Invierno neutral, ¿primavera Niña?

Las condiciones de la temperatura de agua de mar en la porción central del Pacífico ecuatorial son un factor determinante de la circulación general de la atmósfera, y tienen un importante impacto sobre nuestro país.

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El período del invierno se mantendría con características de evento neutral, pero los pronósticos muestran una tendencia hacia La Niña durante la primavera.

Estamos transitando condiciones neutrales en el patrón climático El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés). Los registros térmicos de la superficie de agua de mar en el Pacífico central no muestran anomalías. Esto implica que está inactivo, es decir no proporciona un aumento ni una merma de la distribución de humedad a nivel global, por lo tanto, las mayores variaciones involucran a los índices más regionales.

La primera parte del año, estuvo caracterizada por una gran variabilidad, tanto térmica como con las precipitaciones, con meses de temperatura muy superiores a los niveles medios, como el caso de marzo y abril. Mientras que con las lluvias sucedió algo similar, varias semanas con lluvias escasas o nulas y luego momentos de precipitaciones muy importantes, como las que se observaron durante fines de abril.

Cómo podría evolucionar el invierno

El trimestre mayo, junio, julio, se prevé que continúe con las mismas características sobre el Océano Pacífico, manteniendo neutralidad. Pero los principales modelos de largo plazo muestran un leve enfriamiento a lo largo de los próximos meses.

La situación del ENSO no presentaría cambios durante los próximos meses, ya que el descenso previsto no sería de tal magnitud como para lograr cambiar el estado actual, por lo que la situación seguiría siendo neutral.

Los principales modelos indican un enfriamiento de las aguas del Pacífico, lo que conduciría a un evento La Niña durante la primavera

De todas maneras, el período más frío del año, no muestra grandes impactos sobre nuestro país, ya que su mayor esplendor en cuanto a sus consecuencias los genera durante el período estival. Argentina presenta una gran variabilidad en cuanto a la diversas zonas, ya que la franja este, involucrando al Litoral y la provincia de Buenos Aires, son las zonas más vulnerables a esta oscilación.

El enfriamiento durante la primavera

A partir de septiembre se prevé que el índice El Niño comience a mostrar una anomalía negativa, es decir, un enfriamiento de las aguas en el Pacífico ecuatorial. Si bien el tiempo de pronóstico es amplio y la dispersión que se observa en los diferentes modelos de pronóstico a largo plazo es muy significativa, todos los pronósticos muestran dicho enfriamiento. Algunos modelos insisten en que si bien habrá un descenso de la temperatura de agua de mar, la misma no será suficientemente importante como para alcanzar los niveles necesarios para determinar un evento La Niña. Mientras tanto, otros pronostican un evento de débil intensidad desde el comienzo de la primavera.

De todas maneras, los impactos que podría provocar este nuevo escenario sobre nuestro territorio, se comenzarían a observar a partir de octubre, o incluso noviembre, dependiendo de cuándo empiece el evento y cuán intenso alcance su magnitud.

Más allá de la variabilidad de los pronósticos, que aumentan la incerteza en el largo plazo, esta situación enciende una luz de alerta a la probabilidad de una disminución del caudal de lluvias durante el período de verano en nuestro país.

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