“Latigazo” climático hacia 2060: regiones del planeta enfrentarán lluvias extremas y sequías drásticas en secuencia

Un nuevo estudio proyecta que, para 2064, Asia y otras regiones del planeta, sufrirán cambios repentinos entre lluvias torrenciales y sequías severas extremas cada 30–90 días, un fenómeno llamado “latigazo climático” que pondrá a prueba cultivos, agua y vidas.

Latigazo climático
Hacia 2060, regiones del planeta experimentarán el latigazo climático (climate whiplash), lo que implica pasar de sequías brutales a intensas inundaciones cada 30 a 90 días, indica un estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong

Si cada cuatro o diez semanas la zona donde vives pasa de una sequía que seca la tierra y marchita los cultivos a inundaciones torrenciales que lo anegan todo, sería una situación compleja bajo cualquier punto de vista. Ese vaivén abrupto entre condiciones extremas es lo que los científicos llaman “climate whiplash” o latigazo climático. Lejos de ser un concepto abstracto, este fenómeno podría convertirse en realidad para millones de personas en Asia antes de 2064.

Un reciente estudio científico publicado en Science Advances advierte que, bajo un escenario donde las emisiones de gases de efecto invernadero sigan altas, el clima en Asia y otras regiones tropicales experimentará ciclos rápidos de lluvia intensa y sequía prolongada cada 30 a 90 días. Los investigadores detectaron que los patrones naturales que normalmente rigen las lluvias —como los monzones de verano— podrían intensificarse y cambiar de forma dramática a medida que el planeta se calienta.

¿Qué es el “latigazo climático” y por qué ocurre?

El fenómeno que describe este estudio gira en torno a un patrón climático tropical llamado Oscilación Intraestacional del Verano Boreal (BSISO, por sus siglas en inglés). Puedes pensar en la BSISO como una especie de “semáforo climático” que cambia de luz cada 30 a 90 días, dictando cuándo habrá más o menos lluvia en regiones bajo la influencia del monzón.

Los científicos utilizaron modelos climáticos globales para simular cómo cambiará este patrón a medida que la Tierra se calienta. Bajo un escenario de altas emisiones, descubrieron que:

  • La velocidad a la que las zonas de lluvia se desplazan aumentará, como si el “semáforo climático” se acelerara.
  • Las regiones con lluvia moderada podrían ver más periodos secos y luego lluvias extremas, casi como un interruptor que se enciende y apaga.

Una analogía útil es pensar en el clima como el ritmo de la música: hoy es más como un compás constante, pero podría convertirse en algo impredecible, como un tambor acelerado que salta entre notas fuertes y silencios largos.

¿Qué significa para Asia y el mundo?

Este cambio no sería una anécdota meteorológica: podría golpear directamente a la seguridad alimentaria, el abastecimiento de agua y las economías locales. Alternar entre sequías prolongadas y lluvias torrenciales puede:

  • Afectar cultivos: plantas que empiezan a crecer en suelo húmedo pueden morir si las lluvias repentinamente desaparecen o si el exceso de agua las ahoga.
  • Desafiar la gestión de los recursos hídricos: las represas y sistemas de riego fueron diseñados para patrones históricos, no para ciclos tan bruscos.
  • Incrementar el riesgo de desastres: ciudades y zonas rurales podrían sufrir más inundaciones, erosión del suelo y problemas de salud pública.

Si bien este estudio se enfoca en Asia, los autores señalan que la intensificación de los patrones del latigazo también tendría efectos en otras partes del mundo, desde el Ártico hasta África.

¿Cómo nos preparamos para un clima más “rebelde”?

Frente a este panorama, la ciencia no solo observa, sino que también impulsa acciones. Mejorar los sistemas de predicción climática podría dar a agricultores y planificadores más tiempo para adaptarse a cambios repentinos.

Almacenar agua
Mejorar los sistemas de pronóstico, invertir en infraestructura resiliente, desarrollar agricultura climáticamente inteligente y reducir las emisiones, pueden ayudarnos a definir un mejor futuro.

Además, invertir en infraestructura resiliente —como sistemas de almacenamiento de agua más flexibles y proyectos agrícolas resistentes al clima— puede ayudar a manejar tanto las inundaciones como las sequías.

Finalmente, reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero sigue siendo la estrategia principal para evitar que escenarios extremos se vuelvan la regla. Un futuro más estable y predecible depende de las decisiones que tomemos hoy.

Referencias de la noticia

Cheng, T. F. et al. Increased Global Subseasonal Whiplash by Future BSISO Behavior, Science Advances (2025). DOI: 10.1126/sciadv.adv6355.

Hong Kong University of Science and Technology: Climate whiplash by 2064: Study projects extreme swings in rainfall and drought for Asia, Phys.org, 15 Dec 2025.