Las dietas ricas en omega-3 pueden ayudar a prevenir la miopía en los niños, según revela un nuevo estudio

Un estudio reciente revela que los niños que consumen más alimentos ricos en omega 3 pueden ser menos propensos a desarrollar miopía, mientras que las grasas saturadas podrían aumentar el riesgo.

Prueba de visión en una niña para un examen ocular en la consulta del oftalmólogo con equipo para gafas.
Según un nuevo estudio publicado en la revista British Journal of Ophthalmology, los niños con dietas más ricas en ácidos grasos omega-3 eran menos propensos a desarrollar miopía.

A primera vista, la vista de un niño podría parecer determinada únicamente por las pantallas y los hábitos de estudio. Pero a medida que las tasas de miopía siguen aumentando en todo el mundo, una nueva investigación sugiere que los alimentos en los platos de los niños podrían desempeñar un papel igualmente crucial.

Mientras los científicos investigan el creciente número de casos de miopía, la atención se centra en la nutrición en busca de posibles respuestas.

Cómo los científicos rastrearon el vínculo entre la comida y la visión

Investigadores del Hong Kong Children Eye Study, dirigido por Xiu Juan Zhang y sus colegas, examinaron a más de 1.000 niños de entre 6 y 8 años, haciendo un seguimiento meticuloso de sus dietas y su salud ocular.

Utilizando cuestionarios detallados sobre alimentación y exámenes oculares completos, encontraron una tendencia sorprendente: los niños con una mayor ingesta de ácidos grasos omega-3 (principalmente provenientes del pescado) tenían mediciones oculares más saludables vinculadas a menores riesgos de miopía o visión corta.

Surtido de alimentos ricos en omega-3 sobre una mesa de madera.
Los ácidos grasos omega-3, presentes en alimentos como el pescado y las semillas de lino, pueden ayudar a proteger contra los problemas de visión en los niños, según informan los investigadores.

La miopía se produce cuando el ojo crece demasiado de adelante hacia atrás, lo que hace que los objetos distantes se vean borrosos. En este estudio, los investigadores midieron la "longitud axial" del ojo de cada niño: una longitud axial mayor significa que el ojo es más propenso a la miopía.

Descubrieron que los niños que comían más alimentos ricos en omega-3 tenían las longitudes axiales más cortas, mientras que aquellos con la ingesta más baja tenían los ojos más largos y, por lo tanto, más miopes.

El papel de las grasas saturadas

En marcado contraste, los niños que consumían más grasas saturadas, como las que se encuentran en la carne roja, la mantequilla y el aceite de palma, mostraron más signos de miopía.

Los investigadores observaron que las medidas de los ojos de estos niños sugerían una progresión más rápida hacia la miopía en comparación con aquellos que comían menos grasas saturadas.

Si bien otros nutrientes, como las vitaminas y los carbohidratos, no mostraron un efecto significativo, la división entre omega-3 y grasas saturadas se destacó.

El equipo sugiere que los omega-3 pueden proteger los ojos al aumentar el flujo sanguíneo y entregar más oxígeno y nutrientes a las capas más profundas del ojo, lo que podría retardar los cambios dañinos.

Lo que este estudio significa para los padres, los médicos y el futuro del cuidado de la vista

Esta investigación representa un gran avance, pero no es la última palabra. Los autores del estudio advierten que, dado que sus hallazgos se basan en observaciones, no pueden demostrar una relación causal. Además, todos los niños eran de Hong Kong, una región con tasas especialmente altas de miopía, por lo que no está claro cómo estos resultados se pueden aplicar a otras poblaciones o estilos de vida.

Aun así, como las tasas de miopía se disparan a nivel mundial, estos hallazgos pueden ayudar a orientar a los padres y a los responsables de las políticas a la hora de crear dietas más saludables (y una visión más saludable) para la próxima generación.

Referencia de la noticia

BMJ Group. "Scientists uncover surprising link between diet and nearsightedness." ScienceDaily. ScienceDaily, 8 September 2025. <www.sciencedaily.com/releases/2025/09/250907172653.htm>.

Zhang XJ, et al. British Journal of Ophthalmology, 2025. DOI: 10.1136/bjo-2024-326872.