Aparecen indicios de que el cambio climático está generando ráfagas de tormenta cada vez más intensas

Argentina es un país donde las condiciones de tormentas severas forman parte de su clima. Lo ocurrido recientemente debería hacer que se preste más atención a este escenario cada vez mas cierto.

Derechos
Las tormentas severas que avanzan en línea generan ráfagas descendentes que barren superficies enormes produciendo daño generalizado.

En agosto de 2020, un derecho, una gran línea de tormentas severas, barrió partes del centro de Estados Unidos, cubriendo un área cercana a 240.000 kilómetros cuadrados y afectando a casi 20 millones de personas a su paso desde Dakota del Sur hasta Ohio. Según se pudo registrar, el evento dejó ráfagas de 225 kilómetros por hora y la mayor destrucción se registró en el centro y este de Iowa y en partes de Illinois. Con 11.000 millones de dólares en daños, la tormenta fue la más costosa de la historia moderna de Estados Unidos, según consigna Eos.

Previsiones meteorológicas más detalladas podrían ayudar a los residentes a saber cuándo una alerta de tormenta severa incluye el riesgo de un derecho u otro fenómeno severo de vientos en línea recta.

Según Andreas Prein, científico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, el derecho de 2020 tuvo vientos compatibles con la categoría 4 que se utiliza para los huracanes tropicales. Más acá en el tiempo, en agosto de 2022, un derecho extremo se inició sobre las Islas Baleares, para barrer Córcega y alcanzar Eslovenia. Fue el evento más extremo conocido en Europa con ráfagas que en el caso de Córcega superaron los 225 km/h, con al menos 7 personas fallecidas, y daños muy importantes también en el norte de Italia.

Y ya en el pasado muy reciente, un fenómeno de este tipo arrasó a la ciudad de Bahía Blanca y avanzó más de 1000 kilómetros al norte, generando cuantiosos daños sobre Buenos Aires y su zona adyacente. Algunas estaciones reportaron ráfagas superiores a los 180 km/h. Todavía hoy las zonas afectadas tienen graves daños estructurales que reparar, y Bahía Blanca vive el luto de 13 personas fallecidas por la caída de un techo en un club de la ciudad. Ahora, este tipo de fenómenos, con esta intensidad, ¿fueron siempre así, o hay algún indicio de que algo está cambiando?

Alta relación entre ráfagas de tormenta y cambio climático

Algunos científicos sugieren que los fenómenos meteorológicos extremos pueden intensificarse a medida que cambia el clima ya que hay más energía disponible. Las fuertes precipitaciones aumentan con el calentamiento de la atmósfera, pero aún no se conoce del todo la relación entre los vientos, relativamente poco frecuentes, y el cambio climático, por lo que queda mucho por investigar.

Las ráfagas de viento de las tormentas eléctricas, por ejemplo, están más localizadas que las precipitaciones de las tormentas severas, lo que hace que las ráfagas sean más difíciles de observar o modelizar.

En un estudio reciente publicado en Nature Climate Change, Prein examinó las tendencias asociadas a las tormentas eléctricas en Estados Unidos en los últimos 40 años. Sus conclusiones indican una relación entre la intensificación de las rachas de viento de las tormentas y el calentamiento del clima.

Los derechos y otros vientos dañinos en línea recta asociados a corrientes descendentes se comparan a veces con un tornado desplegado horizontalmente. Ambos están asociados a tormentas eléctricas, pero a diferencia de un tornado, los derechos y las corrientes descendentes se mueven en una dirección en lugar de rotar. Los derechos se forman cuando una línea organizada o un grupo de tormentas producen una trayectoria persistente de vientos peligrosos y dañinos en línea recta que se van nutriendo por aire cálido y húmedo por delante y logran independizarse de los sistemas frontales. Las tormentas afectan áreas acotadas, por lo que la escala de los modelos de pronóstico muchas veces no las reproducen con total efectividad.

¿Qué puede pasar en las próximas década?

El grupo de trabajo de Prein ajustó algunos modelos a una escala espacial menor, y logró reproducir lo que efectivamente ocurrió con las ráfagas superando los 220 km/h. Este tipo de ajustes tendrán que ser tenidos en cuenta en futuros ajustes a las ecuaciones de los modelos actuales.

La principal innovación de este apasionante estudio es que combina observaciones y un modelo de muy alta resolución para extraer una clara señal de cambio climático que hasta ahora no se conocía y explica los mecanismos físicos clave de estos cambios.

Iowa derecho 2020
Daños producido por un tornado que barrió Luther, Iowa en agosto de 2020. Imagen: Daniel Acker

Los vientos en línea recta de un derecho se producen cuando la lluvia se evapora en el aire, enfriándolo, y luego ese aire pesado y frío se precipita hacia el suelo. Al aumentar la temperatura, como está ocurriendo con el cambio climático, aumenta también el enfriamiento por evaporación durante una tormenta, y el gradiente de vertical de viento genera condiciones más extremas. Para los millones de personas que viven en zonas con probabilidades cada vez mayores de que se produzcan este tipo de sistemas de tormentas, es fundamental aumentar la resistencia y la comprensión para proteger vidas y bienes a medida que el clima sigue calentándose.

Y en este punto es necesario decir que Argentina es un país con características para el desarrollo de este tipo de fenómenos, que podrán ser más intensos en el futuro. Las infraestructuras críticas, como hospitales, redes eléctricas, edificios industriales e incluso el transporte público, deben reforzarse para resistir vientos fuertes. Los investigadores indican que será interesante ver si se pueden desarrollar sistemas de alerta probabilísticos para emitir al menos avisos a corto plazo, cerrar las carreteras expuestas y evitar accidentes de tráfico.