icónica.

Las huellas dejadas por el hombre en la Luna nos hacen repensar el alcance fuera de la Tierra de la icnología, disciplina que estudia las huellas o signos de actividad que dejan los organismos vivos en los sedimentos o rocas.

Cuando en 2019 se celebró el 50 aniversario de esta hazaña de la humanidad, científicos de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina se fijaron precisamente en las primeras huellas dejadas por los astronautas y se hicieron preguntas: ¿sobre qué sustrato han quedado estampadas? ¿Tenían algo en especial para quienes las dejaron? ¿Se conservarán para siempre?

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Estas y otras cuestiones fueron planteadas en un estudio publicado en Earth Science Reviews, aunque el propio Neil Armstrong ya dio algunas respuestas cuando pisó la Luna: “ La superficie es fina y polvorienta. Puedo levantarla con mi pie. Se adhiere en capas delgadas como carbón en polvo a las suelas y los laterales de mis botas. Me hundo solo una fracción de pulgada, tal vez un octavo (1 pulgada = 2,54 cm), pero puedo ver mis huellas de mis botas y las marcas en las finas partículas de arena".

Semejanzas icnológicas

En este contexto, y aunque el entorno lunar es muy diferente al de la Tierra por la ausencia de atmósfera, campo magnético, agua, materia orgánica y vida, los científicos han encontrado tres analogías icnológicas entre nuestro planeta y su satélite.

    • En primer lugar, las huellas en la superficie de la Luna están sujetas a tasas de sedimentación muy lentas, similares a las que ocurren en los fondos marinos profundos o en las cuevas, entre otros entornos terrestres.
    • Por otra parte, las propiedades físicas y mecánicas permiten comparar los procesos que conducen a la formación de trazas o rastros dejados por animales en depósitos de ceniza volcánica con los que actúan en el suelo y en el regolito lunar.
  • Por último, también se han identificado similitudes culturales entre las huellas impresas por los humanos en la Luna y las que dejaron los miembros de expediciones comparables de la humanidad, como las primeras que llegaron a la Antártida y al Polo Norte.
  • Pero, además de estas similitudes, los investigadores se dieron cuenta de que el estudio de las huellas humanas en la superficie lunar abrió un campo que no imaginaban, relacionado con la propia naturaleza del Homo sapiens:

Siguiendo una línea de pensamiento más filosófica, ¿son las huellas e incluso todos los artefactos que dejamos en la Luna una parte de la expresión del propio comportamiento humano?, Dice Díaz Martínez.

Los autores relacionan esa pregunta con el concepto de "fenotipo extendido" propuesto por el etólogo y divulgador británico Richard Dawkins, quien sostiene que artefactos animales como los montículos de termitas o las presas de los castores también son expresiones fenotípicas de los genes en su entorno. Las huellas y los objetos que dejan los astronautas en la Luna también pueden considerarse un fenotipo extendido de nuestra especie, aunque se encuentran a 384.400 km de distancia.

Patrimonio mundial fuera de la Tierra

Finalmente, buscando analogías entre el viaje a la Luna y otros hitos de la humanidad, como la llegada a los polos de la Tierra, los autores abordan en su estudio si las zonas de alunizaje de las misiones Apolo deberían ser patrimonio de la humanidad. El gobierno de los Estados Unidos aprobó recientemente una ley ( One Small Step to Protect Human Heritage in Space Act ) para proteger los lugares de alunizaje y los artefactos dejados por la misión Apolo 11, exigiendo a las misiones futuras a la Luna que los respeten.

“Este hecho es relevante porque Estados Unidos indirectamente 'se adueña' de este patrimonio”, dice Díaz Martínez, quien, junto con los demás autores, deja abierta la cuestión, “aunque, como aspecto novedoso, hemos generado un modelo 3D fotogramétrico de la famosa huella de Buzz Aldrin que podría utilizarse como una forma de salvaguardar este patrimonio”.

Para elaborarlo se utilizaron tres fotos históricas tomadas por el propio Aldrin. Además, el modelo se puede descargar de forma gratuita y utilizar para reproducir la huella del astronauta con una impresora 3D.


Aunque algunos rastros cercanos al módulo lunar se difuminaron cuando despegó la nave, "la zona donde Aldrin fotografió su huella no estaba muy cerca, por lo que creo que no se borró, aunque no descarto que el polvo levantado durante el despegue pudier haberla tapado un poco ”especula el geólogo.

Quizás en el futuro sea posible sobrevolar u observar el escenario de cerca sin alterarlo, para ver cómo siguen los tecnofósiles y las tecnotrazas. Mientras tanto, en 2024, una misión tripulada del programa Artemis está programada para llegar nuevamente a la Luna y, por primera vez, una mujer pondrá un pie en su superficie.

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