Cuando la Luna desapareció del cielo

Hace casi 1000 años una noche la Luna desapareció del cielo de Europa. Recién ahora se sabe cuál ha sido el motivo de ese efecto que permanecía sin explicación. La respuesta sorprendió a muchos.

Luna
La noche que desapareció era un enigma para la ciencia hasta ahora

El año 1110 no se caracterizó por ser un buen año. En plena Edad Media, las cosas no parecían ser las mejores. Fue un año de hambrunas. Al norte, Inglaterra sufrió de lluvias que anegaron los campos y malograron cosechas. Pero las cosas siempre pueden ponerse peor. Al menos es lo que cuenta en una de sus páginas The Peterborough Chronicle, un manuscrito de la época que detalla los sucesos posteriores a la conquista normanda.

En 1066 los normandos, con Guillermo El Conquistador a la cabeza habían ganado la batalla de Hastings a los anglosajones, y se había iniciado una nueva etapa en Inglaterra. En ese contexto se llegó al quinto día del mes de mayo de 1110. La noche había comenzado con la Luna brillando sobre el horizonte. Pero no iba a ser una noche como cualquiera.

Traducido del inglés antiguo, The Peterborough Chronicle dice textual: "Tan pronto como llegó la noche, se extinguió tan completamente, que no se vio ni la luz, ni el orbe, ni nada en absoluto. Y así continuó casi hasta el día, y luego apareció brillando lleno y brillante". Cubierta de supersticiones, nunca se pudo saber por qué había desaparecido la Luna aquella fatídica noche; hasta ahora.

La pista equivocada

El texto da algunas pistas. No fue por las nubes, porque se cuenta en detalle que las estrellas siguieron centelleando en el cielo. Sólo había desaparecido la Luna. Tampoco fue un eclipse lunar, porque se hubiera convertido en una “Luna de sangre”. Hubo que esperar casi 1000 años para encontrar una respuesta a ese enigma.

El sitio Science Alert indica que el efecto fue debido a una gran nube con partículas ricas en azufre que alcanzó la estratósfera, lo que le permitió desplazarse grandes distancias de su punto de emisión. Esta nube oscureció los cielos durante meses antes de caer a la superficie, atrapada por la circulación laminar de la estratósfera.

Esto se sabe porque los investigadores han perforado y analizado núcleos de hielo tomados de muestras obtenidas en capas de hielo profundas o glaciares que atraparon a esas partículas. Claramente la actividad volcánica está detrás de la desaparición de la Luna aquella fatídica noche de mayo de 1110. Los científicos habían asumido que el depósito de sulfuro fue dejado por una gran erupción desatada en 1104 por el volcán Hekla de Islandia, también conocido como 'Puerta del Infierno'.

Finalmente se da con la respuesta

¡Pero no! No fue la ‘Puerta del Infierno’ la responsable de la desaparición de la Luna. Según una nueva investigación dirigida por el paleoclimatólogo Sébastien Guillet de la Universidad de Ginebra (Suiza), la datación revisada del núcleo de hielo utilizada remite a una deposición de sulfato que comienza a fines de 1108 o principios de 1109, y persiste hasta inicios de 1113 en un registro de Groenlandia. También se señala que hay evidencia del mismo evento observado en una cronología del núcleo de hielo antártico, con lo que podría ser una erupción realmente grande.

Japón
El Monte Asama, en Japón, el responsable de la desaparición de la Luna

El equipo de investigación también buscó registros medievales de eclipses lunares extraños y de aspecto oscuro que pudieran corresponder a la bruma estratosférica de los principales eventos eruptivos. La NASA, basado en retrocalculación astronómica, encontró siete eclipses lunares totales observables en Europa en los primeros 20 años del último milenio, entre 1100 y 1120.

Cruzando toda la información con lo descrito por The Peterborough Chronicle, se llegó a la conclusión que el responsable habría sido el Monte Asama de Japón, que produjo una erupción gigante de meses de duración en el año 1108, significativamente mayor que una erupción posterior en 1783 que mató a más de 1.400 personas. El diario de un estadista japonés relataba: "Hubo un incendio en la cima del volcán, una gruesa capa de cenizas en el jardín del gobernador, en todas partes los campos y los arrozales no son aptos para el cultivo. Nunca vimos eso en el país. Es algo muy extraño y raro ". También se analizaron los anillos de los árboles, que muestran que 1109 fue un año inusualmente frío. La nube había viajado tan lejos como desde Japón.