¡Últimas actualizaciones! La Niña está fuerte y se resiste a retirarse

Los datos de marzo evidencian una fase fría bien vigente del fenómeno ENSO y esto alienta al pronóstico de su continuidad durante el 2022. Aun con baja confiabilidad, se plantea el escenario de que perdure hasta la próxima temporada de primavera-verano, algo que sería muy inusual.

La Niña
Marzo mostró datos contundentes acerca de la vigencia actual de La Niña. Imagen vía Meteored Argentina.

Este jueves 14 se dieron a conocer las últimas actualizaciones de pronóstico del fenómeno El Niño – Oscilación del Sur, en particular de su actual fase fría conocida como La Niña, la cual se encuentra bien fortalecida y se extendería con alta probabilidad de ocurrencia durante el otoño del hemisferio sur, sin descartar su continuidad también para la temporada de primavera y verano.

De acuerdo al reciente pronóstico probabilístico emitido en conjunto por la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) y el IRI (International Research Institute for Climate and Society), se espera la continuidad de La Niña durante el actual trimestre con una probabilidad alta del 89%. Además, la extensión de estas condiciones al invierno del hemisferio sur tienen un 59% de probabilidad, en tanto que una probabilidad en torno al 50% al 55% se mantiene para la primavera y verano, en un escenario más incierto y con probabilidades semejantes para la suma de las restantes categorías posibles, estado neutral y fase El Niño.

Cabe destacar que un tercer año consecutivo Niña sería algo bastante inusual, dado que solo ocurrió en dos ocasiones desde 1950.

La confianza a corto plazo en la continuidad de La Niña se basa principalmente en los contundentes datos obtenidos durante el mes de marzo, en especial por el fuerte enfriamiento de las aguas subsuperficiales del océano y por la fortalecida circulación de Walker sobre el ecuador (vientos alisios más fuertes que lo normal).

De todas maneras, los pronósticos acerca de la continuidad de La Niña se vuelven menos confiables para la segunda mitad de año, y esto se relaciona con la época del año actual. Es que, como comentábamos años atrás en la nota superior, durante el periodo otoñal la habilidad o capacidad de pronóstico por parte de los modelos numéricos disminuye drásticamente con respecto a otras épocas del año.

La Niña, bien vigente y con pronóstico de continuidad

Según los recientes datos, marzo continuó con temperaturas de superficie de mar por debajo del promedio a través del centro y este del Océano Pacifico ecuatorial. En la región clave de medición, denominada Niño 3.4, la temperatura se situaba 1 °C aproximadamente más fría que los promedios, siendo este valor la sexta anomalía de temperatura superficial del agua en esta región más negativa para todos los marzos desde 1950.

Pero esto no es todo, porque importa más aun lo que sucede en la capa subsuperficial del océano a la hora de prever condiciones futuras, y es aquí donde se encontró un aumento en marzo de la cantidad de agua más fría que lo normal. Es decir, las anomalías de temperaturas de la subsuperficie (promediadas entre 180°-100°W y 0-300m de profundidad) disminuyeron y estuvieron negativas durante todo el mes debido a la expansión de temperaturas por debajo del promedio desde la superficie hasta 200 metros de profundidad en el Océano Pacífico ecuatorial este-central.

Como mencionamos anteriormente, los vientos alisios más fuertes que lo normal son también clave para la retroalimentación de La Niña entre el océano y la atmósfera, y estuvieron fortalecidos durante marzo y se mantienen así en esta primera etapa de abril.

Un dato más que evidencia la vigencia de la actual Niña es la nubosidad. El pasado marzo presentó menos cantidad de nubes sobre el Pacifico central que cualquier otro marzo desde comienzos de la era satelital en 1979. Contrariamente, la convección estuvo favorecida sobre Filipinas y el sureste de Asía, incluso con graves inundaciones sobre el este de Australia en el último tiempo.