Cuando estás inactivo, ¡tu hijo también lo está! Y eso preocupa a los médicos...
Un estudio realizado por investigadores brasileños muestra que los padres inactivos tienden a incitar a los niños a ser también inactivos. Una verdadera desgracia en una sociedad en la que el sedentarismo infantil es un grave problema.
De tal palo, tal astilla. El parecido con nuestros padres a veces es sorprendente. Físicamente y, sobre todo, mentalmente. Los niños tienden a imitar los hábitos de sus padres y, por lo tanto, a reproducir sus gestos y acciones.
Así, cuando los padres permanecen inmóviles, los niños los imitan. Y esto no es del agrado de los médicos ni de los pediatras.
Padres inactivos = hijos inactivos
Un estudio brasileño, publicado en la revista Sports Medicine and Health Science, denuncia un fenómeno social, cuanto menos, preocupante: el sedentarismo infantil.
Durante una semana, un equipo de la Universidad Estatal de São Paulo realizó un seguimiento de 182 niños de entre 6 y 17 años, así como de sus padres. Durante este periodo, todos los participantes recibieron un acelerómetro para cuantificar su actividad física y su tiempo de inactividad.
Pero cuando los padres son activos, los niños siempre prefieren el sedentarismo
Objetivo: demostrar cómo los hábitos de estos últimos podían influir en el comportamiento de sus hijos. El resultado es inequívoco: cuando los padres están sentados y/o inactivos, los niños reproducen naturalmente el mismo patrón. Pero lo más preocupante es que, cuando los padres se activan, los niños no siguen necesariamente la tendencia. Prefieren no seguir este patrón.
El problema es aún más grave en las familias en las que no se siguen las recomendaciones internacionales indicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Recordemos que un adulto debería hacer al menos 150 minutos de deporte a la semana. En el caso de los niños, se recomienda un mínimo de 60 minutos al día. Hoy en día, para muchos niños, la única actividad física real es la clase de educación física en la escuela.
Pero lo que más preocupa a los científicos es esta tendencia a imitar cuando los padres son sedentarios, pero a dejar de hacerlo cuando estos se vuelven activos. Entonces, ¿por qué los niños deciden ser sedentarios, independientemente de la situación de sus padres? La aparición de las pantallas entre los niños, que las obtienen cada vez a edades más tempranas, parece ser una posible respuesta.
Los expertos también destacan el hecho de que los niños suelen estar a cargo de la madre. Sin embargo, ella suele compartir con sus hijos momentos del día en los que hay que estar sentado, como los deberes, las comidas o incluso la hora de acostarse.
Un estudio anterior, realizado en el Reino Unido, demostró que los niños cuyos padres pasaban más de dos horas al día frente al televisor eran más propensos a reproducir ese mismo patrón. Los médicos desean una prevención más exhaustiva, que no se base solo en el niño, sino en toda la familia. La idea es valorar los momentos de actividad, replantearse el tiempo que los más pequeños pasan frente a la pantalla e incitar a los padres a animar a sus hijos a practicar una actividad física diaria.
Referencias de la noticia
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