¿Por qué nos duelen los músculos después de hacer ejercicio?

Los beneficios de realizar actividad física son conocidos, pero de lo que nunca se habla es del dolor muscular que sigue a los primeros días post entrenamientos. ¿Hay manera de evitar este sufrimiento?

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Los músculos se inflaman y se vuelven más fuertes

El dolor muscular después de hacer ejercicio es una experiencia común para muchas personas, y no importa si sos un atleta regular o te estás anotando por vigésima cuarta vez en el gimnasio.La molestia aparece, generalmente, de 12 a 24 horas después de la actividad, y se siente como un ardor, rigidez o dolor en los músculos que se utilizaron durante el entrenamiento. Pero, ¿por qué ocurre esto?

La rigidez muscular ocurre entre 12 y 24 horas después de hacer ejercicios, y el dolor se incrementa de 24 a 72 horas después. Ocurre cuando alguien comienza un nuevo programa de ejercicios o cambia los componentes de su rutina existente, tal como la intensidad, el volumen o la selección de ejercicios.

Muchas personas creen que el dolor muscular de aparición tardía (DMAT) se debe a la acumulación de ácido láctico en el músculo, cuando en realidad tiene más que ver con muchos desgarros microscópicos que se producen en las fibras musculares. Cuando duele, es porque esas pequeñas lesiones se están reparando y reconstruyendo, lo cuál es muy bueno, ya que quiere decir que nuestro cuerpo también está preparando a los músculos para que sean más fuertes y resistentes en el futuro.

Luego del ejercicio, los músculos pueden sentirse doloridos, hinchados y sensibles al tacto. También se pueden experimentar síntomas como fatiga, debilidad y dolor articular. Esto es completamente natural.

Estas lesiones desencadenan una respuesta inflamatoria en el cuerpo, que incluye la liberación de sustancias químicas inflamatorias y el reclutamiento de células inmunitarias para reparar el daño. Generalmente, esas sustancias se segregan durante la noche, cuando el cuerpo descansa o reposa, y por eso solemos sentir el dolor recién al día siguiente del entrenamiento.

La hinchazón del músculo comprime los nervios, lo que provoca el dolor. Y como si esto no fuera suficiente sufrimiento, cuando las células inmunitarias se mueven hacia los músculos, también se liberan sustancias químicas que contribuyen aún más con el malestar y la incomodidad al movernos.

Si la actividad se vuelve demasiado exigente, ahí sí entra en juego el ácido láctico. Este se acumula en nuestro torrente sanguíneo y su acidez es la que provoca dolor. La buena noticia es que la incomodidad de este ácido es lo único que podemos disminuir para no pasarla tan mal en el post entrenamiento. La acidez se puede eliminar con actividad física aeróbica suave, como caminata, natación o bicicleta fija con respaldo. Así ese ácido se transforma en energía y se reduce el dolor.

La acidez se puede eliminar con actividad física aeróbica suave, como caminata, natación o bicicleta fija con respaldo. Así ese ácido se transforma en energía y se reduce el dolor.

Es importante recordar que esta sensación después del ejercicio es normal y puede ser un signo de que estás mejorando tu salud y fortaleciendo tus músculos. Sin embargo, si el dolor es muy intenso o persistente, es importante buscar atención médica para descartar lesiones más graves o problemas de salud subyacentes. Además, descansar y permitir que los músculos se recuperen adecuadamente después del ejercicio también puede ayudar a reducir el dolor muscular y mejorar la recuperación.

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