Japón volcará al mar el agua radiactiva tratada de Fukushima

A 10 años del desastre nuclear en la planta de Fukushima, Japón comenzará con los trabajos para la liberación del agua radiactiva residual al océano, mientras crece la preocupación de los países vecinos. ¿Es un procedimiento seguro para el mundo?

Liberan agua de Fukushima
Los trabajos para desmantelar la central de Fukushima se han alargado durante años, debido al peligro que generan los materiales radiactivos que son muy difíciles de tratar.

Aquel nefasto 11 de marzo de 2011, quedó grabado en la historia de Japón por padecer un sismo de nueve grados en la escala de Richter en el océano Pacífico, que desencadenó un tsunami mortal, provocando además en Fukushima el mayor accidente nuclear desde Chernóbil.

Este evento dejo más de 20 mil muertos, destrozos millonarios y de todo tipo, mientras las imágenes inquietantes (que luego se transformaron en desoladoras), eran recibidas casi en simultáneo alrededor de todo el mundo.

Todo empeoró rápidamente, cuando el agua superó el muro de protección de la central nuclear de Fukushima Daiichi y anegó el sistema eléctrico, entrando en alerta e incapacitando el enfriamiento de los reactores nucleares. Para evitar que los tres núcleos de reactores dañados se fundieran, se bombeó agua de enfriamiento, que luego se contaminó con las barras de combustible de uranio. Después el agua se filtró hacia sótanos y túneles dañados y se mezcló con las aguas subterráneas.

Fukushima, agua residual
Las autoridades niponas han anunciado que antes de liberar estas aguas residuales, recibirán un tratamiento especial para eliminar "la mayoría" de sus elementos radiactivos.

Los trabajos para desmantelar la central de Fukushima se han alargado durante años, debido al peligro que generan los materiales radiactivos que son muy difíciles de tratar. Ahora Japón aprobó una ley para verter al mar el agua de la central nuclear que ha estado inactiva desde aquella tragedia.

¿Por qué Japón verterá el agua al océano?

El agua que se utiliza para refrigerar los reactores nucleares, se ha ido almacenando en tanques y acumulando residuos nucleares desde entonces. Calculan que estos contenedores se llenarán completamente a mediados del año 2022, por eso necesitan encontrar pronto una manera de liberar espacio para seguir desmontando la central.

Las autoridades niponas han anunciado que antes de liberar estas aguas residuales, recibirán un tratamiento especial para eliminar la mayoría de sus elementos radiactivos; decir “la mayoría” claramente vuelve a inquietar a países cercanos como Corea del Sur y China, y a todo el planeta.

La decisión de Japón se ha retrasado en varias oportunidades anteriormente, tanto por la preocupación de los países vecinos sobre el nivel de seguridad que tendría dicha acción, como por la oposición de los propios pescadores locales, que lamentablemente aún siguen padeciendo las consecuencias de la crisis.

Por su parte, el primer ministro Yoshihide Suga, afirma que “gestionar el agua tratada es un tema inevitable para lograr el desmantelamiento de la central nuclear”, y que han decidido garantizar la seguridad muy por encima del estándar aceptado. El Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón, manifestó que “el agua previamente contaminada solo se verterá una vez que los productos químicos se diluyan a niveles mucho más bajos que los estándares nacionales e internacionales”.

¿Es seguro?

El objetivo planteado es tratar el agua, descontaminarla y eliminar los materiales radiactivos más peligrosos, para que no supongan ningún riesgo para la salud humana, y luego liberarla al océano. Tokyo Electric Power Co., el operador de la planta nuclear, construyó enormes tanques en el lugar para almacenar el agua acumulada después de su tratamiento. Los tanques tienen una capacidad de almacenamiento de 1,37 millones de toneladas, y se espera que se llenen a finales del próximo año.

El trabajo para liberar el agua en el océano Pacífico comenzará en 2023, pero se espera que el proceso completo finalice dentro de décadas.

Anunciaron que "el agua será tratada a través de un sistema que remueve la mayor parte del material radiactivo, excepto el tritio", este elemento es un isótopo de hidrógeno que emite radiación débil, y en pequeñas cantidades no es dañino para los humanos. Explicaron además que los operadores de reactores nucleares de todo el mundo liberan tritio al mar y el aire como parte de la rutina.

Las preocupaciones

El proceso planteado será monitoreado por terceros, incluido el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Aseguran que "el mundo no debe preocuparse porque la acción es segura, y este mismo procedimiento ya se ha realizado en varias partes del mundo como en el Mediterráneo y Atlántico Norte, y no se ha registrado impacto ambiental adverso".


Sin embargo, estas garantías que expone Japón no logran la confianza necesaria en países cercanos como Corea del Sur y China; este último denunció que “Japón decidió verter el agua de manera unilateral, y es una decisión extremadamente irresponsable y dañará gravemente la salud pública y la seguridad internacionales, y los intereses vitales de las personas en los países vecinos”. Por su parte, autoridades de Corea del Sur expusieron que “la decisión de Japón podría afectar directa o indirectamente la seguridad del pueblo coreano y el medio ambiente circundante en el futuro”.

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