Proyecto Ice911: perlas de vidrio para salvar el hielo del Ártico

La novedosa idea proviene de la geoingeniera y propone proteger entre 15 y 100mil km2 de hielo aumentando la reflexión solar mediante el uso de diminutas perlas de dióxido de silicio.

Proyecto Ice911 perlas vidrio Ártico
Se calcula que desde 1979 la capa de hielo del Ártico perdió el 75% de su volumen

La geoingeniera aporta un novedoso y ambicioso método para luchar contra el cambio climático, en particular, contra la acelerada perdida de hielo en el Ártico. Científicos de la Universidad de Stanford proponen un método con fuertes sustentos científicos: esparcir perlas de vidrio blancas huecas sobre el hielo en lugares estratégicos del Ártico.

El hielo de la región polar refleja más del sol que el océano abierto, actuando como un escudo térmico natural. Con menos hielo disponible, se absorbe más calor, lo que a su vez resulta en menos hielo, y así, el ciclo se retroalimenta. Se calcula que desde 1979 la capa de hielo del Ártico perdió el 75% de su volumen.

Las perlas flotan en el agua y se pegan cuando están en contacto con el hielo. “Al hacer que el hielo joven y de baja reflexión sea más reflectante y aumente su volumen, el hielo absorbe menos calor, y se derrite de forma más lenta, conservándolo durante más tiempo y, a su vez, conservando el efecto de escudo térmico”, explicó a BBC Mundo la ingeniera Leslie Field, directora técnica del proyecto Ice911.

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“Restaurar el hielo marino permitirá que recupere su antigua función de acondicionador de aire del planeta, ayudando a combatir los efectos del calentamiento global. Nuestro objetivo es proteger entre 15.000 y 100.000 kilómetros cuadrados de hielo en el Estrecho de Fram o Beaufort Gyre en el Ártico dentro de unos años, a un costo que es una décima parte de otros métodos”, agregó la fundadora de Ice911, una organización sin fines de lucro que busca preservar los hielos glaciares.

Las pequeñas perlas de vidrio están hechas de dióxido de silicio, el principal componente del 95% de las rocas de la Tierra. De hecho, el material podría finalmente disolverse para formar parte de las 2.800 millones de toneladas de sílice que actualmente se estima que se encuentran en el océano, alimentando el ciclo natural de sílice del que dependen muchos organismos.

Resultados positivos

Desde principios de 2008, Field y sus colegas vienen esparciendo esferas de sílice sobre lagos en Canadá y Estados Unidos con muy buenos resultados. Por ejemplo, en un lago de Minnesota, unas pocas capas del polvo de vidrio aumentaron un 20% la capacidad reflectora del hielo reciente, suficiente como para retrasar el derretimiento.

Durante la primavera, mientras el hielo se había derretido por completo en una zona del lago que no había sido cubierta por las perlas de vidrio, en las que fueron protegidas con sílice, el hielo logró superar los 30 centímetros de espesor.

Si bien este ambicioso proyecto no busca cubrir todo el Ártico con vidrio, la idea es esparcir las perlas de forma estratégica en las áreas donde el hielo se está derritiendo cada vez con mayor rapidez e intensidad.