¡La cerveza que salvará el planeta: de generar residuos a crear superalimentos!
Científicos del CONICET convierten el bagazo de cerveza en un bioestimulante que fortalece cultivos contra el cambio climático y crea bebidas saludables, impulsando la economía circular. ¡Brindemos por ello!

¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con los restos de la producción de cerveza después de que se filtra esa espuma dorada? En Argentina, un equipo de científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) está dando una vuelta de tuerca a este subproducto, conocido como bagazo de cebada (BSG), que solía terminar en basurales o como alimento barato para animales.
El proyecto BrewSelBar, liderado por la Dra. María Gabriela Guevara, del Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata, lo convierte en un bioestimulante enriquecido con selenio, un mineral clave para la vida vegetal y humana. Es como si las sobras de tu parrillada del domingo se transforma en un fertilizante mágico: eso es lo que hacen aquí, pero a escala industrial y con un toque científico.
Esta iniciativa no solo resuelve un problema ambiental, sino que cierra el círculo de la producción de manera sostenible. Financiado por el programa Horizonte 2024 de la Unión Europea, BrewSelBar une fuerzas entre el CONICET, la Universidad Nacional de Mar del Plata, la cervecería Antares y socios europeos como la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Técnica de Dinamarca, la Universidad Técnica de Berlín y las empresas Semillas Battle S.A. de España y Redinn S.R.L. de Italia.
Este es un ejemplo perfecto de economía circular, donde lo que antes era basura se convierte en recurso valioso, reduciendo emisiones de gases de efecto invernadero y promoviendo un uso más eficiente de los materiales.
Del bagazo a la innovación: el corazón del proyecto
El bagazo de cebada es como el pan rallado que sobra en la cocina: nutritivo pero subutilizado. En BrewSelBar, los investigadores extraen su alto contenido en proteínas y fibras para crear un bioestimulante que se aplica a las semillas de cebada.
Científicos del CONICET usan residuos para crear cervezas con beneficios en salud
— Estratósfera (@estratosferaok) September 16, 2025
BrewSelBar busca mejorar la tolerancia de la cebada y producir cervezas funcionales sin alcohol.
El proyecto cuenta con financiamiento de la Comunidad Europea y colaboración de pic.twitter.com/XN4gWGoLqn
Enriquecido con selenio, este compuesto actúa como un escudo protector para las plantas, ayudándolas a resistir el estrés por sequía y altas temperaturas. Piensa en él como un suero vitamínico para cultivos, similar a cómo un batido de proteínas te da energía en el gimnasio: fortalece las raíces y mejora el crecimiento en condiciones adversas.
El proceso se desarrolla en etapas, desde pruebas en laboratorios del CONICET hasta ensayos en campos reales. Colaborando con empresas privadas, el equipo usa tecnologías avanzadas, como un acelerador de partículas en Europa, para medir con precisión la concentración de selenio en los granos. Esto no solo optimiza la fórmula, sino que asegura que el producto final sea seguro y efectivo, transformando un residuo voluminoso –que genera miles de toneladas al año en la industria cervecera– en una herramienta para la agricultura moderna.
Impactos en agricultura y salud
En un mundo donde el calentamiento global intensifica sequías y olas de calor, BrewSelBar ofrece una solución práctica. El bioestimulante mejora la resiliencia de la cebada, un cultivo clave para la cerveza y la alimentación, permitiendo que las plantas sobrevivan en suelos áridos o con temperaturas extremas.
Esta solución reduce las pérdidas por el clima cambiante y promueve cosechas más estables, contribuyendo a la seguridad alimentaria en regiones afectadas por el cambio climático, como sectores de Argentina y Europa.

Pero los beneficios van más allá del campo. Los granos de cebada biofortificados con selenio –micronutriente que es deficitario en una de cada siete personas a nivel global– se usan para producir cervezas funcionales, empezando por versiones sin alcohol. Estas bebidas actúan como un "refuerzo inmunológico" en botella, ayudando al sistema inmune humano.
La cervecería Antares en Mar del Plata liderará la producción piloto, fusionando sabor con salud en un modelo de sostenibilidad que podría inspirar a otras industrias.
¡Brindemos por el futuro!
El proyecto, con un plan de cinco años, ya avanza en validaciones y escalado industrial, destacando la importancia de alianzas internacionales para la innovación local. Desde Mar del Plata, Guevara y su equipo no solo resuelven problemas ambientales, sino que potencian la economía argentina al agregar valor a subproductos, creando empleos y productos competitivos.
Investigadores del CONICET obtuvieron un prestigioso financiamiento internacional para desarrollar un bioestimulante que permita mejorar la tolerancia al estrés de la cebada e impulsar la producción de cervezas con propiedades benéficas para la salud. pic.twitter.com/HO8RwrajMy
— CONICET Dialoga (@CONICETDialoga) September 11, 2025
Además, BrewSelBar resalta cómo la ciencia puede combatir el calentamiento global de forma integrada: reutilizando residuos para mitigar emisiones y adaptando la agricultura a un planeta más caliente.
BrewSelBar ejemplifica la relevancia de la economía circular en tiempos de crisis climática: transforma un residuo en un ciclo virtuoso que beneficia al planeta, la agricultura y la salud humana, demostrando que la innovación argentina puede liderar un futuro más verde y nutritivo.
Referencia de la noticia
Pandolfo, M. (2025, septiembre). Ciencia con impacto productivo: reutilizan residuos cerveceros para generar productos con valor agregado.